Resumen de la noticia:

  • Cuatro factores impiden la adopción de Bitcoin como activo de reserva por los bancos centrales: tiempo, volatilidad, regulación y efecto de red.

  • El análisis se basa en un estudio del Deutsche Bank que prevé una posible adopción de Bitcoin como activo de reserva para 2030.

  • El economista destaca que la crisis de confianza en las monedas fiduciarias y la búsqueda de activos apolíticos favorecen tanto al oro como a Bitcoin en el escenario geopolítico actual.

Con una capitalización de mercado de más de 2 billones de dólares, Bitcoin () está consolidado como un activo financiero de propiedades únicas y alcance global. A pesar de la narrativa del "oro digital", Bitcoin aún no puede ser considerado un activo soberano. La condición fundamental para un cambio de estatus definitivo es la incorporación del criptoactivo a las reservas internacionales de bancos centrales.

Aunque la idea no parezca tan absurda como hace años, y Bitcoin ya haya sido adoptado como activo de reserva en países periféricos, como El Salvador y Bután, todavía hay cuatro factores que impiden esta transición, afirma el economista Fernando Ulrich, en un análisis publicado en YouTube.

Analizando un estudio del Deutsche Bank que prevé que para 2030 Bitcoin será adoptado como activo de reserva por los bancos centrales, Ulrich destaca que la "crisis de confianza" en las monedas fiduciarias juega a favor de Bitcoin.

Según el economista, la impresión de dinero a gran escala patrocinada por los bancos centrales tras la crisis financiera de 2008 hizo que los activos que no pueden ser arbitrariamente inflacionados, especialmente el oro, volvieran a ser percibidos en función de su valor intrínseco.

Con el aumento de la demanda global impulsada por los bancos centrales, el oro se valorizó un 116% en relación con el dólar en los últimos cinco años. Solo en 2025, la subida acumulada alcanza el 57%, de acuerdo con datos de TradingView.

Gráfico XAU/USD en los últimos 5 años. Fuente: TradingView

Antes del colapso del patrón oro, el papel de las reservas internacionales era inequívoco: los bancos centrales poseían oro para "restituirlo en especie", honrando la convertibilidad de sus monedas fiduciarias en un activo soberano.

Con el fin del patrón oro, en 1971, hubo un esfuerzo deliberado liderado por Estados Unidos, bajo la presidencia de Richard Nixon, y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para "desmonetizar por completo el oro", afirma el economista.

Las propiedades de Bitcoin son similares a las del oro

La crisis financiera de 2008 también fue el catalizador para la creación de Bitcoin, un activo que, como destaca el análisis del Deutsche Bank, comparte algunas de las características fundamentales del oro.

Así como el oro, cuya extracción es difícil y finita, Bitcoin posee una oferta total limitada a 21 millones de unidades, con un cronograma de emisión transparente y matemáticamente predecible, inmune a decisiones políticas.

Ambos activos eliminan el riesgo de contraparte. Tanto el oro físico bajo custodia como Bitcoin "no son pasivos de nadie", enfatiza Ulrich.

Tanto el oro como Bitcoin históricamente registran una baja correlación con activos tradicionales, como acciones y títulos de deuda, configurándose como alternativas eficaces para la diversificación de carteras.

4 obstáculos de Bitcoin para conquistar la confianza de los bancos centrales

A pesar de las similitudes, Bitcoin aún no está establecido como un activo de reserva de valor universalmente aceptado equivalente al oro. Y esto se debe a cuatro factores principales, según el economista brasileño.

Para Ulrich, la consolidación de Bitcoin como activo de reserva no será un evento súbito, sino un proceso que depende de la superación gradual de cuatro obstáculos fundamentales. Cada uno de ellos representa una etapa en la evolución de Bitcoin de activo emergente a reserva de valor.

En términos comparativos, la principal ventaja del oro sobre Bitcoin es su tradición milenaria. Bitcoin, con 15 años de existencia, aún no ha superado la prueba del tiempo. Ulrich resalta que la confianza y la estabilidad del oro no son patrones intrínsecos al activo, sino propiedades que emergieron de su mercantilización a lo largo del tiempo.

Para el economista, Bitcoin necesita tiempo para alcanzar niveles equivalentes de madurez.

La alta volatilidad de Bitcoin sigue siendo señalada como un impedimento para que Bitcoin sea considerado un activo de protección. A lo largo de su historia, caídas abruptas o rallies meteóricos no son infrecuentes.

Sin embargo, tanto el Deutsche Bank como Ulrich señalan que la volatilidad del criptoactivo ha presentado una tendencia a la baja constante a medida que su adopción y liquidez aumentan.

Ulrich recuerda también que el oro presentaba un patrón similar en sus etapas iniciales de monetización.

A pesar del crecimiento de la adopción institucional a nivel corporativo, la ausencia de una regulación clara y global sobre negociación, custodia y tributación de criptoactivos representa un impedimento directo para que los bancos centrales, que operan bajo mandatos estrictos, puedan asignar parte de sus reservas a Bitcoin.

La superación de los tres factores anteriores resultará en la última etapa de la transición: la amplificación general e irrestricta del efecto de red. Ulrich afirma que, así como ocurrió con el oro, la creencia colectiva se transforma en valor tangible, de acuerdo con la siguiente lógica:

“Cuantas más personas creen que algo tiene valor, más personas comienzan a creerlo también. Este proceso se amplifica en un efecto de red y se convierte entonces en una profecía autocumplida.”

Finalmente, Ulrich destaca que Bitcoin también se beneficia del actual escenario geopolítico fragmentado y del debilitamiento del orden global establecido tras la 2ª Guerra Mundial.

Este fenómeno acelera la búsqueda de activos apolíticos, que no pueden ser censurados o controlados por una sola nación, como es el caso del dólar, y beneficia tanto la remonetización del oro como el ascenso de Bitcoin.

Aun así, Ulrich considera que es improbable que el dólar pierda su estatus de principal activo de reserva global hasta 2030. Sin embargo, el economista sí vislumbra un futuro en el que Bitcoin podría convertirse en el estándar monetario global:

"No será en 10, 15 años, eso es mucho más adelante.”

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.