El surgimiento de Bitcoin como un activo financiero de gran relevancia ha forzado a las instituciones de la banca tradicional a desarrollar metodologías para su análisis y proyección. Dado que la criptomoneda principal no encaja perfectamente en las categorías de activos convencionales, los analistas han recurrido a marcos de valoración ya establecidos para activos con características de escasez y de reserva de valor. En este proceso, el oro emerge como el punto de referencia más útil, no solo por su historia como depósito de riqueza, sino también por el marco de riesgo y liquidez que lo rodea dentro del sistema financiero global.

Instituciones financieras de la talla de JPMorgan han empleado el marco de riesgo y capitalización del oro para establecer proyecciones para el precio de Bitcoin. Este enfoque se basa en la premisa de que, a medida que la adopción institucional de Bitcoin madura, la criptomoneda comenzará a replicar, o al menos a ser medida frente, la capitalización de mercado del oro que se mantiene en manos privadas como inversión.

El primer elemento clave es el concepto de volatilidad ajustada al riesgo. El oro, a pesar de sus propias fluctuaciones, se percibe generalmente como un activo de baja correlación con los mercados de acciones y bonos tradicionales. Por lo tanto, se utiliza en carteras de inversión para reducir el riesgo general. Los modelos de la banca tradicional buscan determinar cuánto de esa función de diversificación podría ser asumida por Bitcoin. Si Bitcoin puede alcanzar un nivel de volatilidad que lo haga atractivo como un verdadero diversificador, similar al oro, su potencial de precio se calibra en función del tamaño del mercado de inversión en oro.

La banca tradicional debe asignar capital de riesgo a todos los activos que poseen o negocian. El oro tiene una clasificación de riesgo bien definida, lo que influye en la cantidad de capital regulatorio que un banco debe apartar para mantenerlo en su balance. Al proyectar que Bitcoin podría, con el tiempo, competir con el oro por una porción de las carteras de los inversores, los analistas estiman un valor teórico de Bitcoin basándose en la posibilidad de que una parte del capital que actualmente fluye hacia el oro se desvíe hacia la criptomoneda. Es una valoración basada en la sustitución de activos.

Con el tiempo, Bitcoin ha mostrado signos de ser considerado un activo de refugio seguro por algunos segmentos del mercado, lo que ha llevado a comparaciones directas con los movimientos del oro en momentos de estrés económico global. Cuando el oro sube ante la inestabilidad geopolítica o económica, y Bitcoin muestra una tendencia similar, se refuerza la idea en la mente de los inversores institucionales de que la criptomoneda está madurando hacia una función similar a la del metal precioso.

Pero la función más profunda del oro en el análisis bancario es su papel como medición de liquidez. El oro físico y sus derivados son activos con una profundidad de mercado inmensa y una capacidad excepcional para ser comprados o vendidos sin un impacto significativo en su precio. Esta liquidez superior es un factor clave que la banca tradicional observa al evaluar la madurez de Bitcoin.

Los modelos de JPMorgan y otros consideran la liquidez de Bitcoin como un factor limitante para su adopción a gran escala. A medida que la profundidad de los mercados de Bitcoin, especialmente en el ámbito de los derivados y los productos cotizados en bolsa (ETFs), aumenta, su calificación de liquidez mejora. Al comparar su liquidez con la del oro, los analistas pueden estimar el nivel de flujo de capital institucional que el mercado de Bitcoin puede absorber de manera realista sin causar una volatilidad excesiva. Una mayor liquidez en Bitcoin justifica una proyección de precio más alta, ya que permite que los grandes fondos e instituciones lo negocien con la misma facilidad relativa que negocian el oro.

La convergencia de estos factores —la sustitución de activos, la volatilidad ajustada al riesgo, el sentimiento de refugio seguro y la madurez de la liquidez— forma la base de cómo la banca tradicional "calibra" el precio de Bitcoin. No se trata de una predicción de precio absoluta, sino de establecer un valor justo teórico basado en la suposición de que Bitcoin puede capturar una fracción del mercado del oro.

Si bien el análisis que compara a Bitcoin con el oro ofrece una estructura de valoración necesaria para la banca tradicional, existe una perspectiva que desafía esta analogía directa. El oro ha sido un depósito de valor durante milenios debido a su uso físico en joyería, industria, y su aceptación histórica como medio de intercambio, que precede a los sistemas monetarios modernos. Su valor reside en gran medida en su aceptación cultural y su escasez física que ha sido constante a lo largo de la historia humana.

Bitcoin, en contraste, aunque comparte la característica de la escasez programada, es fundamentalmente un activo digital y un sistema de pago descentralizado. Su valor no solo puede ser percibido como una reserva de riqueza, sino también como una tecnología de transferencia de valor “superior” a los sistemas tradicionales.

Claro que el verdadero potencial de precio de Bitcoin puede estar desvinculado de la capitalización del oro y, en cambio, ser una función de la degradación percibida de las monedas fiduciarias y el crecimiento global de la riqueza digital neta.

Esta perspectiva matiza la analogía con el oro: aunque Bitcoin opera actualmente con un comportamiento similar al de un activo de riesgo, su demanda fundamental no reside en reemplazar al metal, sino en su potencial de actuar como una cobertura sólida frente a la inflación y la inestabilidad monetaria, impulsada por las políticas de expansión de la base monetaria y la flexibilización cuantitativa de los bancos centrales. Si la desconfianza en la gestión monetaria de los estados crece, los flujos de capital hacia Bitcoin podrían exceder con creces el tamaño del mercado de oro, ya que Bitcoin pasaría a ser visto como el activo de reserva de la era digital, atrayendo capital que de otra manera se quedaría en cuentas de ahorro o bonos con tasas de interés negativas. Por lo tanto, el techo de valoración de Bitcoin no sería la capitalización del oro, sino una porción significativa de la masa monetaria global total que busca un puerto seguro fuera del control gubernamental.

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