El pasado domingo fui al Burger King del Centro Comercial Sambil, ubicado en el este de la ciudad de Caracas, capital de Venezuela. Hasta aquí, todo parecería común y hasta sin gracia. Sin embargo, al momento de pagar mi whooper doble, lo hice con satoshis, por que sí, en Venezuela van tomando fuerza bitcoin y otras criptomonedas, así como procesadores de pago y un creciente ecosistema de entusiastas y emprendedores. Voy a contarles entonces mi experiencia de comprar con bitcoin en Burger King.

Este es un país de marcadas diferencias en lo social. Así como hay quienes van contando día a día el tiempo para reunir lo suficiente para costear su alimento, existen otros que se han acostumbrado a pagar con dólares todos sus consumos. En este escenario, incluso las criptomonedas compiten, aunque aún de manera incipiente.

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Ojo. Originalmente esto fue un ejercicio personal.Tengo un tiempo considerable trabajando con esta fuente y cada nuevo anuncio que facilita las cosas a los que se interesan en esta tecnología me lleva a nuevos locales, a conocer nuevas personas, pero, en ningún caso, había pensado relatarlo. 

Esto lo hago a pedido expreso de mi editor, aunque no sin agradecer la oportunidad.

Lo haré por partes: descripción de la compra y el proceso; pros y contras y una pequeña conclusión personal.

Pagar con bitcoins: cada vez más rápido

Cryptobuyer, una empresa enfocada en el procesamiento de pagos con criptomonedas, de origen venezolano, había anunciado pocos días antes la integración de su procesador de pagos en la cadena de comida rápida. El servicio estaría disponible solamente en esta franquicia inicialmente, aunque se espera que se extienda a todos los locales de Burger King a nivel nacional.

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El proceso es sumamente sencillo. Simplemente llegas a la caja, haces tu pedido e indicas que vas a pagar con bitcoin o la criptomoneda de tu preferencia. Un elemento que destaco es que los cajeros responsables de este tipo de cobros están familiarizados con la herramienta. Mi orden fue sencilla. Un combo de Whooper.

Si consideramos que el pago solo se demoró un minuto y medio, podemos ver que esta solución de pagos compite contra los puntos de venta tradicionales, que son generalmente deficientes en el país, bien por la plataforma bancaria, bien por problemas del hardware (no reemplazado a pesar del paso de los años), bien por los problemas de los medios de pago del cliente.

Además, en mi caso, redujo la posible fricción temporal de cara al comercio, pues el tiempo de confirmaciones de la transacción en la blockchain de Bitcoin se redujo a 0, ya que Cryptobuyer asume el pago sin confirmaciones.

Esto puede resultar problemático, porque se arriesgan a que les realicen una transacción Replace By Fee (RBF) que, con la misma salida no gastada (UTXO) puede redirigir los fondos al propio usuario, simplemente añadiendo una cantidad considerable de comisión a una nueva transacción con la misma UTXO.

Pros y contras

Como ya he dicho, el principal beneficio es que el pago es rápido. Muy rápido. De hecho, me tardé más esperando mi whooper, que durante todo el proceso del pago, incluso incluyendo una larga fila de clientes que visitaban Burger King ese domingo. Además, dado que se trata de un medio de pago diferente, despierta la curiosidad de otros clientes, lo que puede resultar un elemento importante para atraer nuevos curiosos a Bitcoin.

Sin embargo, aquí empiezan los puntos críticos del proceso. Cryptobuyer coloca una comisión de procesamiento del pago que debe pagar el propio cliente.  En el caso de la transacción que realicé con bitcoin, la comisión fue de 12% sobre el pago que estipula el comercio y no aparece facturada. Solo forma parte del reporte de compra que se le muestra al cliente antes de pagar.

Cabe decir que, de acuerdo con la explicación de Cryptobuyer, esta anomalía se debió a una mala gestión del cajero. La comisión debería estar establecida en 4%, como explicó el CEO de Cryptobuyer al equipo editorial de CoinTelegraph en Español, tras una primera publicación de esta crónica.

“La comisión es poco más de 4% para todas las monedas sin excepción, no manejamos tasa BTC/VES si no crypto/USD, y cada comercio decide a su vez la tasa USD/VES, igualmente el fee de red lo decide el usuario”, puntualizó Jorge Faría, el CEO de Cryptobuyer.

También es importante destacar que en un primer momento se insinuó que esta integración tenía un período de “exclusividad”, como señaló el CEO de Dash Group, Ryan Taylor, a través de su cuenta en la red social Twitter.

Otro punto negativo es la tasa de intercambio bitcoin-bolívares. Los dueños de negocios prefieren cubrirse las espaldas a la hora de utilizar los marcadores del Banco Central de Venezuela (BCV), de manera que siempre el cliente recibirá una tasa de cambio muy baja. El asunto cambia cuando la tasa de referencia para las criptomonedas se establece directamente con dólares.

Así, para mi compra, este elemento de la tasa de cambio destacó sobre manera pues la el ratio BTC/VES resultó 45% inferior a los precios del mercado.

El equipo de Cryptobuyer se mostró un poco atónito por los hechos, dando a entender que este problema no se debía a su software. Tras un intercambio de palabras en su grupo público, y en un tono que yo califiqué como "cortesía fingida", el propio Farias, terminó ofreciéndome el reembolso del pago, insistiendo en que se trata de un acuerdo que se encuentra en fase de pruebas. El pago se realizó sin novedades el lunes.

Cabe decir que la reacción fue expedita, pues la respuesta a toda la situación se dio el mismo domingo. Otros usuarios también se habían quejado de la tasa, no directamente por mi caso, sino a raíz de su propia experiencia.

Conclusión

La realidad económica de Venezuela es un desafío constante. El uso de nuevos medios de pago puede ayudar a que, en medio de la depreciación del bolívar y ante las restricciones propias que impone el dólar estadounidense, las criptomonedas tomen cada vez más protagonismo.

Sin embargo, si el usuario se va a ver perjudicado por la utilización de Bitcoin o cualquier otra criptomoneda, probablemente desestime su uso. 

Si la misión de los procesadores de pago como Cryptobuyer realmente es la masificación, habrá que poner más que palabras, ayudando a crear soluciones junto con los comerciantes que no impacten directamente en los usuarios. El mercado decidirá en favor de aquellos que brinden una experiencia más segura y útil, pero sin que eso imponga un gasto extra.

Resulta curioso que por cuestiones de “amistad” los usuarios de una determinada altcoin se beneficien de los acuerdos comerciales entre el procesador de pagos y representantes de cadenas de comida rápida, como sugieren las palabras de Taylor.

Esto se interpreta como un acto de mala fe, y termina generando opiniones encontradas.

Además, la falta de claridad de la empresa a la hora de responder sobre las comisiones, refiriendo constantemente a los usuarios a comprobar la información en su página web en vez de responder directamente, no parece ser la mejor gestión. Solo tras la primera publicación de esta crónica, el propio Farías explicó cómo funciona el sistema.

Esta noticia se presentó como un importante espaldarazo para la adopción, pero, al menos en mi experiencia personal, dejó ver que los acuerdos comerciales deben explicarse con claridad y que aún hay muchos puntos de mejora.

Los puntos de vista y opiniones expresados aquí son únicamente los del autor y no reflejan necesariamente los  puntos de vista de Cointelegraph.com