Opinión de: Patrick Ngan, director de inversiones de Zeta Network Group

Strategy acaba de comprar más Bitcoin (BTC) de nuevo. Mientras tanto, docenas de otras empresas públicas mantienen sus inversiones y guardan silencio.

El silencio es la historia. El primer acto del Bitcoin corporativo, una valiente acumulación frente al escepticismo, ha terminado. Lo que hizo que las empresas entraran en el juego no las mantendrá competitivas.

Comprar Bitcoin en 2020 fue una declaración. Mantenerlo en 2025 es un error.

El mercado ha superado las declaraciones de fe. Las tesorerías corporativas de Bitcoin ahora necesitan demostrar que realmente pueden usar el activo, no solo almacenarlo. La tenencia pasiva ya no es cautelosa: es una gestión de capital perezosa.

La tenencia pasiva se convierte en un pasivo de capital

Mantener Bitcoin directamente fue un primer paso necesario, y la apreciación del precio ha validado esa apuesta para los pioneros. Las tenencias pasivas no generan rendimiento. Las operaciones de tesorería tradicionales no toleran activos que producen cero ingresos.

El efectivo inactivo se despliega en letras del Tesoro (T-bills), papel comercial, mercados monetarios (cualquier cosa que genere rendimiento y mantenga la liquidez). Una posición estática de Bitcoin se encuentra fuera de este marco. Bloquea capital, no produce flujo de caja y no contribuye en nada a la estrategia operativa.

El costo de oportunidad es evidente. Los directores financieros se preocupan por cada punto base de sus reservas de efectivo, ejecutando modelos sobre tasas a un día e instrumentos a corto plazo. ¿De alguna manera, una posición de 50 millones de dólares en Bitcoin obtiene un pase? Se queda ahí, sin generar rendimiento, mientras cada otro dólar en el balance se optimiza activamente.

Más de 172 empresas públicas ahora tienen Bitcoin en sus balances, con 48 nuevos participantes en solo un trimestre. Sin embargo, pocas hacen más que mantener sus monedas. La era del hodl tenía sentido cuando Bitcoin era una apuesta contraria. Tiene menos sentido cuando se convierte en consenso.

La infraestructura para la gestión activa ya está aquí

La infraestructura institucional de finanzas descentralizadas ha madurado. Una nueva generación de instrumentos respaldados por Bitcoin permite a las tesorerías desplegar Bitcoin como garantía productiva dentro de marcos regulados. Estos no son los protocolos de préstamo sin garantía que explotaron en 2022. Son sistemas totalmente garantizados construidos para comités de auditoría y equipos de cumplimiento.

Como se destacó en un análisis reciente de plataformas de rendimiento de Bitcoin reguladas, estos marcos crean activos respaldados por Bitcoin mantenidos bajo custodia regulada con prueba de reservas on-chain. La pista de auditoría existe, los controles de riesgo existen y los componentes básicos regulatorios han convergido. Las estrategias activas de Bitcoin ya no son experimentales: son viables.

La pregunta ya no es si es técnicamente posible: es si el liderazgo de la tesorería tiene el apetito de superar la acumulación pasiva.

Un plan para la tesorería moderna

Esto ya no es teórico. Las empresas públicas están empezando a mover porciones de su Bitcoin a instrumentos que generan rendimiento (totalmente garantizados, auditables y construidos para estándares de riesgo institucional). No es una apuesta. Es la misma lógica que coloca efectivo en los mercados monetarios en lugar de cuentas corrientes.

Una empresa que cotiza en el Nasdaq puede asignar parte de su tesorería de Bitcoin a una inversión estructurada que genere rendimiento sin comprometer sus estándares de gobernanza. El capital permanece dentro de un entorno controlado. Ahora realmente trabaja para el balance en lugar de simplemente quedarse inactivo. Las empresas que aplican disciplina financiera a sus reservas digitales están ganando credibilidad entre los inversores y, en algunos casos, superando materialmente a sus pares pasivos.

Este es el plan. Las empresas que cotizan en bolsa pueden integrar Bitcoin en las operaciones de tesorería sin tratarlo como una pieza de museo intocable.

La próxima divergencia del mercado

El mercado se dividirá rápidamente. Las empresas que gestionen activamente su Bitcoin cotizarán de forma diferente a las que solo lo mantengan. La pregunta cambia de "¿Tienes Bitcoin?" a "¿Qué haces con él?". Las reservas estáticas que generan cero ingresos serán descontadas como cualquier activo subutilizado en un balance.

Esta creciente división es una "carrera de credibilidad" entre las empresas que utilizan las reservas de criptoactivos estratégicamente en lugar de simbólicamente. Los líderes corporativos ahora se enfrentan a una elección clara. Comprar Bitcoin fue fácil; gestionarlo productivamente es más difícil. La próxima ola de adopción no se medirá por el tamaño de las tenencias, sino por la sofisticación de la estrategia.

Metaplanet recientemente se convirtió en el quinto mayor tenedor corporativo de Bitcoin del mundo, con más de 633 millones de dólares en BTC. Impresionante. Si permanecen pasivos o se vuelven productivos, esto determinará si esa posición crea un valor duradero o simplemente un riesgo de titular.

Las tesorerías que evolucionen desbloquearán rendimiento y eficiencia. Las que no lo hagan verán cómo su ventaja de pionero se desvanece hasta la irrelevancia. La pregunta no es quién compró Bitcoin primero; es quién descubrió qué hacer con él.

El tamaño de las tenencias no importará si la estrategia detrás de ellas está estancada.

Opinión de: Patrick Ngan, director de inversiones de Zeta Network Group.

Este artículo tiene fines de información general y no pretende ser ni debe tomarse como asesoramiento legal o de inversión. Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son únicamente los del autor y no reflejan ni representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.