Opinión de: Senadora Cynthia Lummis
Cuando la gente piensa en activos digitales e innovación financiera, a menudo se imagina Silicon Valley o Wall Street.
Sin embargo, Wyoming, con sus vastos espacios abiertos, su economía única y sus comunidades remotas, es un ejemplo convincente de por qué los activos digitales, la tecnología financiera y la banca abierta son tan importantes.
El Congreso de los Estados Unidos aprobó la sección 1033 de la Ley Dodd-Frank en 2010, que exige a la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) garantizar que los consumidores puedan acceder y ser propietarios de sus propios datos financieros.
La sección de banca abierta de esta ley es un punto positivo.
Wyoming como ganador
Por ejemplo, si una madre de Lovell que tenía su dinero en Big Horn Federal quisiera utilizar un servicio como Venmo o PayPal para enviar dinero a su hijo universitario en la Universidad de Wyoming, podría conceder ese permiso.
Durante su primer mandato, el presidente Donald Trump inició el proceso de elaboración de normas claras que facilitaran a los consumidores el intercambio de sus datos bancarios, al tiempo que se garantizaba la seguridad y la divulgación adecuadas, para que pudieran utilizar fácilmente herramientas financieras como Venmo y PayPal, así como intercambios de activos digitales.
Wyoming y la banca abierta
La banca abierta también es fundamental para integrar los activos digitales en la economía estadounidense, ya que promueve la competencia y permite a los consumidores compartir sus datos con exchanges de criptomonedas y emisores de stablecoins, lo que facilita pagos más rápidos y baratos.
En 2024, la Asamblea Legislativa de Wyoming aprobó una ley que anima a los bancos a facilitar la banca abierta. Esa ley siguió a docenas de leyes relacionadas con activos digitales y blockchain que la legislatura también ha aprobado desde 2017, con la intención de convertir a Wyoming en la jurisdicción preferida para empresas de activos digitales, al igual que hizo Dakota del Sur con las tarjetas de crédito y la banca a principios de la década de 1980.
En 2024, la administración de Biden finalizó la norma de banca abierta, que fue inmediatamente impugnada en los tribunales por los principales bancos, que alegaron que excedía los límites legales. La administración también amenazó con imponer tasas sustanciales a plataformas de activos digitales y de tecnología financiera, como Venmo y PayPal, para disuadir a los consumidores de utilizarlas.
Los bancos quieren seguir teniendo el monopolio de su activo más preciado, tus datos personales, y asustan diciendo que no se puede confiar en nadie más con tu información. Esto es proteccionismo, puro y simple.
Es hora de que adaptemos la norma de banca abierta.
Wyoming es un caso crítico para la banca abierta
La banca abierta permite el acceso a los servicios financieros para las comunidades rurales a través de teléfonos inteligentes y ordenadores. Estas herramientas facilitan la obtención de crédito mediante modelos de puntuación alternativos que utilizan datos bancarios o de transacciones para demostrar la capacidad de realizar pagos puntuales.
La banca abierta apoya a las pequeñas empresas y a las explotaciones agrícolas al proporcionarles un mejor flujo de caja y acceso al crédito. Los ganaderos, agricultores y pequeños comercios de Wyoming suelen depender de ingresos estacionales o irregulares. Las herramientas fintech pueden proporcionar opciones de pago, financiación y facturación más flexibles que se ajustan al flujo de caja, pero solo si los consumidores tienen control sobre sus datos personales para utilizar estas herramientas.
La banca abierta también ofrece a los habitantes de Wyoming acceso a herramientas de terceros que aumentan las opciones para que puedan comparar productos financieros como préstamos, tarjetas de crédito y ahorros, lo que les permite obtener las mejores ofertas posibles.
La banca abierta ayuda a automatizar los pagos, reducir los desplazamientos y los gastos de envío, evitar los recargos por demora y mejorar la elaboración de presupuestos y la detección de fraudes.
Banca abierta y activos digitales
Quizás lo más importante es que, sin la banca abierta, el acceso a los activos digitales es limitado. No hay forma de conectar una cuenta bancaria existente a un exchange de activos digitales preferido sin las normas de la banca abierta. Muchos líderes de grandes bancos, como Jamie Dimon, han dejado muy clara su oposición a los activos digitales. Sin unas normas claras de banca abierta, podrían impedir que los clientes conectaran sus cuentas a plataformas como Kraken y Gemini y limitar completamente las opciones de los consumidores.
Los grandes bancos han demostrado que restringirán el acceso por motivos políticos, dirigiéndose a industrias y personas con las que no están de acuerdo, como los fabricantes de armas, las iglesias e incluso el propio presidente Trump.
La Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) tiene la oportunidad de proteger la innovación estableciendo directrices claras que permitan a los consumidores controlar sus propios datos y definan de manera amplia a los consumidores, de modo que las personas puedan utilizar las herramientas de terceros que necesiten (con la debida autorización y divulgación) para acceder a los activos digitales y las herramientas financieras que les faciliten la gestión de sus vidas y su futuro financiero.
No podemos permitir que los detractores de los activos digitales reescriban las reglas a su favor, frenen la innovación y aumenten los costes. Levantar barreras ahuyentaría a los emprendedores al extranjero y debilitaría el liderazgo de Estados Unidos en tecnología financiera.
Estados Unidos es la cuna de la innovación financiera, y los activos digitales son la próxima frontera. Debemos dar la bienvenida a los creadores responsables, no sobrecargarlos con trámites burocráticos excesivos.
Cuando los consumidores tienen libertad y los emprendedores pueden competir de forma justa, todos salimos ganando.
Opinión de: Senadora Cynthia Lummis.
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