El gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), Agustin Carstens, parece haber cambiado su postura negativa hacia las monedas digitales de bancos centrales (CBDC), afirmando ahora que tales monedas podrían abrir nuevas posibilidades.

En su discurso titulado "El futuro del dinero y de los sistemas de pagos: ¿qué papel desempeñan los bancos centrales?", publicado el 5 de diciembre, Carstens profundizó en el enfoque de los bancos centrales sobre las tecnologías emergentes en lo que respecta a la construcción de sistemas financieros más eficientes e inclusivos.

CBDC mayoristas y minoristas

Carstens dijo que la introducción de las CBDC minoristas, que están disponibles para el público en general, incluidas las empresas y los consumidores, podría traer serios cambios al sector financiero al abrir nuevas posibilidades en lo que respecta a la disponibilidad de pagos 24/7, diferentes grados de anonimato y transferencias entre pares.

Continuó señalando que las CBDC mayoristas, donde los participantes de la red son instituciones financieras, podrían ser compatibles con la provisión de liquidez de los pagos del banco central. Las CBDC mayoristas no plantearían problemas difíciles de huella financiera, ya que se limitarían en gran medida a las instituciones que ya utilizan depósitos del banco central, según Carstens.

A diferencia de las CBDC mayoristas, las versiones minoristas plantearían una serie de inquietudes, como la designación de entidades responsables de la aplicación de las normas contra el lavado de dinero y el conocimiento de sus clientes, señaló Carstens.

Impacto negativo de las CBDC en el sistema financiero

A fines de marzo, Carstens no era tan positivo acerca de las CBDC, cuando desaconsejó la emisión de tales monedas. Carstens argumentó entonces que una CBDC podría facilitar un retiro masivo de los bancos, permitiendo a las personas mover sus fondos de los bancos comerciales a las cuentas del banco central más rápido, desestabilizando así el sistema.

En ese momento, también señaló que existen enormes consecuencias operativas para el banco central en la implementación de la política monetaria y la estabilidad del mercado tradicional. Cartens dijo: “Los bancos centrales no frenan las innovaciones por el simple hecho de hacerlo. Pero tampoco deberían adelantarse sin tener en cuenta todas las condiciones del tráfico”.

Mientras tanto, varios países están explorando el tema del desarrollo de una moneda nacional digitalizada, incluidos China, Francia y Ghana, entre otros.

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