Milton Friedman fue uno de los economistas más influyentes del siglo XX. Ganó el Premio Nobel por sus aportes a la teoría monetaria, el análisis de la inflación y el consumo, y la defensa del libre mercado. Creía que el mercado libre era la clave para el progreso y que el gobierno debía dejarlo tranquilo. Sus ideas tuvieron un gran impacto en la política económica de varios países, especialmente en Estados Unidos, Chile y el Reino Unido. Fue un gran comunicador que hizo famosa su visión en libros y programas de TV. Pero también fue un pensador controvertido, que generó admiración y rechazo por igual.
No todos estaban de acuerdo con él. Criticó duramente al keynesianismo, la corriente que defendía que el gobierno debía intervenir para estimular la economía. Algunos dicen que sus políticas beneficiaron a los más ricos y crearon más desigualdad. Otros dicen que sus ideas provocaron la crisis financiera de 2008.
¿Quiénes siguen a Milton Friedman? Los liberales clásicos creen en la libertad, el mercado y el comercio. Friedman era uno de ellos. Los libertarios creen en la libertad por encima de todo. Quieren que el gobierno se meta lo menos posible. Friedman también era libertario. Los conservadores creen en los valores tradicionales, como la familia, la religión y el país. Quieren un gobierno pequeño, pero no tanto como los libertarios. Friedman no estaba de acuerdo con algunas de sus ideas sociales. Los neoliberales son los que aplican las ideas de Friedman y otros economistas al gobierno. Quieren privatizar, desregular y abrir el comercio. No todos los que se llaman neoliberales piensan igual que Friedman. Mezclar la política con la ciencia es una mala idea.
¿Qué pensaría este economista de Bitcoin?
Bitcoin es una moneda digital que funciona sin intermediarios, sin bancos centrales, sin gobiernos. Es una red descentralizada, basada en la criptografía y el consenso de sus usuarios. Su valor depende de la oferta y la demanda, y su emisión está limitada a 21 millones de unidades. Bitcoin permite realizar transacciones rápidas, seguras y baratas, sin importar las fronteras o las restricciones. Bitcoin es, en definitiva, una moneda libre.
A Friedman le gustaba la libertad. Creía que el mercado era el mejor mecanismo para asignar los recursos y generar el bienestar. Criticaba la intervención del gobierno en la economía, especialmente en el ámbito monetario. Sostenía que la inflación era siempre un fenómeno monetario, causado por el exceso de emisión de dinero. Proponía una regla de crecimiento constante de la oferta monetaria, para evitar las fluctuaciones y los ciclos económicos. También defendía la libre elección de la moneda, y llegó a predecir la aparición de una moneda electrónica que compitiera con el dinero fiduciario.
Por estas razones, podríamos pensar que Friedman estaría a favor de Bitcoin. Bitcoin cumple con muchos de los requisitos que él planteaba para una buena moneda. Es escasa, divisible, durable, portable, reconocible y fungible. Tiene una oferta monetaria predecible y fija, que no depende de la discreción de ninguna autoridad. Es una moneda que se elige libremente, y que no está sujeta a la manipulación o la censura. Bitcoin es, en cierto sentido, la materialización de la visión monetaria de Friedman.
Pero no todo es tan simple. Es posible que Friedman hubiera tenido sus dudas y sus críticas. Reconocía que el dinero tenía que cumplir con una función de estabilidad, y que la volatilidad podría ser perjudicial para la economía. Bitcoin es una moneda muy volátil, que cambia de valor constantemente, y que no se sabe qué pasará con ella en el futuro. Esto puede generar incertidumbre e ineficiencia, y dificultar el cálculo económico y la planificación. Bitcoin también tiene problemas de escalabilidad, de seguridad, de regulación y de adopción. No es una moneda perfecta, ni mucho menos.
Ahora bien, Friedman vivió en otro tiempo. Ahora hay nuevas tecnologías como Bitcoin que nos hacen pensar diferente. Friedman dijo una vez que elegir una moneda era un acto de libertad. Pero eso no significa que Bitcoin sea la mejor opción. Hay que estudiarlo bien y estar abiertos a nuevas ideas. Así podremos entender mejor el mundo de hoy.
La falacia de apelar a la autoridad, también conocida como Ad Verecundiam, es un tipo de argumento falaz en el que se asume la veracidad de una afirmación simplemente porque la ha hecho una persona o institución considerada como una autoridad en el tema
La tendencia a dogmatizar las ideas de ciertos economistas, como Milton Friedman, es un problema que limita el avance del conocimiento y la comprensión de la economía como una ciencia dinámica y compleja. No hay un conjunto de verdades absolutas reveladas por un profeta infalible. Por el contrario, se trata de una ciencia social en constante evolución, donde las teorías se refinan y se ajustan a medida que se acumula nueva evidencia y se desarrollan nuevas herramientas analíticas.
Confiar ciegamente en las ideas de un solo economista, sin importar su prestigio, puede llevar a una visión miope de la realidad económica. Es fundamental mantener una mente abierta y estar dispuesto a cuestionar las ideas preconcebidas, incluso las de los economistas más reconocidos. La economía debe ser una herramienta para la acción, no un conjunto de dogmas intocables. Las políticas económicas deben basarse en un análisis cuidadoso de la evidencia disponible, no en la fe ciega en las ideas de un solo autor.
Conclusión:
Friedman era un defensor de la libertad económica y la competencia entre las monedas. Él creía que el gobierno no debía controlar el suministro de dinero, sino dejar que el mercado lo determinara. En este sentido, Bitcoin podría ser una opción atractiva para él, ya que es una moneda descentralizada, limitada y voluntaria.
Sin embargo, Friedman también era un pragmático que se basaba en la evidencia empírica. Él reconocía que el dinero debía tener ciertas características, como la estabilidad, la liquidez y la aceptación general. En este aspecto, Bitcoin podría generarle dudas, ya que es una moneda muy volátil, difícil de escalar y de asegurar, y con una adopción limitada.
Por lo tanto, no podemos afirmar con certeza qué pensaría Friedman de Bitcoin. Lo que sí podemos hacer es usar sus ideas como un punto de partida para reflexionar sobre esta nueva tecnología, y estar abiertos a otras perspectivas y argumentos.
La economía es una ciencia viva y cambiante, que no se rige por dogmas ni verdades absolutas. No debemos seguir ciegamente las opiniones de ningún economista, por muy prestigioso que sea, sino formar nuestro propio criterio basado en la información y el análisis crítico.
Bitcoin es un fenómeno que nos invita a cuestionar y a aprender sobre el dinero y la economía. Te animo a que sigas investigando sobre Milton Friedman. Recuerda que la economía es una herramienta para la acción, no un conjunto de dogmas intocables.
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