El organismo de supervisión de inteligencia artificial, el Midas Project, ha presentado una denuncia contra OpenAI, creadora de ChatGPT, acusando a la empresa de posibles infracciones de las leyes fiscales que podrían poner en peligro su estatus como organización sin fines de lucro.
El organismo de supervisión tecnológica afirmó el jueves que ha documentado las “salvaguardas abandonadas de OpenAI, conflictos de interés generalizados, beneficios financieros para el CEO si la organización pasa a ser con fines de lucro, e incluso un posible uso indebido de fondos benéficos”.
Los hallazgos forman parte de una denuncia que el Midas Project presentó ante el Servicio de Impuestos Internos (IRS) de Estados Unidos, alegando que los miembros de la junta directiva de OpenAI “tienen enormes conflictos financieros”.
La denuncia alega que la estructura de la junta de OpenAI crea conflictos de interés que violan las normas federales que regulan a las organizaciones sin fines de lucro exentas de impuestos. En concreto, el doble rol de Sam Altman como CEO de las operaciones con fines de lucro de OpenAI y miembro de la junta de su organización sin fines de lucro, lo que, según afirman, crea situaciones en las que se beneficia personalmente en perjuicio de la organización sin fines de lucro.
“El CEO Sam Altman podría recibir participaciones accionariales en la nueva empresa con fines de lucro, pero de cualquier manera, sus inversiones en empresas asociadas con OpenAI generan conflictos adicionales que podrían valer cientos de millones”, afirmaron.
El Midas Project afirma ser una iniciativa sin fines de lucro fundada a principios de 2024 que monitorea, investiga e informa sobre las principales empresas de IA para garantizar que “la tecnología de IA beneficie a todos, no solo a las empresas que la desarrollan”.
Presuntos conflictos de interés
Se espera que Sam Altman reciba una participación accionaria en una entidad reestructurada de OpenAI, que podría valer miles de millones, dado que la empresa está valorada en 300.000 millones de dólares, según informó el New York Post.
La denuncia también identificó a varios miembros de la junta con conflictos de interés, como el presidente Bret Taylor, quien cofundó Sierra AI, que revende los modelos de OpenAI; la empresa de Adam D’Angelo, Quora, que es cliente de OpenAI; y la firma de Adebayo Ogunlesi, Global Infrastructure Partners, que posee centros de datos que se benefician de la demanda de infraestructura de IA.
OpenAI fue fundada como una organización sin fines de lucro para garantizar que la inteligencia general avanzada beneficie a la humanidad y no a los accionistas, según declaró el Midas Project, antes de concluir:
“Mientras compiten por sistemas de IA poderosos, cualquier debilitamiento de estas protecciones podría poner en riesgo el interés público. El IRS debe investigar para preservar el deber de OpenAI con la humanidad”.
Cointelegraph se puso en contacto con OpenAI para obtener comentarios, pero no recibió una respuesta inmediata.
¿Con fines de lucro o sin fines de lucro?
OpenAI fue fundada en 2015 como una organización sin fines de lucro por Elon Musk, Sam Altman y otros.
En noviembre de 2024, la empresa de IA inició conversaciones preliminares con los reguladores estadounidenses para transformarse en una estructura con fines de lucro.
Sin embargo, OpenAI supuestamente abandonó estos planes y reafirmó su compromiso con su estatus sin fines de lucro en mayo, señalando que no se habían tomado decisiones finales respecto a la reestructuración.
La conexión con Elon Musk
En 2017, Musk originalmente abogó por que OpenAI se convirtiera en una empresa con fines de lucro, pero demandó a la firma en marzo y nuevamente en agosto de 2024, alegando que la empresa de IA violó su contrato original como empresa sin fines de lucro y abandonó su misión original en búsqueda de beneficio económico.
Un grupo de inversores liderado por Musk presentó una oferta de 97.400 millones de dólares a la junta directiva de OpenAI para comprar la firma en febrero, pero esta fue rechazada por Altman.
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