El dólar se fortalece debido a la fuerte demanda. ¿Por qué hay tanta demanda por el dólar? Por una parte, la fortaleza del dólar se relaciona con la debilidad de las demás divisas. Y, por otra parte, ciertamente existe la aspiración de refugiarse en la estabilidad relativa del dólar.

Ahora bien, hablamos de “fortaleza” en un contexto determinado, pero debemos aclarar que esta supuesta fortaleza del dólar es, por supuesto, relativa. Porque, en este momento, en medio de una crisis inflacionaria global, todas las divisas se encuentran bastante devaluadas. El dólar se fortalece en relación a las demás divisas. Pero, al mismo tiempo, su valor ha estado cayendo en relación a los bienes y servicios.

Lo cierto es que el dólar estadounidense, en efecto, está en una racha muy alcista y, por primera vez en dos décadas, ha superado al euro. Lo que ocurre es que, debido a la incertidumbre macroeconómica, los inversores se han vuelto bastante conservadores. Lo que significa que están evadiendo el riesgo y refugiándose en la estabilidad del efectivo. 

¿Qué significa “riesgo” en este contexto? Riesgo, en este contexto, significa volatilidad. Esta actitud “conservadora” perjudica mucho a los instrumentos de renta variable. En particular, perjudica principalmente a los activos más especulativos. ¿Por qué? Bueno, porque la especulación requiere optimismo y liquidez. Y lo primero depende bastante de lo segundo. Con los costos del crédito por el suelo, los compradores abundan debido al dinero barato. Es decir, la especulación prospera en determinadas condiciones.

En este caso, el dólar se correlaciona negativamente con los mercados bursátiles y Bitcoin. En otras palabras, lo que en realidad tenemos son pares. Un elemento sube. La otra baja. Uno baja. El otro sube. Y esta oscilación se presenta con el cambio de sentimiento por parte de los inversores. En un momento dado, los inversores quieren estabilidad. Y, en otro momento dado, los inversores quieren crecimiento.

Debemos recordar que el inversor siempre toma decisiones basándose en una expectativa. Compra con un pronóstico alcista. Vende con un pronóstico bajista. Después de todo, el crecimiento yace en comprar  a un precio hoy y vender a otro mejor mañana. En tiempos de incertidumbre, lo más sensato es escoger la estabilidad. Porque la mayoría de los inversores prefieren sacrificar el crecimiento a favor de no perder.

En el espacio cripto, se tiende a minimizar la importancia de las pérdidas debido a una idolatría por el hodling. O sea, se promueve la idea que la mejor estrategia es comprar y esperar. La estrategia en sí no es mala. Sin embargo, un inversor no puede perder el Norte. Si el objetivo es crecer financieramente, no podemos ver con indulgencia las pérdidas (realizadas o no). Las pérdidas no realizadas también son pérdidas. Y eso es cierto para todos los marcos temporales. Eso significa que a veces es momento de vender. Se vende para tomar ganancias o para evitar mayores pérdidas. De ese modo, estamos gestionando el riesgo. Los fanáticos satanizan las ventas como un gran acto de traición. Error. La prioridad del inversor debe ser su bolsillo. Si lo mejor es vender, hay que vender. Así de sencillo.

Los inversores al vender ganan estabilidad. Y, con esta estabilidad, obtienen liquidez y predictibilidad. En el mundo fantástico de las redes sociales, el consejo normalmente es esperar y nunca vender. Pero, en el mundo real, las personas comen todos los días. O sea, todos estamos llenos de deudas y compromisos. Lo que, por lo general, están fijados en dólares. En tiempos de crisis, la incertidumbre de un mercado en fluctuación implica un mayor riesgo. En tiempos de crédito accesible, este riesgo no es tan elevado, porque las deudas y los compromisos se pueden cubrir con crédito. Y esa posibilidad incita al optimismo. En tiempos de crédito menos accesible, lo mejor es actuar con mayor cautela. 

El dólar fuerte representa una ventaja en muchos sentidos. Pero también representa un problema en muchos otros. Un dólar fuerte implica que las corporaciones con operaciones en el extranjero registran menos ingresos. Lo que se ve reflejado en los reportes trimestrales. Un fuerte dólar favorece las importaciones. Y perjudica las exportaciones. Pero un dólar fuerte también afecta bastante a los productores de mercancías cotizadas en dólares en el mercado internacional. Y, adicionalmente, un dólar fuerte perjudica a los deudores con deuda en dólares debido a que la deuda se vuelve más pesada. Esta combinación de factores implica, en términos generales, una desaceleración económica.  

De hecho, se podría decir que un dólar fuerte significa desaceleración económica. Y, lo contrario, también es verdad. Un dólar débil significa aceleración economica. Ahora bien, Bitcoin, en el pasado, ha prosperado mucho en un contexto de un dólar débil con baja inflación. Esa es la combinación perfecta. Ahora tenemos un contexto muy diferente. Tenemos un dólar fuerte con alta inflación.

Todo inversor de criptomonedas debe entender muy bien esa relación que existe entre el dólar y cripto. La narrativa oficial de los criptolibertarios nos plantea que Bitcoin es un oro digital. Es decir, al parecer, se trata de la moneda alternativa que conquistará el futuro llevándose todas las demás monedas por delante. Sin embargo, Bitcoin es simplemente un código en una red de computadoras. O sea, números y letras en un base de datos descentralizada. No hay valor intrínseco. Un código es una abstracción. Lo que ocurre es que ese código se utiliza como una tasa de intercambio monetario. En el fondo, se trata solamente de un par. Y un par se conforma de dos elementos. En este caso, el par más importante es BTC/USD. En otras palabras, Bitcoin es, básicamente, su precio en dólares. O sea, es un código que, al venderse, se reciben dólares.

¿A quién engañamos? La gran mayoría de las personas ven en Bitcoin una oportunidad de hacer dinero. Obvio que no todos están en esto por la cruzada ideológica que tanto se pregona en Twitter. O, dicho de otro modo, no todo el que compra BTC lo hace por la utopía libertaria propuesta por la narrativa. La gran mayoría de las personas ven en Bitcoin una promesa financiera. Este es un mercado conformado principalmente por empresarios, especuladores, oportunistas, traders, inversores, desarrolladores, startups, capitalistas de riesgo y jóvenes ambiciosos. Es un Wall Street en esteroideos que se presenta en las redes sociales como una rebelión libertaria.  

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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