Un hacker de 18 años fue remitido a la fiscalía de la ciudad japonesa de Utsunomiya por robar criptomonedas, informó el 14 de marzo la agencia de noticias local Japan Today.
El cibercriminal supuestamente hackeo Monappy, un monedero digital que puede ser instalado en un teléfono inteligente, y robó 15 millones de yenes (USD 134.196) de cripto entre el 14 de agosto y el 1 de septiembre del año pasado. Según se informa, el hack afectó a más de 7.700 usuarios.
El hacker usó el software Tor que permite a los usuarios anonimizar el tráfico web. Sin embargo, la policía identificó al hacker analizando los registros de comunicación almacenados en el servidor del sitio web. Según Japan Today, el hacker admitió las acusaciones.
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El atacante presentó múltiples solicitudes de transferencia en criptomonedas a su propia cuenta, lo que abrumó al sistema y le permitió dirigir más fondos a su cuenta. Después de eso, transfirió las monedas a otro operador de criptomonedas, recibió dividendos y gastó el dinero.
Como Cointelegraph Japón informó anteriormente, no hubo ningún impacto en el monedero frío, que contenía el 54,2 por ciento de los saldos totales de Monappy, y no se robó ninguna información de usuario, como direcciones de correo electrónico y contraseñas. Posteriormente, la empresa anunció una compensación por los fondos perdidos.
La identidad del presunto hacker se mantiene en el anonimato debido a su condición de menor de edad. En Japón, un menor es una persona menor de 20 años.
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En 2018, se reportaron a la policía japonesa más de 7.000 casos de sospecha de lavado de dinero vinculados a criptomonedas. Más de 7.000 transacciones sospechosas parecen haber traicionado varias banderas rojas, como por ejemplo estar vinculadas a cuentas de usuarios con nombres y fechas de nacimiento diferentes, pero con una foto de identificación idéntica.
A escala mundial, los hacks de exchange han sido el modus operandi más lucrativo para los ciberdelincuentes en 2018, habiendo generado cerca de USD 1.000 millones de en ingresos. Después de un hack inicial, los ciberdelincuentes a menudo mueven los fondos robados a una plétora de monederos y exchanges para cubrir sus rastros.