Actualmente, la elección entre el oro y Bitcoin como alternativa de inversión y reserva de valor es una cuestión que intriga a inversores, desde los más conservadores hasta los adeptos a las nuevas tecnologías. Este año, por ejemplo, la valorización del metal ha sido de alrededor del 20% y de cerca del 30% en los últimos 12 meses, debido al fuerte movimiento de compra de oro que el Banco Central Chino ha estado realizando desde que Rusia fue excluida del sistema internacional de transacciones (SWIFT) debido a la invasión de Ucrania. Al igual que el oro, en el mismo período, Bitcoin también se destacó con un rendimiento del 122.77% en 12 meses.

En un estudio reciente realizado por Bipa, una fintech de cuenta digital que integra Bitcoin, USDT y el real brasileño, el director de contenidos e investigación de la marca, Caio Leta, explora las particularidades de ambos activos y propone un análisis comparativo que puede ayudar a los inversores a tomar decisiones más informadas.

Seguridad y tradición: el oro en enfoque

El oro, un activo considerado una reserva de valor segura durante siglos, sigue siendo el "refugio seguro" tradicional para muchos.

El oro es ampliamente aceptado en todo el mundo, tiene un valor intrínseco consolidado a lo largo de la historia y es menos volátil que muchos otros activos”, afirmó Leta.

Esta estabilidad lo convierte en una opción preferida en tiempos de incertidumbre económica, ofreciendo protección contra la inflación y la devaluación de las monedas fiduciarias. Sin embargo, la estabilidad y la seguridad tienen un costo.

La liquidez del oro, aunque robusta, no se compara con la de los activos digitales como Bitcoin”, explicó.

Además, la necesidad de almacenamiento físico y el riesgo de robo o pérdida son desafíos inherentes a la inversión en metales preciosos.

Bitcoin: la nueva frontera de la inversión

Por otro lado, Bitcoin surge como una alternativa moderna, cargada de innovación y potencial de crecimiento.

Bitcoin es un activo digital, descentralizado, con un historial impresionante de valorización”, destacó el especialista.

Su naturaleza digital elimina las preocupaciones sobre el almacenamiento físico y facilita la transferencia de valores de manera rápida y segura. Sin embargo, esa misma volatilidad que atrae a los inversores en busca de grandes retornos también es lo que aleja a los más conservadores.

Además, Bitcoin se compara con frecuencia con el oro digital, dado su suministro limitado, lo que alimenta la percepción de escasez y valor. Sin embargo, Leta advierte que, a pesar de sus ventajas, Bitcoin aún se está consolidando y, por lo tanto, es un activo que enfrenta una volatilidad significativamente mayor que el oro.

Diversificación: la clave del éxito

Ante este análisis, una estrategia que priorice la diversificación entre ambos podría ser un camino para aquellos que buscan invertir en una reserva de valor escasa.

"Una cartera de inversiones equilibrada debe considerar tanto la seguridad del oro como el potencial disruptivo de Bitcoin", analizó Caio Leta.

Subrayó que el equilibrio entre activos tradicionales y digitales puede ofrecer la mejor protección contra las incertidumbres del mercado, además de capturar oportunidades de crecimiento.

El estudio indica que, tanto el oro como Bitcoin, tienen sus méritos como reservas de valor e inversiones. La elección entre los dos depende del perfil de riesgo del inversor, el horizonte temporal y los objetivos financieros.

Para Leta “no existe una solución única para todos; lo importante es comprender las características de cada activo y cómo encajan en la estrategia individual de cada inversor”.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.