El fundador de Alameda Research y del exchange FTX, Sam Bankman-Fried, ha amasado una fortuna, principalmente a través de los criptoactivos en los últimos años, según New York Magazine.

SBF, como se le conoce en los círculos de criptomonedas, habló con el medio de información sobre su trayecto en la industria de las criptomonedas desde 2018. Durante la entrevista, estimó su propio patrimonio neto en $10,000 millones, principalmente en activos ilíquidos.

El ex trader cuántico de Wall Street entró en el comercio de criptomonedas en 2018 después de notar importantes oportunidades de arbitraje, y elaboró una forma de aprovechar la "prima Kimchi", que era la diferencia en el precio de Bitcoin entre Corea y el resto del mundo.

Terminó en Japón debido a las restricciones en Corea y movió hasta $25 millones al día a través de intermediarios y bancos locales en el punto álgido de la discrepancia de precios, dice el informe.

Su imperio de criptomonedas, bajo el abanico de Alameda Research, actualmente factura más de $2,000 millones al día, lo que significa que tiene un importante poder de mercado. SBF actualmente se centra en el desarrollo del exchange de criptoderivados FTX y del proyecto DeFi Serum, basado en la blockchain Solana.

En enero, el token FTX (FTT) se revalorizó más de un 100% cuando el exchange superó el interés abierto de BitMEX y Deribit. Actualmente se está enfriando desde un máximo histórico de $13.60.

SBF llamó la atención de los medios de comunicación el año pasado después de hacer una donación de $5.2 millones a la campaña electoral política de Joe Biden en noviembre, el mayor contribuyente después del multimillonario Michael Bloomberg. Según afirma, la transacción estuvo motivada por la "estabilidad genérica y el proceso de toma de decisiones" del equipo de Biden. FTX, que recientemente creó un índice de apuestas en Wall Street que incluye a GME, AMC y DOGE, también ofrece mercados de predicción y en la noche de las elecciones se realizaron más de $100 millones en apuestas en el exhange.

Adicto al trabajo, SBF compara su propia memoria con la RAM de un ordenador:

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