El mandato de cuatro años de Jerome Powell como director de la Reserva Federal de los Estados Unidos termina el próximo mes de febrero. Y se podría asumir que su renominación es, prácticamente, un hecho. Es decir, el Sr. Powell tiene el apoyo de ambos partidos. No es un trabajo fácil. Y, por un azar de la historia, al amigo Powell le tocó lidiar con una de las crisis más complejas de los últimos 75 años. ¿Cómo lo hizo? Al parecer, muy bien. Después de todo, se ganó el respeto del legislativo. Sin embargo, hay un sector que no está muy contento con su gestión. La senadora Elizabeth Warren, por ejemplo, lo tildó de ser un hombre “peligro”. ¿Es Jerome Powell un hombre “peligroso”?

Seguramente, tendremos a Jerome Powell cuatro años más como líder de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Todo parece indicar que obtendrá el apoyo de la mayoría. Claro que esto no quiere decir que su popularidad sea unánime. En primer lugar, la Reserva Federal no es monedita de oro. La corriente ultraconservadora, por ejemplo, se opone a su existencia por un asunto de principios. Los libertarios, en particular, son los eternos críticos de la Reserva Federal. En este contexto, es muy común presentar a la Reserva como un demonio “keynesiano”. Exacto. Se trata de una batalla principalmente ideológica. Entonces, tenemos un debate ideológico entre dos bandos enfrentados. Los conservadores (escuela de Chicago, austriacos) vs los keynesianos. 

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Esto nos recuerda a un mundo previo a la caída del Muro de Berlín. Hay que tomar en cuenta que el conservadurismo es un movimiento esencialmente reaccionario. O sea, promueve un retorno al pasado. De hecho, es una postura más política que económica. Ahora bien, no todo conservador defiende las mismas cosas. Y no todo conservador comparte la misma dureza. Sin embargo, en términos generales, existe un fuerte sentimiento anti-estatista. Por un lado, tenemos la libertad individual por encima de todas las cosas. Y, por el otro lado, un rechazo rotundo a la intervención estatal en la economía. La solución es la visión liberal-clásica del libre mercado. En otras palabras, el mundo antes del New Deal de Franklin D. Roosevelt. Y, por supuesto, el mundo antes de las ideas del economista británico John Maynard Keynes. He aquí los dos anticristos: Roosevelt y Keynes. 

En lo personal, encuentro muy curiosa esta fijación con Keynes por parte de los conservadores. En varias ocasiones, yo he sido etiquetado de “keynesiano” por algunos lectores por el simple hecho de describir los mecanismos de la política monetaria actual. Les recuerdo que no soy un político. En todo caso, soy un inversor en busca de crecimiento financiero. Esto me obliga a ser bastante pragmático. Hablar de las cosas como son, no de cómo deberían ser. Las ideas de Keynes no son mi problema, en realidad. Lo que me interesa es la política monetaria actual y sus efectos en los mercados. 

Las inyecciones de liquidez por parte de la Reserva Federal han tenido un gran impacto en los mercados. Los precios de los activos se han disparado y la mayoría de los inversores nos hemos beneficiado de esto. Esta liquidez ha propiciado un boom especulativo increíble. Y los primeros en recibir los caramelos de toda esta especulación han sido las personas con dinero en activos financieros (acciones, cripto, etc.) Aquí estamos hablando de la recuperación en forma de K. 

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La Reserva Federal tiene un mandato doble: Estabilidad de la moneda y la creación de empleo. Lo segundo siendo más importante que lo primero. La crisis del coronavirus generó una caída histórica de la demanda, causando así una crisis muy profunda. La intervención estatal en la economía fue necesaria para subir la demanda con inyecciones de liquidez. La intención es recuperar la demanda para estimular la creación de empleos. ¿La especulación bursátil estimula la creación de empleo? 

La recuperación en forma de K se caracterizó con una recuperación sumamente desigual. La liquidez inyectada se quedó por mucho tiempo estancada en los mercados financieros y no circulaba con la misma velocidad en la economía real. ¿Por qué? Bueno, porque las grandes compañías no invirtieron el dinero recibido. Lo que hicieron fue comprar sus propias acciones (buybacks). Esto causó un boom financiero artificial con dinero público, beneficiando primero a los grandes capitales. 

Ahora bien, con la gran excepción de los ultraconservadores, nadie niega la necesidad de inyectar liquidez para subir la demanda. En términos generales, la Reserva Federal hizo lo correcto. Y no es causal el apoyo bipartidista que está recibiendo Jerome Powell en estos momentos. Debemos recordar que Powell es republicano (miembro del partido conservador). En fin, su gestión de la crisis ha sido todo un éxito. No podemos decir que es perfecta. La inflación sigue siendo una preocupación. Pero, hasta ahora, todo parece estar bajo control. 

¿Por qué es un hombre “peligroso”? La crítica no viene por su política monetaria. Su supuesto peligro viene de su rol como regulador. Exacto. La Reserva Federal también tiene un rol muy importante en la regulación de los bancos. Y aquí Powell ha mantenido un rol bastante liberal. En otras palabras, su gestión brilla por la ausencia de controles. Uno podría llegar a pensar que toda esa liquidez inyectada, por ejemplo, debería estar sujeta a ciertos controles. Por ejemplo, no buybacks. Se supone que ese dinero es para la recuperación. O sea, para la creación de empleos. 

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En fin, esa “peligrosidad” de Powell proviene de la izquierda radical que quiere más regulación. El exceso de regulación es tan perjudicial como la no regulación. He ahí el problema con Elizabeth Warren. La dama se va por los extremos. Nos guste o no, Powell tiene el apoyo de los conservadores, los centristas y los izquierdistas moderados. Su gestión no es perfecta. Pero es bastante aceptable dada las circunstancias. Después de todo, salimos de la crisis en tiempo record. 

Criticar desde la banca es sumamente fácil. Ser oposición es muy sencillo. Porque la oposición siempre tiene la razón. La utopía habita en la imaginación. El que no tiene que demostrar nada, nunca se equivoca. Algo muy distinto es estar peleando en la arena. El que lucha con los leones rara vez alcanza la perfección. Es objeto de muchas críticas. Pero muy pocos se atreven a tomar su puesto. Cualquiera critica el manejo de la crisis por parte de la Reserva Federal. Pero Jerome Powell es el candidato favorito de conservadores y liberales para un próximo mandato de cuatro años. Interesante.