El impuesto extraordinario a la banca, que el Gobierno de España pretende hacer permanente, ha hecho dudar sobre la permanencia en el país a algunas entidades financieras; sin embargo, Bankinter se niega a llevarse parte del negocio fuera de España para eludir la nueva normativa del estado, según lo declaró Gloria Ortíz, la consejera delegada de Bankinter el pasado jueves.
Durante una rueda de prensa, donde se publicaron los resultados trimestrales del banco, la consejera delegada explicó que el banco tiene la posibilidad de llevarse fuera el negocio internacional, las actividades de tesorería o la actividad de la cartera de bonos, porque no necesitan hacerlas desde una geografía determinada, pero ha determinado que no es su vocación.
“Creo que hay que tener un tono normal, esto es una discusión entre adultos. Lo que está claro es que tiene una serie de defectos técnicos y jurídicos que deberían solventar. Sea el impuesto que sea, si el impuesto es uno que desde nuestro punto de vista cumple la legalidad, lo pagaremos como hacemos con todos los impuestos”, señaló la ejecutiva.
Para mantenerse al tanto de los detalles de este impuesto extraordinario, la ejecutiva ha indicado que el banco va a leer “hasta la más mínima letra pequeña” de la redacción del impuesto cuando lo hagan permanente. “Nos debemos a nuestros accionistas y podemos tener problemas si no hacemos y protegemos lo que es suyo”, aseveró Ortíz.
Este nuevo impuesto a los bancos cambia la forma de calcular los impuestos. En lugar de basarse en los ingresos totales de los bancos, ahora se centrará en los beneficios que obtienen de los intereses que cobran por los préstamos y de las comisiones que cobran por sus servicios. Es decir, se impondrá un impuesto sobre la diferencia entre lo que ganan y lo que pagan por prestar dinero.
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