El Departamento de Policía Metropolitana de Japón ha abierto un nuevo edificio "cibernético" y reunió a 500 de sus agentes en una unidad de aplicación de la ley dedicada a combatir el cibercrimen, informó Reuters el 2 de abril.

El edificio "Cyber" tendrá seis departamentos y fortalecerá la cooperación entre las autoridades hasta ahora dispersas.

La medida se produce después del hack de $532 millones de la bolsa japonesa Coincheck, apodado el robo de criptos más grande de la historia. Más allá de este único evento, las estadísticas publicadas por la Agencia Nacional de Policía de Japón (NPA) revelaron que más de $6,2 millones (¥ 662,4 millones) en criptomonedas fueron estafadas o robadas en el 2017.

Con el seguimiento de NEM (XEM) de la Fundación NEM por parte de Coincheck, la policía japonesa pudo identificar y cuestionar a un individuo en Tokio que poseía el botín de Coincheck en febrero.

A mediados de marzo, se decía que el cuarenta por ciento de los fondos robados ya había sido blanqueado, con el robo de NEM (XEM) en las bolsas de Japón y Canadá. El seguimiento fue detenido.

La policía japonesa recibió 69,977 informes de la delincuencia informática entre enero y junio del 2017. El NPA encontraron 200 000 sitios de compras falsos en una encuesta de seguridad cibernética de diciembre del 2017. Se dijo que los sitios web fueron escritos en un japonés “no natural”.

En el 2017, la compañía japonesa gastó en promedio $10,45 millones para combatir el delito cibernético. Japón aumentó un 52% los costos medios de la organización incurridos por las infracciones de datos, de acuerdo con un informe global de IBM 2017.

A pesar de Coincheck y el notorio colapso de Mt. Gox, se estima que alrededor de la mitad de las operaciones de Bitcoin en el mundo están en yenes. Los propietarios japoneses de Bitcoin suman entre 2 y 3 millones, con 16 criptobolsas registradas bajo nuevas licencias emitidas por la Autoridad de Servicios Financieros (FSA) del país.

El clima regulatorio más estricto del 2018 provocó que dos criptobolsas japonesas cerraran voluntariamente el mes pasado en anticipación a las inspecciones flash de la FSA.