Georgia, el país del Mar Negro, se está preparando para regular su mercado de criptomonedas. El gobernador del Banco Nacional de Georgia, Koba Gvenetadze, declaró el lunes a The Financial que el banco central ya ha elaborado un proyecto de legislación reguladora de acuerdo con los requisitos de los organismos internacionales.

Gvenetadze dijo que se desconoce el tamaño del mercado georgiano de criptomonedas, debido a la falta de regulación. Sin embargo, una estimación de Moneyval, el organismo de vigilancia del blanqueo de capitales del Consejo de Europa, situaba su volumen de transacciones mensuales entre 3.5 y 5 millones de lari georgianoso entre 1.09 y 1.64 millones de dólares estadounidenses, al mes de septiembre de 2020. Moneyval instó a las autoridades georgianas a "reforzar la aplicación práctica de sus medidas de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo" en ese momento.

La próxima legislación cumple con los requisitos del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), continuó el banquero central, y fue redactada con la ayuda del personal del Fondo Monetario Internacional (FMI). Actualmente, las instituciones financieras de Georgia no están autorizadas a prestar servicios de intercambio y transferencia de activos virtuales, y los clientes que realizan actividades con activos virtuales se consideran de alto riesgo y están "sujetos a medidas preventivas reforzadas apropiadas".

Gvenetadze no especificó una fecha para la introducción de la legislación reguladora en el Parlamento.

Georgia cuenta desde hace tiempo con un sector de minería de criptomonedas. El país representa casi el 1% de la tasa total de hash de Bitcoin, algo excepcional para un país con menos de 4 millones de habitantes. Dispone de abundante energía hidroeléctrica, aunque la escasez de energía en la remota región de Svaneti durante el invierno se atribuyó a las actividades ilegales de minería de criptomonedas privadas. Desesperada por frenar esta práctica nociva, la iglesia nacional intervino para dar un mandato espiritual contra ella. La electricidad se suministra a las residencias privadas de la región de forma gratuita como parte de un intento de retener a la población.

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