El Blockchain ha llegado para quedarse. Es una frase muy común entre los apasionados de la tecnología y los usuarios. La multiplicidad de usos la ha convertido en un avance tecnológico tan importante que miles de millones de dólares son invertidos para el desarrollo e innovación de sus cualidades.

La implementación de la Blockchain en diferentes industrias ya es un hecho, las soluciones que se han brindado en sectores financieros, salud, logística, automotriz entre otros tantos usos. El sector legal también ha sido objeto de su implementación. 

Los contratos representan un acuerdo, generalmente sinalagmático perfecto, en otros casos los contratos son verbales. Desde el inicio del sistema jurídico global los contratos han ido evolucionando a la par de las leyes aplicables. 

Así se ha ido evolucionando la elaboración de los contratos en forma y tiempo, ajustados a las normativas vigentes. Sin embargo, toda esta evolución ha mantenido una variante casi intacta: los intermediarios. Los contratos inteligentes suponen traspasar esa limitación, pues al iniciar la programación de los contratos inteligentes se retoma un principio fundamental del derecho privado en general, lo que se conoce como el principio de la autonomía de la voluntad de las partes. 

Así los contratos inteligentes se producen en una era de evolución tecnológica, brindando una solución de entendimiento automatizada en un rubro en el que los intermediarios son una constante para cualquier negocio jurídico. 

La adquisición y fusión de empresas o consorcios demandan mucho tiempo y esfuerzo, los detalles de las negociaciones y el plasmarlos en los documentos resulta una tarea titánica para los profesionales del derecho.

Sin embargo, con los contratos inteligentes esta situación cambia abruptamente, el codificar una serie de condiciones para que se automaticen los procesos es un avance importante en el rubro. Muchos trámites dependen de la intervención humana, pero al estar digitalizado y automatizado el proceso, las fusiones o adquisiciones serán principalmente más seguras. 

Ello se deriva a que el lenguaje de programación de los contratos inteligentes son esencialmente una serie de condiciones, y para la automatización de los negocios jurídicos sólo deben cumplirse las condiciones, creando un almacenamiento de datos en la red, que posteriormente genera una actividad automática desencadena al cumplimiento de otra condición. 

Las ventajas que este tipo de tecnología trae al área legal sin dudas se basa en minimizar los errores humanos, garantizar transparencia en el negocio jurídico es el elemento quizás más importante, la inmutabilidad de la información genera seguridad jurídica para las partes. 

Por ello, esta tecnología disruptiva permite no solo permitir que los negocios trascienden las fronteras sin la necesidad exclusiva del traslado para la verificación del negocio jurídico. En una fusión, por ejemplo, engendra un enorme trabajo, análisis de documentos, redacción de acuerdos, actos transitorios y actas modificatorias que en definitiva, pueden reducirse a un modo de programación que genera de manera estandarizada los acuerdos o actas resolutorias si las condiciones son cumplidas. 

En realidad, la automatización de estos contratos es algo más simple de lo que se cree. Para la fusión o adquisición de una empresa o consorcio los ítems a revisar en principio son estandarizados, por lo que los acuerdos previos también son estandarizados como regla general por lo que la modificación particular de las condiciones de los acuerdos modificaría los contratos inteligentes a voluntad de los interesados.

La programación del contrato para que una máquina lo pueda leer y procesar, pero al mismo tiempo sea un texto susceptible de análisis por parte de los intervinientes, es algo que la blockchain ha puesto al alcance de todos. 

La inmutabilidad de la información que se registra en la red, como se dijo anteriormente genera una seguridad jurídica para las partes, pues una vez que la información es agregada, no puede ser modificada, y ello justamente garantiza la seguridad jurídica de las partes involucradas. 

En América Latina ya existen programas pilotos basados en contratos inteligentes en el área legal, uno de ellos está en Argentina, donde un grupo de abogados de la plata ha creado un ecosistema de contratos inteligentes para servicios como freelancer por ejemplo, pero en la plataforma puede agregarse otro tipo de contratos. 

A pesar de que una de las finalidades de utilizar los contratos inteligentes en este ámbito es para diseminar los terceros en los procesos, también es cierto que las personas aún necesitan un aval de un tercero para confiar en este tipo de ecosistema, por ello, plataformas como la mencionada en argentina, cuentan con un arbitraje en caso de generarse una disputa por incumplimiento de los contratos. 

Desde la compra venta más simple o un contrato de trabajo intermedia terceras personas para a elaboración o para su validez, pero siempre atados a un intermediario. 

Con el uso de la moneda digital en la cadena de bloques, no se podría rastrear todas las transacciones y, además, puede almacenarse en el libro mayor distribuido. Un libro mayor distribuido se puede compartir entre diferentes usuarios en una red blockchain.

Se espera que, con el uso de contratos inteligentes, varias tareas en fusiones y adquisiciones se automatizarían. Blockchain haría que el proceso de sea más rápido, confidencial y más directo. Además, no necesitará mucha validación, e incluso cuando se cumpla un conjunto particular de condiciones, la transacción se realizará.

En las transacciones de adquisición y fusiones, los contratos inteligentes podrían reemplazar las ganancias, y presentarán un ejemplo de cómo blockchain puede revolucionar la infraestructura. Las ganancias se consideran esenciales. Los contratos inteligentes utilizados para fusiones y adquisiciones reducirán el riesgo en una gran cantidad. Además, durante los intervalos, todas las ganancias se automatizarían. Una vez que se cumplan las condiciones, el pago se realizará automáticamente.

Además, los contratos inteligentes serían bastante complejos si se establecieran más detalles y condiciones. Sin embargo, el trabajo subyacente sería el mismo; El acuerdo y la aplicación subyacentes son sistemáticos.

Con el uso de contratos inteligentes, se puede construir algoritmos que serían indexados automáticamente, y cada transacción sería modelada. Para facilitar las cosas, resulta necesario almacenar información en un libro mayor distribuido. En un libro mayor distribuido, un individuo podría hacer una revisión de la transacción de manera eficiente, y también aportaría más aclaraciones sobre varias transacciones complicadas.

Sigue leyendo: