Con la entrada de los gigantes tecnológicos en el metaverso, esta realidad se hizo palpable para los más diversos segmentos del mercado. Pero, ¿está preparada la población para la revolución virtual? ¿Cómo encajar en este nuevo formato que ya mueve sectores como TI, educación y otros?

Según un estudio de JP Morgan, el metaverso habilitará nuevos casos de uso en B2C y B2B, tales como: comercio minorista transfronterizo para consumidores; contratación de profesionales de países emergentes para trabajar en países económicamente más desarrollados; oportunidades educativas a escala global con realidad aumentada; construir centros logísticos globales para servir a millones de personas; entre otros.

En este contexto, el primer paso para preparar a la sociedad es la consolidación del 5G, que permitirá una experiencia más fluida y sin defectos técnicos, para que no se vuelva estática, “pixelada” o fallida. Al mismo tiempo, la nueva generación de internet brindará conectividad ultrarrápida para acceder al metaverso en la palma de su mano, a través de teléfonos celulares.

El punto es que la desigualdad social del planeta impacta directamente en la elitización de los aparatos necesarios para masificar el metaverso. Hoy, por ejemplo, la mayoría de las personas no tienen acceso al hardware para disfrutar de una experiencia decente en la plataforma. La realidad que se vio en la pandemia es que muchos estudiantes ni siquiera tienen acceso a internet para una buena educación a distancia.

La primera salida de este cuello de botella es la inversión pública, ya sea federal, estatal o municipal, ya que serán los primeros ámbitos para pilotear la tecnología. Por lo tanto, es posible promover programas de acceso. Las grandes empresas también pueden y deben invertir en esta dirección. Los próximos pasos son las pruebas, llevando el metaverso a organizaciones, escuelas y otros entornos. Y finalmente, abaratar los costos de los accesorios y sistemas necesarios para su uso, así como promover la educación y capacitación masiva sobre las funcionalidades de la plataforma.

Estar preparado o no es una cuestión más desde el punto de vista de la accesibilidad de la tecnología que de la necesidad de cada uno, porque con el tiempo, la capilarización del metaverso hará que la sociedad sea cada vez más dependiente. Después de todo, es el proceso natural de avance de cualquier tecnología. Por ejemplo, el código QR está disponible en el mercado desde hace más de 15 años, pero su uso se generalizó después de que los teléfonos celulares comenzaron a leer los códigos de forma nativa en sus cámaras sin necesidad de aplicaciones exclusivas.

En este sentido, cuando los dispositivos que dan acceso al metaverso (gafas VR, AR, celulares, etc.) sean capaces y baratos de ofrecer una buena experiencia, todo lo demás sucederá con más naturalidad. Sin embargo, es muy importante seguir la trayectoria de la madurez, ya sea en el mundo empresarial o individualmente, porque a diferencia del pasado, hoy la velocidad de difusión de las innovaciones no tarda más décadas en darse. La tendencia es que sea cuestión de unos pocos años o incluso meses.

Un consejo para agilizar esta preparación, independientemente del escenario social, es enfocarse en estudios y calificaciones para que su empresa y sus empleados conozcan las herramientas disponibles e incluso ayuden a crear soluciones basadas en las posibilidades que ofrece la tecnología.

En un Brasil con tantos desafíos en cuanto a la aplicación colectiva, faltan muchos pasos para democratizar el metaverso, pero la magia del sistema está en las posibilidades de experiencias, que un día pueden volverse extremadamente inmersivas e inclusivas.

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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