Bien sabemos que el lavado de dinero es un negocio multimillonario y los grandes bancos están directamente involucrados en esta historia. Claro que existen leyes y regulaciones al respecto. Pero los interesados siempre encuentran una manera de evadir todas las reglas. Los criminales del dinero siempre están un paso delante de las autoridades. Con el surgimiento de nuevas restricciones, surgen nuevas técnicas de evasión. Los documentos filtrados de la Red de Control para los Delitos Financieros de los Estados Unidos (FinCen) nos dicen lo que ya sabíamos. El dinero sucio recorre la banca. Pero estos documentos nos revelan detalles y cantidades. Las cifras son gigantescas. 

BuzzFeed News informó el 20 de septiembre que recibió miles de documentos que detallan “informes de actividades sospechosas” (SARs) de los bancos entre 2000 y 2017. Según este medio, los documentos nos revelan “una visión sin precedentes de la corrupción financiera mundial, los bancos que le permiten, y los organismos gubernamentales que observan cómo florece”. 

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Ahora bien, es importante no irse de bruces y saltar a las conclusiones. Como escándalo mediático, los documentos hacen excelentes titulares. Sin embargo, el diablo está en los detalles. ¿Qué tenemos aquí realmente? Lo que tenemos son reportes de actividades sospechosas. Estos reportes han sido creados por los bancos y enviados a la FinCen. Además, son reportes del pasado. En algunos casos, el asunto ya ha sido solucionado. Y, en otros casos, algunas leyes no aplican, porque las leyes fueron creadas en una fecha posterior. 

Una actividad sospechosa puede ser, por ejemplo, que el formulario no se colocó el propósito de la transferencia. En fin, estar en estos reportes no implica automáticamente culpabilidad. Seguramente, muchos de esos reportes son falsas alarmas. No es raro que un banco considere a una transacción legítima como sospechosa. Lo que quiere decir es que no podemos asumir que todos estos documentos son pruebas de un delito. 

Claro que hay casos de casos. HSBC permitió a estafadores de un famoso esquema Ponzi mover millones de dólares de dinero robado, incluso después de saber de los investigadores que era una estafa. JP Morgan permitió que una empresa moviera más de mil millones de dólares sin saber el nombre del propietario. Más tarde, se descubrió que la compañía podría estar vinculada a un mafioso en la lista de los más buscados del FBI. Uno de los socios del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, el multimillonario Arkady Rotenberg utilizó una cuenta en Barclays Bank en Londres para evadir sanciones comprando arte. 

Y el asunto sigue. El Banco Central de los Emiratos Árabes Unidos no actuó ante las advertencias sobre una empresa local que estaba ayudando a Irán a evadir sanciones. Deutsche Bank, uno de los bancos más implicados en este escándalo, al parecer movió dinero sucio proveniente del crimen organizado, terroristas y narcotráficos. Y Standard Chartered movió efectivo para Arab Bank después de que unas cuentas de clientes en el banco jordano se utilizarán para financiar actividades terroristas. 

Los documentos del FinCen también tienen mucho que decir de Latinoamérica. Los hallazgos vinculan a personalidades de la vida pública. La Revista Proceso destacó una actividad sospechosa del asesor político venezolano Juan José Rondón con el expresidente de México, Enrique Peña Nieto. Al parecer, se registran “seis transferencias sospechosas” por un total de $180.000 entre el 21 de julio de 2016 y el 6 de marzo del 2017. Según el informe, el dinero podría haber sido utilizado para pagarle a un hacker en una campaña de ciberataques con fines políticos. 

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En Venezuela, el portal Armando Info realizó reportes vinculando al supuesto testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab, con los documentos FinCen. Pero la lista sigue. Hay implicados en Argentina y Colombia. Y los medios en casi todos los países están indagando y encontrando cosas. 

En el pasado, hemos tenido grandes filtraciones de este estilo. Los Paradise Papers (2017), los Panama Papers (2016) y los Swiss Leaks (2015) han sido escándalos muy sonados. Pero los archivos FinCen son diferentes, porque no son solo documentos de una empresa o un banco, sino que proceden de varios bancos. Me parece que este escándalo ha sido el más grande de todos. 

Incluso, tenemos una conexión con Mt Gox. Según Trust Nodes, Mayzus Financial Services, un intermediario fiat del Exchange de Bitcoin BTC-e, aparece en los archivos FinCen. Y ese exchange estuvo supuestamente involucrado en el movimiento de fondos del hackeo de Mt. Gox. Claro que muchos de los implicados han negado dicha conexión. Sin embargo, este escándalo ha hecho que viejos escándalos reaparezcan. 

Claro que los bancos están implicados en el lavado de dinero. Asumo que en la mayoría de los casos es simplemente un pecado de omisión. Es decir, cierran los ojos. Y lo hacen por dinero. Los bancos ganan mucho dinero con estas transacciones. Y prefieren mirar hacia otro lado. Lo que sorprende es que los bancos en el fondo hicieron su parte. Después de todo, enviaron los reportes. Por lo menos cumplieron con ese formalismo. Pero, ¿por qué las autoridades competentes no investigaron? Los medios se han centrado en los bancos. Sin embargo, estos documentos llevan años en manos de la FinCen. ¿Por qué no hicieron nada? 

Nadie apoya el fraude, el terrorismo o la corrupción. El problema es que estos escándalos generan una presión en los reguladores. Entonces, ellos quieren enmendar sus errores haciéndose los héroes montando un show. Es decir, con más regulaciones. Pero estas regulaciones, por lo general, no son las más adecuadas. Son las personas comunes las que terminan pagando los platos rotos. Los criminales siguen evadiendo los controles. Y los demás nos vemos en la obligación de cumplir con todo el papeleo. 

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Es muy fácil para la prensa denunciar la corrupción de la banca. Y es muy fácil para los reguladores acallar los escándalos con más regulaciones. Pero es igualmente importante considerar todos los aspectos de la situación. ¿El sistema financiero necesita más muros? ¿Qué ocurre con nuestro derecho a la privacidad? ¿Necesitamos sistemas más cerrados o más abiertos? 

Ese es un tema muy complicado y se aborda con demasiada sencillez. Nos encanta presentar a los bancos como los grandes villanos por no tener más controles, pero nos molestamos cuando estos controles nos afectan a nosotros. Es muy posible que este frenesí en contra del lavado de dinero tenga consecuencias en el mundo de las criptomonedas. El problema no es la regulación. La regulación es sana e ideal. El problema es la implementación de una regulación inadecuada. En muchos casos, la regulación no sirve de nada y en el camino frena la innovación. Lo que necesitamos es sensatez en materia regulatoria.