Uno de los principales problemas de cara a la adopción de Bitcoin y otras criptomonedas es su avance en el ámbito legal. ¿Cómo encaja un dinero que busca erradicar el Estado de la emisión y gestión de las finanzas ciudadanas en el sistema estatal? ¿Qué podemos decir en materia legal en relación a esta tecnología?

Para responder estas y algunas otras dudas CoinTelegraph en Español conversó con la abogada española Cristina Carrascosa, quien es fiscalista, se encuentra trabajando principalmente en Madrid, y se ha enfocado en el entorno empresarial que ha crecido alrededor de los criptoactivos en el país ibérico.

¿Veremos dinero desestatizado gracias a Bitcoin? ¿Cómo es ser abogado y trabajar con la innovación? ¿Hay futuro en las criptomonedas de paridad emitida por Estados? ¡Acompáñanos!

Javier Bastardo (JB): ¿Cómo llega una abogada al mundo de las criptomonedas? Cuéntanos tus primeras experiencias en torno a esta tecnología

Cristina Carrascosa (CC): Conocí Bitcoin por primera vez en torno al 2012, cuando trabajaba en el departamento de tecnología de un despacho de abogados. Fue totalmente casual, tenía que darle contenido al blog de nuestra web y buscando material di con algo llamado "Bitcoin”. En aquella época, además, lo poco que había escrito estaba en inglés, y prácticamente nada había en España salvo foros muy concretos.

Tras varias semanas leyendo, tomando apuntes… Medio entendí de qué iba Bitcoin, y aunque es cierto que me pareció interesante, cuando comprendí la tecnología que lo hacía funcionar tal y como existe, simplemente tuve la sensación de que era una herramienta nueva y con mucho potencial, y como yo me dedicada ya al derecho tecnológico, decidí especializarme en los potenciales problemas legales y regulatorios que parecía que podía generar el uso, tanto de la tecnología blockchain, como de Bitcoin como medio de pago, y dejé mi trabajo para trasladarme a Madrid y poder trabajar y conocer más de cerca a la comunidad; que por entonces ya había en España. Y si, aproveche para invertir.

-JB: Uno de los principales bastiones de Bitcoin y de este movimiento en general es desestatizar el dinero. ¿Qué opinión merece esta idea desde la perspectiva del derecho? ¿Tiene sentido? ¿Por qué?

CC: Reconozco que en este aspecto tengo una disyuntiva bastante profunda, porque, por un lado, como abogado y fiscalista, sé que la desestatalización del dinero es imposible. Y menos aún en los tiempos que corren donde la hiperinflación y el crédito al consumo se han convertido en instrumentos de política monetaria que causan una especie de semi esclavitud para el ciudadano. No existe capacidad de ahorro, y el endeudamiento está prácticamente generalizado, mientras el sistema sigue creando dinero. Pero este es el sistema que tenemos.

Cierto es que Bitcoin es el único activo que podría suponer cierto tipo de reto al dinero estatal, pero creo que es una carrera larga, lenta y muy dolorosa porque ningún Estado va a permitir la pérdida de poder que supone levantar las manos sobre la política monetaria y el control del dinero fiduciario.

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Creo que asumir que Bitcoin se convertirá en dinero no estatal puede ser factible, aunque hay que valorar el hecho de que al no ser admitido como medio de pago, tendremos siempre las complicaciones fiscales de turno. ¿Pero que se desestatice el dinero? Ojalá, porque el camino hacia el que vamos con la forma en la que se está gestionando ahora mismo la emisión del mismo es preocupante, pero no, desde el punto de vista legal no encaja.

-JB: Adentrémonos un poco en tu práctica legal: ¿Qué hace una abogada fiscalista asesorando empresas / proyectos? ¿Cuáles son tus funciones? ¿Cuáles son los servicios más comunes que te solicitan?

CC: Desde hace unos años casi todas las propuestas van encaminadas a la desinversión de Bitcoin y otras criptomonedas a fiat, es decir, el cash out y el cálculo de las cantidades que corresponderá pagar en concepto de los diferentes impuestos. Hay empresas que trabajan con bitcoin o ether, que prefieren tener sus asuntos contables con nosotros porque entendemos cómo funciona, porque están más tranquilos cuando un tercero con conocimiento gestiona estos temas.

Y por supuesto, el producto estrella son las inspecciones. Hacienda está poniendo el foco en empresas y particulares que han operado u operan con criptoactivos y no es raro que les inicie procedimientos inspectores. En estos casos soy yo quien acude ante la Administración, gestiona el procedimiento y en función de los resultados se toman unas decisiones u otras, pudiendo además terminar recurriendo las liquidaciones, que es concretamente mi especialidad.

- JB: ¿Qué crees que necesita esta industria para crecer? ¿Cómo evalúas la creación de nueva legislación? ¿Cómo crees que debe llevarse a cabo?

CC: Yo creo que necesita adopción masiva y usabilidad. Cuando el mercado reciba alguna aplicación que sea útil y fácil de utilizar, es cuando los usuarios entrarán en números ya considerables, y entonces la industria no podrá ser ignorada. Es cierto que una de las barreras de entrada para este tipo de aplicaciones al mercado tradicional es la regulación, sobre todo cuando no es friendly con el ecosistema cripto, pero también lo es que los abogados estamos entrenados para conocer la legislación y poder hacer, en los casos que proceda, legal hacking; es decir, no incumplir la ley, pero hacer posible la creación de un negocio, una plataforma… Y si es necesario acudir al regulador para tener conversaciones con él y que aclare conceptos, como sucedió con la STO, que desde Pinsent Masons lanzamos con Cryptobirds, pues se hace. Ese es nuestro trabajo después de todo, no frenar la innovación y que se acomode a la regulación.

-JB: Sobre este último punto me gustaría que te extendieras un poco más. ¿Crees que las criptomonedas deben ser reguladas? ¿Por qué? ¿Cómo es el enfoque ideal de la generación de esta nueva legalidad?

CC: Creo que las criptomonedas no llegaran a ser reconocidas nunca como medio de pago porque atentan directamente contra el dinero fiduciario y el poder estatal. Y ahí no hay nada que podamos hacer, pues es una decisión a nivel de gobiernos, a nivel internacional.

Pero confío en que alguna jurisdicción vea la utilidad económica de -como ha hecho algún vecino nuestro- declarar exentas de tributación las ganancias de capital derivadas de las operaciones con criptoactivos. Una modificación mínima de su ley tributaria, sin aspavientos, y consiguen asimilar las criptomonedas a un medio de pago, pues eximen a los ciudadanos de tener que tributar por las plusvalías.

Este tipo de legal hacking que he comentado antes, también lo practican los Estados porque, al fin y al cabo, compiten entre ellos por atraer una industria que genera rendimientos económicos. Por eso hay que estar atentos a las novedades legislativas, no sólo de nuestro país sino del entorno, puesto que es en este tipo de medidas donde puede producirse la oportunidad para desarrollar negocios dentro del entorno cripto que tengan viabilidad y éxito.

-JB: Las criptomonedas suelen ser agnósticas, pueden utilizarse para actividades lícitas o para otras que son penadas en diferentes jurisdicciones… ¿Cómo lidia un abogado con este tema? ¿Crees que eso demerita tu práctica profesional? (Es decir, ¿algunas veces otros abogados te juzgan por decidir abocarte a este tema?)

CC: Creo que son cosas diferentes. Una es que se usen criptoactivos para actividades ilícitas, que seguro que ocurre, en lo que nunca me vería envuelta ni participaría, y otra cosa son los prejuicios que se tienen o se tenían hace unos años sobre ello.

Es cierto. Cuando yo empecé a dedicarme profesionalmente a asesorar a empresas y a particulares dentro del ecosistema, muchos compañeros lo vieron con recelo, como una locura, una apuesta que era fracaso seguro. Pero sin embargo, no solo no lo fue sino que incluso un despacho internacional apostó por crear una práctica y que la liderase yo.

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Al final, creo que cuando un profesional trabaja con honestidad, sin desespero y construye con calma, es difícil equivocarse. Y tengo la suerte de que hoy en día esos prejuicios están desapareciendo deprisa. Ya no soy ‘la loca que dejó su trabajo para entrar en el mundo cripto’, ahora algunos me recuerdan que fui de las primeras que en España apostó por trabajar en las cuestiones legales de este tipo de clientes.

-JB: Finalmente, con la irrupción de cada vez más tokens de monedas nacionales, ¿qué pasará con las criptomonedas no reguladas? ¿Crees que una stablecoin de paridad con el dólar estadounidense o el yuan podría desplazar a Bitcoin? ¿Qué peso tendría la legalidad y el aparataje estatal en este sentido?

CC: Lo dudo bastante. Personalmente creo que nada ahora mismo tiene la capacidad de desbancar a Bitcoin. Y no soy especialmente maximalista, pero objetivamente las características técnicas del Bitcoin y su irrupción en el mercado son difíciles de copiar, o de igualar.

Las stablecoins son dinero digital, con las mismas ventajas y los mismos inconvenientes que el dinero fiduciario actual. Por “meterle blockchain” no dejan de ser monedas controladas por las políticas monetarias diseñadas por los gobiernos, y a veces ni eso, porque dependen de organizaciones internacionales.

Creo que usamos el dinero fiduciario porque no tenemos más remedio, no es una elección, es una imposición, pero muchos de los que invierten en Bitcoin no lo harían en dinero fiat, elástico. Posiblemente la evolución natural es la de que se creen stablecoins, o CBDC, pero es una extensión de las políticas monetarias actuales, no cambia nada.

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