El legendario inversor y antiguo escéptico de las criptomonedas, Carl Icahn, finalmente, ha decidido invertir en este espacio. El conocido multimillonario, de 85 años, anunció en la cadena Bloomberg que está dispuesto a entrar en el mercado de las criptomonedas “a lo grande”. Al parecer, estamos hablando de por lo menos 1.5 mil millones de dólares. En realidad, no sé qué tan bien las nuevas generaciones conocen a este personaje. Pero estamos hablando de un Gordon Gekko. De hecho, el mismo Oliver Stone ha confesado que Gordon Gekko es parcialmente Carl Icahn. Ahora, lo tenemos con nosotros. ¿Qué significa la llegada de Icahn al criptoespacio? 

Carl Icahn es lo que se conoce como un “inversor activista”. En los 80s, ese tipo de inversores se llamaban “Corporate Raiders”. ¿Se acuerdan de Edward Lewis en la película Mujer Bonita? ¿El personaje interpretado por Richard Gere? Bueno, Edward era un Corporate Raider. Para muchos, unos empresarios codiciosos y crueles que tomaban una empresa en dificultades de manera hostil para luego vender sus propiedades, y despedir a su gente. Todo por el cochino dinero. Claro que para otros estos seres representaban un mal necesario. Una purga. Su trabajo era preservar la eficiencia del capitalismo. Estamos hablando de una especie de disciplina espartana. Eres eficiente, porque sí. De lo contrario, serás devorado por los tiburones. En efecto, Carl Icahn era uno de esos tiburones. 

Sigue leyendo: ¿Puede George Soros quebrar Bitcoin del mismo modo que quebró al Banco de Inglaterra?

Carl Icahn comenzó a ganarse la reputación de capitalista despiadado por la toma hostil de la aerolínea TWA a finales de los años 80s. La tomó, la desmanteló, tomó su ganancia y luego la abandonó. En fin, Carl Icahn es un inversor de la vieja escuela. Muchos más activo que Warren Buffett. Warren Buffett no participa en tomas hostiles. Ni busca intervenir o cambiar la administración de las empresas que adquiere. El amigo Carl, por otro lado, es mucho más belicoso. En otras palabras, no le tiembla el pulso en pelearse con los CEOs y las juntas de ninguna compañía. Es conocido por escribir cartas públicas. Y llamar a los programas de televisión en vivo para sacar todos los trapos al aire. De hecho, en varias ocasiones, compañías le han llegado a pagar dinero extra para que las deje en paz lo antes posible. Esta es una estrategia conocida en Wall Street como greenmailing. Bueno, Carl Icahn es un famoso greenmail. 

Ahora bien, si bien es cierto que Carl no es tan admirado y respetado como un Warren Buffett, curiosamente no es tan odiado como un George Soros. Yo diría que esto se lo debemos a dos razones. Primero, pese a funcionar como consejero durante la administración de Trump, nadie puede decir que la política es lo suyo. Segundo, Carl es un sujeto simpático con aire de pueblo. Su conversación es amena. Es gracioso y suena sincero. En otras palabras, el tío cae bien. No es un frío introvertido como Gates o Zuckerberg. Tampoco es un villano de película de James Bond como Soros. Carl Icahn es más un personaje de los Sopranos. Un sobreviviente que ha tomado atajos, pero se le perdona, porque vino de abajo. Alguien como Jordan Belfort en la película de Martin Scorsese, El Lobo de Wall Street. Codicioso, pero simpático. 

Sigue leyendo: Para los eternos indecisos: ¿Llegó la hora de invertir en Bitcoin?

¿Que traerá Carl Icahn al mundo cripto? Yo diría que traerá un poco de su Carl-ness. Es decir, traerá su mojo. Su estilo. Seguramente, tendremos sus cartas. Seguramente, llamará de la nada a CNBC para hablar de cripto. En fin, podemos confiar que Carl hará su trabajo para promover Bitcoin en sus maneras muy particulares. Y, por supuesto, disfrutaremos de una polémica de vez en cuando. Pero, en términos generales, se podría decir que el amigo Carl es algo positivo para Bitcoin y cripto en general. Es un peso pesado y un gran aval. 

Ahora bien, ¿cuál es su motivación? El dinero, por supuesto. Carl Icahn compra y vende para obtener una ganancia. Aquí no tendremos sentimentalismo de ningún tipo. Este no es el Bitcoin de los maximalistas o la reforma liberatoria. Este es el Bitcoin activo para la inversión. El Bitcoin pragmático. Carl Icahn es un sujeto importante, influyente y muy bien conectado. Pero no podemos olvidar que es un hombre de negocios. Ve una oportunidad y la toma. Su objetivo es el lucro. 

Aquí viene la gran pregunta: ¿Por qué un escéptico se convierte en un creyente? El público normalmente piensa que estos grandes hombres de dinero lo saben todo. O sea, siempre saben algo que los pequeños no. Lo que significa que la oposición a Bitcoin no se puede deber a una incomprensión o a la ignorancia. Después de todo, ellos lo saben todo. Son seres sobrenaturales. Lo más seguro es que ese rechazo público sea en realidad una lucha consciente de la élite para preservar los intereses. Es decir, el sistema malvado que se defiende ante la amenaza revolucionaria que representa Bitcoin, la moneda del pueblo.

Claro que también hay otra posibilidad. Es posible que al principio sea un asunto de desconocimiento por tratarse de algo muy nuevo y distinto. Por otro lado, puede ser un asunto de reputación y conexiones. En otras palabras, de confianza. ¿A quién podía llamar Carl Icahn hace 5 años para saber más de Bitcoin? Lo más seguro es que se toparía con algún maximalista vociferando dogmas libertarios de hace 100 años atrás. ¿Roger Ver? ¿John McAfee? 

Sigue leyendo: Tether sigue preocupando: ¿Qué pasó ahora?

No hay que ser un genio para saber las razones del cambio de Carl. Esta es una teoría. Hace años, cuando la prensa le preguntaba sobre las criptomonedas, Carl respondió de manera automática basado en la poca información que tenía sobre el tema para el momento. Entonces, Carl Icahn fue oficialmente etiquetado como un escéptico de las criptomonedas. Con el tiempo, obviamente, indagó más en el asunto. Y buscó orientación de las personas correctas. Debemos tomar en cuenta que Bitcoin ya no es lo era hace 5 años. Hoy contamos con mejores representantes. Carl pudo tomar el teléfono y hablar con personas más confiables. Lo que era mucho más difícil de hacer hace 5 años atrás. 

Carl no tiene un pelo de tonto. Ve una oportunidad y la toma. Se trata de una decisión financiera cuyo objetivo es hacer dinero. En este mundo de hoy, todo es una conspiración. Y nos encanta pensar que nuestra amada moneda del pueblo está siendo atacada constantemente por el malvado establecimiento. Pero también es posible que el discurso anarquista del pasado espantara a muchos inversores. Ahora tenemos a Wall Street haciendo promoción. La narrativa es otra. Bitcoin se está refinando y cuenta con mejores promotores. Por ende, los inversores, antes escépticos, están mostrando interés. Ahora quieren invertir. ¡Bienvenido, Carl Icahn!