En un mundo cada vez más digitalizado, donde las criptomonedas y las soluciones de pago móviles crecen con fuerza, el uso del efectivo parece estar perdiendo terreno. Sin embargo, su desaparición no es tan inminente como algunos imaginan. Lejos de ser obsoleto, el dinero físico sigue ofreciendo ventajas clave en términos de privacidad, accesibilidad y resiliencia. Mientras tanto, los bancos centrales avanzan en el desarrollo de monedas digitales (CBDC), que podrían cambiar por completo el panorama monetario. ¿Puede una CBDC sustituir al efectivo? ¿Qué ventajas aún ofrece el dinero en papel frente a sus equivalentes digitales?

Efectivo vs. Criptomonedas: dos mundos distintos

Aunque ambos pueden ser utilizados como medios de pago, el efectivo y las criptomonedas operan en lógicas completamente diferentes. El primero es tangible, universal y respaldado por el estado; el segundo es intangible, en algunos casos descentralizado y sujeto a una alta volatilidad según los detractores de las criptomonedas.

Una de las principales fortalezas del efectivo es su privacidad total. Al no dejar rastros digitales, permite realizar pagos sin exponer datos personales ni financieros. Las criptomonedas, en cambio, aunque pueden ofrecer un cierto grado de anonimato, son generalmente trazables a través de la tecnología blockchain. Esto convierte cada transacción en un registro público, aunque no siempre fácilmente identificable.

Además, el efectivo presenta una aceptación prácticamente universal. Desde grandes ciudades hasta comunidades rurales, puede ser utilizado sin necesidad de conectividad, teléfonos móviles ni billeteras digitales. En contraste, las criptomonedas requieren una infraestructura tecnológica y un nivel de conocimiento que aún representa una barrera para buena parte de la población mundial.

También existen diferencias notables en términos de costos y estabilidad. El efectivo no genera comisiones por su uso, y su valor no fluctúa de forma drástica en el corto plazo. Las criptomonedas, en cambio, suelen estar sujetas a tarifas de red variables y a una volatilidad significativa, lo que las hace menos adecuadas como reserva de valor o medio de intercambio cotidiano.

¿Y si el dinero también fuera digital? El avance de las CBDC

Ante el auge de soluciones digitales y el crecimiento de activos descentralizados, los bancos centrales han empezado a diseñar su propia alternativa: las monedas digitales de banco central o CBDC (por sus siglas en inglés).

Estas monedas digitales serían emitidas directamente por la autoridad monetaria de cada país y funcionarían como una extensión del efectivo en el entorno digital. A diferencia de las criptomonedas, las CBDC no son descentralizadas ni especulativas: mantienen paridad 1:1 con la moneda oficial y están respaldadas por el Estado.

En teoría, una CBDC podría reemplazar completamente al efectivo, ya que cumpliría con las mismas funciones básicas: servir como medio de pago, unidad de cuenta y depósito de valor. Además, tendría ventajas adicionales, como mayor eficiencia en los pagos, posibilidad de trazabilidad para combatir el crimen financiero, y menor dependencia del sistema bancario tradicional.

Sin embargo, la implementación práctica de una CBDC como sustituto del efectivo presenta desafíos importantes. Uno de los más discutidos es el de la privacidad. Mientras que los billetes y monedas permiten transacciones anónimas, las monedas digitales estatales, por definición, podrían registrar cada movimiento económico del ciudadano, lo que genera preocupaciones sobre vigilancia y control.

También está el problema de la inclusión financiera. Millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a internet o a dispositivos digitales adecuados. Para que una CBDC sustituya al efectivo, tendría que garantizar su uso offline y sin barreras tecnológicas, algo que aún está en etapa experimental en la mayoría de los prototipos.

Por último, el efectivo actúa como una herramienta de resiliencia. En situaciones de emergencia, como apagones, catástrofes naturales, crisis tecnológicas entre otros, el efectivo puede seguir circulando sin necesidad de conectividad. Una moneda digital, en cambio, está sujeta a riesgos técnicos, cibernéticos y operativos.

Sin embargo, hay opiniones contrapuestas, y en este sentido, Stefano Angeli, CEO de Utoppia, explicó que no hay ventajas al usar el dinero en efectivo en una economía tan digitalizada. Indicó que: “El dinero en efectivo es más inseguro. Se pierde. De hecho se puede hasta destruir y perder valor. Es inseguro también por un tema de robos. Ya entrar a un cajero automático con una tarjeta en la mano sabiendo que vas a salir con efectivo es un peligro. Por eso, está bajando drásticamente el consumo de efectivo en todo el mundo”. 

Además aclaro que está situación no se visualiza en las economías desarrolladas exclusivamente, sino que “en las economías emergentes estamos viendo cómo con pagos QR y pagos con proximidad, por ejemplo, está eliminando drásticamente el efectivo”.

De hecho, los gobiernos están haciendo políticas, como la surgida la semana pasada en Argentina, para que la gente se preocupe menos y empiece a utilizar pagos digitales”, sentenció.

En virtud de estas declaraciones, resultó loable preguntar sobre los riesgos que conlleva el uso del efectivo sobre el dinero digital, y en tal sentido Stefano dijo: “El dinero digital hace que las transacciones sean más seguras. Por ejemplo, con push notifications que te llegan a la hora de cualquier transacción para corroborar que no te hayan utilizado el medio de pago en forma fraudulenta. Se pueden controlar límites desde la aplicación, se pueden bloquear los medios de pago y todo esto hace que las transacciones sean mucho más seguras”.

Indicó que Utoppia permite que trabajadores remotos, no residentes en Estados Unidos, puedan abrir una cuenta bancaria en dólares en ese país. Y agregó “Argentina lidera la región y ocupa el quinto lugar a nivel mundial en cuanto al número de trabajadores contratados por empresas extranjeras, junto con Estados Unidos, Filipinas, India y Gran Bretaña. Según el Reporte Global de Contratación 2024 de la empresa de Recursos Humanos Deel, en el último año la contratación de argentinos para trabajar de manera remota para el exterior aumentó un 54%”

No obstante, recibir pagos internacionales, ahorrar de forma segura y gestionar el dinero sin fricciones sigue siendo un desafío. Los pagos internacionales siempre han sido un punto conflictivo. Enviar o recibir dinero de clientes, empleadores o familiares fuera del propio país es muy costoso y, en muchos casos, inviable.

¿Qué dicen los gobiernos y los bancos centrales?

Algunos de los bancos centrales del mundo, incluidos el Banco Central Europeo, la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, han dejado claro que no buscan eliminar el efectivo, al menos en el corto y mediano plazo. El enfoque más común es complementario: ofrecer una CBDC como alternativa digital al efectivo, no como su sustituto forzoso.

Incluso en países donde el uso de efectivo ha disminuido drásticamente como Suecia, España o China, las autoridades siguen garantizando su disponibilidad. El motivo es claro: aunque la tecnología avanza, el efectivo sigue siendo una herramienta esencial para la autonomía financiera, la privacidad ciudadana y la inclusión económica.

¿Y entonces? Un escenario híbrido

Todo indica que en los próximos años conviviremos en un ecosistema monetario mixto, en el que el efectivo, las CBDC y las criptomonedas cumplirán roles diferenciados:

  • El efectivo seguirá siendo importante para quienes valoran la privacidad, la resiliencia y la inclusión básica.

  • Las CBDC podrían ofrecer una opción digital segura, estable y respaldada por el Estado, con cierto grado de trazabilidad.

  • Las criptomonedas continuarán como instrumentos alternativos, especialmente en entornos de innovación, inversión o desintermediación.

La clave estará en cómo cada país equilibre innovación tecnológica con derechos fundamentales como la privacidad, el acceso y la libertad de elección. Lo digital puede ofrecer muchas ventajas, pero lo físico aún conserva atributos que no son fácilmente replicables por ningún sistema digital.

Sinergia entre la banca digital tradicional y las criptomonedas 

La digitalización del dinero es un proceso inevitable, pero no implica necesariamente la desaparición del efectivo. Mientras las CBDC avanzan como posibles nuevas formas de dinero público, el efectivo sigue siendo una herramienta insustituible para millones de personas. Preservar su disponibilidad, en paralelo al desarrollo de nuevas soluciones digitales, puede ser la mejor garantía de una transición justa, inclusiva y libre en la era del dinero digital.

Stefano concluyó diciendo que “el ecosistema financiero se está convirtiendo en una red interconectada donde la colaboración será clave para ofrecer una experiencia más eficiente, segura e inclusiva al usuario final. Desde Utoppia, visualizamos un entorno donde bancos, fintechs y tecnologías descentralizadas convivan y se complementan, cada uno aportando lo mejor de su enfoque: la solidez regulatoria de los bancos, la agilidad e innovación de las fintechs, y la transparencia y autonomía de las soluciones descentralizadas. La interoperabilidad no solo amplía el acceso, sino que permite a las personas mover su dinero con libertad, elegir los servicios que más les convienen y construir su propio ecosistema financiero, sin fronteras ni intermediarios innecesarios”.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.