Más de 100 antiguos fiscales y agentes federales de Estados Unidos han firmado una carta en la que presionan al Departamento de Estado para que libere a Tigran Gambaryan, responsable de delitos financieros y cumplimiento normativo de Binance, detenido en Nigeria.

“Los esfuerzos del gobierno de EE.UU. hasta la fecha han sido totalmente insuficientes, y las consecuencias de una mayor inacción son potencialmente nefastas”, declaraba la carta del 6 de junio dirigida al Secretario de Estado Antony Blinken.

La cohorte de ex funcionarios del gobierno reconoció los servicios prestados durante una década por Gambaryan a la nación como agente especial del Servicio de Impuestos Internos (IRS).

“Varios de nosotros trabajamos junto a Tigran durante estos casos y vimos de primera mano su incansable devoción por el Estado de Derecho”, se señalaba, antes de enumerar los tipos de casos en los que ha trabajado anteriormente, desde pornografía infantil y financiación del terrorismo hasta usurpación de identidad e incluso “los casos de corrupción pública de Silk Road”.
Lista parcial de firmantes de la carta, cuyo total asciende a 108. Fuente: Axios/Document Cloud

Gambaryan es un ejecutivo de “nivel medio”

La cohorte afirma que Tigran ahora está bajo custodia por “cargos falsos” en relación con lavado de dinero y evasión de impuestos, y su posición en Binance no debería hacerle responsable de las acciones de la compañía.

“Es completamente inocente de estos cargos y, como empleado de nivel medio en Binance, no tiene un papel que lo convierta en un sustituto apropiado para la compañía”, escribió.

En enero, Tigran, acompañado por otros empleados de Binance, viajó a Nigeria para entablar conversaciones con funcionarios nigerianos sobre el cumplimiento financiero.

Después de la reunión, los funcionarios nigerianos se acercaron a ellos, solicitando un “pago sustancial” para abordar los problemas de cumplimiento reportados relacionados con Binance.

Preocupados por su seguridad, poco después abandonaron el país. Sin embargo, Tigran fue invitado a volver al país apenas un mes después, donde al parecer le “confiscaron el pasaporte y lo detuvieron”.

En febrero, el gobierno nigeriano detuvo a Gambaryan y a Nadeem Anjarwalla como sospechosos de lavado de dinero y evasión fiscal. Anjarwalla eludió la custodia y huyó a Kenia, mientras que Gambaryan permaneció en el centro penitenciario de Kuje, en Abuja, capital de Nigeria.

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