Todos estamos esperando por la aprobación de un ETF de Bitcoin. La comunidad cripto tiene varias navidades pidiendo ese deseo, pero la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (La SEC) no se deja conquistar tan fácilmente. El organismo es exigente y de corazón muy frío. No dice que sí, pero tampoco dice que no. Simplemente, nos tiene en un ir y venir eterno. La SEC, definitivamente, es la reina de las señales mixtas y confusas. Un día nos sonríe y al otro día nos muestra su hombro indiferente. Tarde o temprano, la SEC aprobará los primeros ETFs de Bitcoin. Eso es inevitable. Sin embargo, da la impresión de que ellos quieren vernos sufrir un poco más antes de darnos el gran sí. Ahora bien, ¿de qué estamos hablamos cuando hablamos de un ETF de Bitcoin? ¿Por qué tanto alboroto? 

Primero, ¿qué es un ETF? Bueno, un ETF (o un exchange-traded fund) es un fondo de inversión que se cotiza en una bolsa de valores. Se podría decir que es una combinación entre un fondo mutual y una acción. La sociedad representa la cartera de inversiones y los inversores acceden al fondo comprando las acciones. Funciona muy similar a una compañía que vende sus acciones en la bolsa de valores. El precio fluctúa cuando los activos subyacentes cambian y también de acuerdo a la oferta y la demanda de las acciones del ETF en el mercado bursátil. Es decir, la renta es variable y no fija. Los ETFs pueden o no repartir dividendos. Los ETFs están en auge. Wall Street está repleto de ellos y son muy populares entre los inversionistas. Obviamente que ofrecen muchas ventajas, porque son un instrumento sumamente práctico y cómodo. Hay ETFs de gestión activa y de gestión pasiva. Un fondo de gestión activa es el tipo de fondo en el que el gestor cambia con frecuencia sus posiciones y determina la composición de su portafolio utilizando su criterio y  buscando maximizar su rendimiento. Por otro lado, un fondo de gestión pasiva es el tipo de fondo que simplemente buscar replicar un determinado índice o un rubro en particular. Por ejemplo, hay ETFs que simplemente replican con sus posiciones el índice Standard & Poor ´s 500 o el Dow Jones. También tenemos ETFs que invierten únicamente en oro

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Ahora hablemos de los ETFs de Bitcoin. ¿Qué son? Bueno, básicamente son un fondo de inversión cotizado de gestión pasiva con Bitcoin como su activo subyacente. Eso permitiría que una inversionista puede ir a Wall Street y, en el mismo lugar donde compra y vende acciones de Apple o Facebook, ahora también puede participar en un fondo cotizado de bitcoins (ETF). Es básicamente la unión de dos mundos. Es Bitcoin y Wall Street entrelazados en perfecta armonía. 

La mayoría de las personas entienden perfectamente las ventajas que ofrece un fondo de gestión activa. Obviamente, existen muchos que tienen capital para invertir, pero no cuentan los conocimientos ni el tiempo para administrar su portafolio efectivamente. Seguramente, un profesional de reconocida trayectoria haría un mejor trabajo. Entonces, los inversores ponen su capital en un ETF y confían en el equipo gestor. Es algo así como zapatero a tus zapatos. En el caso de los fondos de gestión pasiva, el asunto sí es un poco más misterioso. Es decir, si es un fondo únicamente de Bitcoin, ¿por qué no comprar los Bitcoins directamente y ya? ¿Para qué necesitamos un fondo? El asunto parece un poco absurdo, pero en realidad no lo es cuando se analiza en detalle el tema. No todo es lo que parece. 

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Digamos que una persona, nacida en Nueva York y que ha vivido toda su vida en esa ciudad, es invitada a una cena en la casa de una familia proveniente de Pakistán. De pronto, descubre que le encanta la cocina pakistaní. Nunca en su vida había probado algo así. Es más, quiere comer comida pakistaní todos los días. Por mucho que le guste ese tipo de comida, yo dudo mucho que esa persona abandone su vieja vida y se mude a Pakistán para poder disfrutar de su nueva pasión. No se va a mudar, porque seguramente adora a Nueva York, y, en Pakistán, estaría perdido. Allá no conoce ni la cultura, ni el idioma, ni nada. Esa persona se queda en Nueva York, porque ahí está cómodo. Es lo que conoce y le gusta. Si quiere comer comida pakistaní, va a un restaurante. Así de sencillo. Ahí le hablarán en su idioma y estará en casa. 

Muchos inversionistas quieren invertir en Bitcoin, pero sienten que es algo de otro planeta. Piensan que es un mercado donde se puede hacer mucho dinero y desean participar. Sin embargo, todo ese mundo de hackers, exchanges, carteras, claves, irreversibilidades, y miles de otras cosas “raras” crean una especie de barrera cultural. En otras palabras, los inversores institucionales no quieren mudarse a país Bitcoin. Ellos no quieren abandonar su hogar. Les gusta Bitcoin, pero prefieren un Bitcoin que hable su mismo idioma. He ahí la importancia de un ETF de Bitcoin. Es decir, nuestro amigo Bitcoin necesita madurar, y ponerse saco y corbata para poder entrar a Wall Street.  

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La SEC ha recibido varias solicitudes de ETFs de Bitcoins. Sin embargo, hasta la fecha ninguna ha sido aprobada. En algunos casos, las solicitudes han sido negadas. En otros casos, la decisión ha sido pospuesta en varias ocasiones. La excusa siempre ha sido la misma. Según la SEC, Bitcoin es intercambiado principalmente en exchanges no regulados haciendo muy difícil evitar el fraude y la manipulación de los precios. Las solicitudes son recibidas y hasta cierto punto la SEC les ha dado la bienvenida en un tono por lo general cortés. Sin embargo, no termina de dar su visto bueno. Se podría especular que esta indecisión aparente se puede deber a dos grandes razones. Es decir, la SEC tiene presión por dos lados opuestos. Por un lado, la falta de una regulación clara le impide tomar una decisión definitiva y categórica. No termina de dar el sí, pero tampoco termina de dar el no. Entonces, ha preferido posponer las fechas, porque tiene miedo de comprometerse en un asunto sin precedentes. Por otro lado, el público está presionando cada vez más por un ETF de Bitcoin y la SEC no quiere ser el malo de la película. Entonces, se está moviendo con mucho cuidado para no dar un paso en falso. Más que retrasos es una especie de prudencia por parte de un regulador que está caminando en la oscuridad. 

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¿Qué efecto tendría en el mercado una decisión de la SEC? La SEC ya se comprometió en anunciar su decisión con respecto a la solicitud de Bitcoin Wilshire Phoenix el 29 de septiembre. Luego, el 13 de octubre, anunciará su decisión en el caso de Bitwise y en el caso de VanEck/Solid, el 18 de octubre. Si uno de estos anuncios es positivo, seguramente el mercado reacciona positivamente. Porque la comunidad interpretará esto como un gran avance. Si las solicitudes, por el contrario, no son aprobadas, es posible que no haya mucho escándalo, porque sería más de lo mismo. Todo el mundo sabe que pronto tendremos un ETF. Si no llega ahora, llegará más adelante. De hecho, el mercado no depende tanto de estas decisiones de la SEC. Al fin y al cabo, Bitcoin lleva 10 años sin uno. ¿Qué es un ETF de Bitcoin? No es una necesidad, pero sí es una esperanza.

 

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