La corriente conservadora siempre ha estado muy presente en la escena Bitcoin. Pese a que Trump nunca fue un aliado, la posición liberatoria siempre ha sentido una inclinación hacia los republicanos. De hecho, muchos bitcoiners apoyan a Trump. El progresismo, en cierto modo, presenta todo lo contrario al sistema de moneda dura propuesto por la utopía liberaría. Al menos en lo que respecta a la política fiscal y monetaria. La senadora republicana por el estado de Georgia, Kelly Loeffer, era considerada como nuestra mejor amiga en Washington. Pero ahora ha quedado por fuera en unas elecciones sumamente cerradas. ¿Qué significa su derrota para Bitcoin?  

Todos nos quedamos boquiabiertos con el asalto al Capitolio por parte de los seguidores de Trump. En lo personal, la presidencia de Trump siempre me ha recordado al chavismo venezolano. Esa devoción de un caudillo, que defenderá al pueblo de las élites en una especie de movimiento mesiánico, nunca ha sido mi historia favorita. Estos “hombres fuertes” siempre tienen un efecto hipnótico en el populacho. La prensa no es confiable. Las instituciones no son confiables. El empresariado no es confiable. Los sindicatos no son confiables. Las universidades no son confiables. La ciencia no es confiable. Nada es confiable. Solo el líder supremo es confiable. No importa lo que haga. Hay que ser indulgente con el líder, porque él está haciendo lo necesario en la lucha contra el enemigo. Es grosero, irrespetuoso y tramposo. Pero no importa. Lo importante es la destrucción del enemigo. El enemigo de mi enemigo es mi amigo, sin importar lo que haga. 

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Lo expuesto es una mentalidad muy típica en el tercer mundo.  El personalismo vs la institucionalidad. En Latinoamérica, por ejemplo, se nos olvida con demasiada frecuencia que la democracia es el Gobierno de las leyes. A veces pensamos que la democracia es el reinado del populacho, guiado por el hombre fuerte. ¿El debido proceso? ¿Qué es eso? Si alguien en algún país latinoamericano hace una acusación de fraude electoral sin pruebas, la acusación se convierte automáticamente en un hecho. ¿Por qué? Porque no hay cultura institucional. ¿Debido proceso? ¿Qué es eso? 

En muchos sentidos, la presidencia de Trump fue una presidencia bananera. Y terminó como terminan los Gobiernos en las repúblicas bananeras. La senadora Kelly Loeffer pensaba protestar los resultados de las elecciones el día del asalto al Congreso. Muchos republicanos le han venido siguiendo el juego a Trump debido al miedo a sus seguidores. Es decir, tienen aspiraciones y no quieren perder esa base política. Sin embargo, todo había sido un teatro. El 6 de enero el asunto se convierte en realidad. Luego del asalto, la senadora Kelly Loeffer tragó grueso, se dejó de teatro y ratificó el resultado de las elecciones. Entendió que este teatro había llegado demasiado lejos. 

¿Quién es Kelly Loeffer? Según el top 100 de Cointelegraph, Kelly Loeffer es la número 3 en influencia dentro del espacio cripto, después de Changpeng Zhao, el CEO de Binance, y de David Marcus de Facebook. Claro que esta lista todavía no ha sido actualizada. Es una lista publicada el año pasado. Pero resulta muy interesante que Kelly Loeffer figure por encima de Vitalik. Al parecer, Kelly Loeffer no es muy conocida entre bitcoiners. Pero la popularidad no siempre es sinónimo de influencia. 

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Loeffer fue la CEO de Bakkt Bakkt es una plataforma de intercambio de futuros y activos digitales fundada en 2018 por Intercontinental Exchange (ICE), la compañía matriz de la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE). Loeffer también es copropietaria del Atlanta Dream de la Asociación Nacional de Baloncesto Femenino (WNBA). Adicionalmente, es la actual esposa de Jeffrey Sprecher, el CEO de Intercontinental Exchange (ICE) y el director de la Bolsa de Valores de Nueva York. En el pasado, la pareja ha sido particularmente conocida por sus generosas donaciones al Partido Republicano. En noviembre del 2019, Loeffer reemplazó al senador por Georgia, Johnny Isakson, que había anunciado su renuncia por razones de salud. Se postuló para las elecciones del 2020, pero perdió por una cabeza. ¿Regresará a Bakkt? 

La influencia de Loeffer en el mundo financiero es considerable debido a su relación como el grupo ICE. Como senadora, no se sabría decir la extensión de su poder. Era un voto. Pero no presidia ningún comité importante. Al parecer, era miembro del comité de salud. Francamente, no encuentro mucha información sobre sus proyectos o actividades en el Senado. Apoyaba a Trump a capa y espada. Eso sí. 

Kelly Loeffer se alineó con el ala trumpista más dura dentro del partido Replicando y en su momento se opuso fervientemente al movimiento Black Lives Matter. Irónicamente, perdió su silla ante el demócrata Raphael Warnock, un hombre negro. Primero vez en la historia de Georgia que un hombre negro obtiene una silla en el Senado.  

Con la derrota de Kelly Loeffer y un Senado azul, ¿Quién será nuestro próximo criptosenador? ¿Quién presidirá los comités más relevantes para el mundo cripto? ¿Quién será elegido para la SEC? 

Históricamente, las administraciones demócratas han sido muy buenas para la economía estadounidense. Pero los demócratas no pueden dejarse a rienda suelta, porque tienden a exagerar en materia de presupuesto y regulación. Sin un Senado conservador haciendo contrapeso, los progresistas pueden caer en los excesos. 

Aquí el problema no sería tanto la economía per se. Si bien es cierto que seguramente los estímulos fiscales verán un incremento importante con la nueva administración demócrata, la Reserva Federal, que es un ente autónomo, seguirá manejando la política monetaria del mismo modo. 

La preocupación gira en torno a las regulaciones. A los azules se les podría subir los humos con tanto poder. La izquierda radical dentro del Partido Demócrata se podría poner demasiado creativa. En sus esfuerzos por convertirse en los paladines de la justicia social, errores de exceso pueden cometerse. 

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Una cacería de brujas desenfrenada en contra de los sectores tecnología, cripto y finanzas es lo menos que se quiere en estos momentos. Las diferentes facciones dentro del Partido Demócrata en pelea constante pueden funcionar como un freno. Con Trump fuera de la ecuación, ya no hay enemigo en común. Lo que podría implicar que el conflicto se torne interno. 

Estados Unidos es un país sumamente dividido. Ambos partidos están sumamente divididos. Claro que Joe Biden no es el radical de izquierdas que Trump dibujó durante la campaña. Biden siempre ha sido un centrista. Un moderado. No es el sujeto más carismático del mundo. Pero fue la solución antitrump que obtuvo menos rechazo. Ya no está Trump. ¿Y ahora qué? ¿Tendrá la fuerza para unificar el país? ¿Están los demócratas a la altura de su nuevo poder? 

Muchos bitcoiners sienten una debilidad por Trump y los republicanos. Pero esa inclinación es más por una afinidad ideológica. Tampoco podemos decir que Bitcoin en el reinado republicano estaba en un altar. ¿Los demócratas serán mejores o peores para Bitcoin? No lo sé. Todavía es muy pronto para decirlo. Toca esperar los nombramientos. Hay que darle tiempo al tiempo para poder evaluar nuestra nueva realidad.