La Universidad China de Hong Kong, o CUHK, se ha asociado con el desarrollador de Ethereum ConsenSys para lanzar un nuevo pasaporte sanitario digital, Medoxie COVID-19, basado en blockchain, un producto que podría ayudar al personal sanitario a combatir la pandemia.

El pasaporte utiliza la tecnología blockchain para registrar los eventos relacionados con COVID-19 de un paciente, incluidos los resultados de las pruebas, los controles de temperatura y las vacunas, con el objetivo de proporcionar una vía segura para la plena reapertura económica después de la pandemia. Se dice que la información contenida en el pasaporte se almacena de forma segura y privada.

Inicialmente, los profesionales médicos y los académicos del sector sanitario de Hong Kong tendrán acceso al pasaporte digital, lo que allanará el camino para una nueva app móvil que se ampliará a los pacientes en una fecha posterior. La infraestructura del pasaporte se ha construido con ConsenSys Quorum y Codefi Orchestrate.

El Dr. Arafet Ben Makhlouf, arquitecto técnico principal de ConsenSys, explicó cómo el pasaporte podría ayudar a Hong Kong y a otras regiones a volver a la vida normal tras la pandemia de varios años:

"Este pasaporte blockchain de COVID-19 utiliza tecnología blockchain de confianza para proteger los datos del usuario, haciéndolos verificables y seguros. Estamos orgullosos de apoyar a la Universidad China de Hong Kong en sus esfuerzos por aplicar tecnologías innovadoras para ayudar a los sectores de la salud y a las comunidades a responder proactivamente frente el COVID-19, y a la transición de vuelta a la vida normal."

ConsenSys ha recibido importantes inversiones en los últimos años, que culminaron con una recaudación de $65 millones en abril, liderada por dos gigantes bancarios: JPMorgan Chase, Mastercard y UBS.

La Universidad China de Hong Kong lleva varios años explorando el uso de la tecnología blockchain. Durante el apogeo de la pandemia, a principios de 2020, un profesor de la Universidad afirmó que la tecnología blockchain podría ayudar a prevenir la propagación del COVID-19.

La pandemia ha infectado a más de 176,3 millones de personas en todo el mundo, según la Universidad Johns Hopkins. Se han distribuido casi 2,400 millones de dosis de vacunas.

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