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Los sistemas de identidad deben funcionar para los desconectados

Los sistemas de identidad digital excluyen a 2.700 millones de personas que no tienen smartphones. Las certificaciones offline y las credenciales firmadas por pares deben servir a los desconectados.

Los sistemas de identidad deben funcionar para los desconectados
Opinión

Opinión de: Nanak Nihal Singh Khalsa, cofundador de Holonym Foundation

Con bastante frecuencia, en la búsqueda del avance de la humanidad y la mejora de la vida humana, la humanidad ha creado más problemas de los que puede resolver. 

Es un ciclo de consecuencias no intencionadas que se remonta a nuestros orígenes. Los habitantes de las cavernas crearon armas para ayudar a la caza y a la recolección de alimentos, solo para que esas armas se convirtieran en focos de conflicto y guerra. El mismo ciclo se repite en una situación muy diferente, pero con repercusiones similares si se permite que crezca y se agrave.

Ahora estamos firmemente en la era digital. La mayoría de nuestros sistemas e infraestructuras críticos están encontrando su camino `online`. Un sistema es la identidad, la intersección de los derechos humanos y la libertad personal. La identidad es un aspecto tan crítico de la existencia humana que perderla podría significar el fin de la vida de uno, literal y figuradamente.

Y, sin embargo, las infraestructuras modernas están condenando inadvertidamente a algunos miembros de la humanidad a este destino, consciente o inconscientemente.

Las últimas infraestructuras de identidad digital, como los sistemas criptográficos y las pruebas de conocimiento cero (ZK), solo son accesibles para los ciudadanos del mundo que poseen herramientas específicas: un `smartphone` e internet. Esto solo representa una fracción de la población mundial total. Alrededor de 2.700 millones de personas no poseen `smartphones`, mientras que aproximadamente 2.600 millones permanecen `offline`. Si nuestros sistemas de identidad no atienden a esta fracción de la raza humana, no podemos llamarlos verdaderamente así.

Identidad criptográfica sin estado

Cada vez está más claro que el camino que la humanidad está siguiendo actualmente con respecto a la identidad digital solo conduce a un lugar: un futuro distópico. Para prevenir esta realidad, existe una necesidad urgente de arquitecturas de identidad que prioricen la accesibilidad y la inclusión, al tiempo que limiten las características para la vigilancia, la deshumanización y la invasión de los derechos humanos. 

Estos sistemas deberían diseñarse idealmente para entornos resilientes y de baja infraestructura, donde la conectividad, el reconocimiento estatal o la energía continua no pueden darse por sentados. Afortunadamente, la tecnología para diseñar estos sistemas ya existe.

Certificaciones `offline`

Las certificaciones `offline` a través de códigos QR, tarjetas NFC o redes `mesh` locales permiten la verificación de identidad `offline` en lugares sin internet o sin un suministro eléctrico constante, convirtiéndolos en formas más accesibles de identificación digital.

Credenciales firmadas por pares

Las credenciales firmadas por pares pueden reemplazar eficazmente las credenciales de identidad de empresas y organismos gubernamentales, proporcionando un medio de verificación de identidad verdaderamente descentralizado.

Estas herramientas ofrecen un camino hacia un sistema de identidad digital centrado en el ser humano que no es susceptible a la vigilancia o la deshumanización, al tiempo que proporciona accesibilidad y fiabilidad.

Dónde fallan los sistemas actuales

El mayor problema con los últimos sistemas de identidad digital es que refuerzan inadvertidamente algunos de los problemas de los sistemas heredados, como la deshumanización, la explotación y la inaccesibilidad, aunque de una manera diferente.

Considera los sistemas heredados como las tarjetas de identificación nacional o SIM. Estos se introdujeron para ayudar a los gobiernos a clasificar y organizar a sus ciudadanos. Sin embargo, también han excluido a aquellos sin la documentación adecuada, han expandido las capacidades de vigilancia y han creado puntos de control centralizados con el tiempo. En muchos lugares, estos sistemas dejan a los individuos con pocos recursos contra los excesos, y a menudo socavan el derecho a la privacidad al permitir que los gobiernos monitoreen a sus ciudadanos sin salvaguardias adecuadas.

Los sistemas basados en la blockchain abordan algunos de estos desafíos de accesibilidad, ya que típicamente requieren menos Know Your Customer (KYC) y pueden ser más abiertos a usuarios sin identificación tradicional. Sin embargo, introducen diferentes compensaciones, ya que la mayoría de los sistemas públicos de la blockchain hacen que los historiales de transacciones sean visibles para cualquiera, creando posibles riesgos de privacidad incluso mientras reducen las barreras de entrada. Las complejidades técnicas aún dejan a los usuarios menos experimentados vulnerables a errores o explotación.

En última instancia, el problema central es que muchos sistemas aún no están equilibrando la accesibilidad y la privacidad de una manera que sirva a todos. Las soluciones de identidad digital deben aspirar a proteger la privacidad del usuario, prevenir la censura y permanecer abiertas para todos, independientemente de si alguien posee los documentos o herramientas "correctos".

Lo que el mundo cripto necesita entender

La blockchain y las tecnologías relacionadas con las criptomonedas no cambiarán el mundo incorporando más ingenieros y fundadores respaldados por capital de riesgo. Cambiará el mundo cuando pueda servir a los apátridas, a los indocumentados y a los desconectados sin comprometer su seguridad, dignidad o control.

El primer paso para lograr esta realidad es reemplazar los sistemas centralizados con sistemas certificables y anclados por pares. Aunque el mundo cripto defiende la descentralización, todavía está lejos de lograrla.

Los contextos humanitarios son el verdadero campo de pruebas para la infraestructura descentralizada. Es fácil hablar de auto-soberanía y resistencia a la censura en un espacio de `coworking` en San Francisco. Es mucho más difícil, y más urgente, hacer que esos ideales funcionen en lugares menos perfectos, como un campo de refugiados, una zona de guerra o una aldea sin conexión a la red.

En estos contextos, elementos en los que se basan los sistemas de identidad, como emisores de confianza, servicios en la nube, `smartphones` e internet, no están disponibles. Si el mundo cripto quiere demostrar su valor al mundo, debe dejar de construir solo para sí mismo. Debe invertir en infraestructura que funcione en el límite, donde los sistemas fallan, no donde funcionan sin problemas.

Ahora es el momento de que adoptemos una postura sobre el tipo de infraestructura de identificación digital que queremos construir, para evitar cometer los mismos errores del pasado o, peor aún, para dar paso a una realidad distópica donde la identidad sea utilizada como arma contra los menos privilegiados de nuestra sociedad.

Opinión de: Nanak Nihal Singh Khalsa, cofundador de Holonym Foundation.

Este artículo es solo para fines de información general y no pretende ser ni debe considerarse asesoramiento legal o de inversión. Las opiniones, ideas y pensamientos expresados aquí pertenecen únicamente al autor y no reflejan ni representan necesariamente las opiniones y puntos de vista de Cointelegraph.