En mayo del año pasado el CEO de Tesla, Elon Musk, impactó fuertemente en el mercado de las criptomonedas al decir que su empresa no aceptaría pagos en Bitcoin (BTC) alegando "el creciente uso de combustibles fósiles como el carbón en la minería y las operaciones de Bitcoin" y su preocupación al respecto. Lo que quizá no podía imaginar el magnate es que los autos eléctricos fabricados en su empresa podrían servir como fuente de energía para la minería de Bitcoin.

Eso es lo que hace el científico de datos Siraj Raval para embolsarse 800 dólares al mes. Esto se debe a que sopesó el coste de la energía para recargar el coche y la autonomía energética que proporciona el vehículo para la minería. Esto se hace conectando un dispositivo a la salida de 12 voltios del vehículo, en este caso un "inversor", que transforma la corriente continua de las baterías en corriente alterna. 

La salida del inversor, según una entrevista que Rava concedió a la CNBC, alimenta un Apple Mac Mini M1, en el que afirma ejecutar software de minería gratuito. El propietario del Tesla Model 3 fabricado en 2018 también reveló que fue capaz de convertir el vehículo en "un ordenador sobre ruedas" consiguiendo una mayor eficiencia en la minería al hackear el ordenador interno del vehículo y conectar las unidades de procesamiento gráfico (GPU) directamente desde el motor.

En cuanto a los costes, Siraj Raval dijo que gasta entre 10 y 15 dólares para recargar las baterías del vehículo, lo que representa una autonomía de 320 millas, unos 515 kilómetros, que permite 20 horas diarias de minería, a través de la plataforma "Midas.Investments", responsable de una ganancia anual del 23% en sus inversiones en altcoins, incluso con los efectos adversos de la volatilidad del mercado. 

A pesar de los tuits de Musk contrarios a la minería con energía fósil, Tesla ha invertido fuertemente en Bitcoin en 2021, que en octubre representaba una cantidad de 43,200 BTC en poder de la empresa.