Los mercados son universos sumamente complicados de difícil compresión. De mil maneras, tratamos de reducir semejante meollo en explicaciones simples. Pero la realidad es que nunca hay una explicación simple. Sin embargo, caemos fácilmente en la superstición.  “Hoy llovió porque el Rey dijo una mentira”. “El terremoto es culpa de los pecadores”. En fin, los mercados fluctúan por miles de razones. Las variables son muchísimas en sistemas tan complejos. Sin embargo, el mercado siempre está muy dado a inventar razones. Razones que, a su vez, se convierten en agentes de la inestabilidad por mérito propio. Es decir, en el mundo de las finanzas, las noticias también son eventos. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando ya nada parece tener sentido? ¿Cómo deben proceder los inversores en tiempos tan locos?

La gente siempre está en busca de coherencia. Es decir, todo debe tener un sentido. Hablando específicamente de los mercados financieros, se suele utilizar el concepto de las tendencias. La tendencia alcista. La tendencia bajista. Pero, más allá de eso, todos los mercados son grandes comercios de narrativas. Evocando las sabias palabras de Nietzsche: “No hay hechos, sino interpretaciones”. A veces hay miedo. A veces hay codicia. A veces hay optimismo. Y, a veces, hay pesimismo. Todo depende de las interpretaciones. No todo es subjetivo. Obviamente, hay elementos técnicos que, sin lugar a dudas, importan.  Pero mucho es subjetivo.

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Lo que parece hoy una “locura” podría llamarse “un tenso y cauteloso optimismo” derivado de una serie de señales mixtas. La volatilidad es producto de la incertidumbre. Lo que normalmente significa que el mercado requiere más tiempo para poder desarrollar una narrativa. Los datos de inflación son alarmantes y muchas personas han expresado su preocupación. Sin embargo, la Reserva Federal ya ha dicho en reiteradas ocasiones que es parte de la estrategia de recuperación. He ahí el dilema. Porque el incremento de la inflación es una señal “negativa”, pero, al mismo tiempo, la Reserva no piensa subir los tipos en el futuro cercano. Lo que, a su vez, es una señal “positiva”. Vemos a unas autoridades repletas de optimismo, pero, al mismo tiempo, tenemos a unas redes sociales desbordadas de escepticismo. Surge la duda y, con la duda, la incertidumbre. 

Vemos inflación en muchos rubros. Por ejemplo, energía, inmuebles, alimentos, materias primas. Y los costos de producción de muchas industrias han sufrido por ello. Pero, al mismo tiempo, tenemos deflación en otros sectores. El sector servicios, en particular, ha visto el golpe de la pandemia con especial ferocidad. Los cines, el entrenamiento, los restaurantes, los hoteles, el turismo, los clubes, las aerolíneas, la educación (presencial), etc. Muchos negocios han sentido la ira de la crisis. Lo que significa una pérdida importante de ingresos. Los alquileres, por ejemplo, permanecen estancados, pero los costos de construcción han aumentado. Es decir, inflación por un lado y deflación por el otro. Entonces, una persona puede estar desempleada, pagando el alquiler con las ayudas del Gobierno, experimentado inflación en la energía y en los alimentos, pero sufriendo de la deflación por depender del sector turismo. Todo esto en un ambiente de señales mixtas.

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La Reserva Federal ha inyectado cantidades históricas de liquidez en el mercado, pero la economía ha durado meses en recuperarse.  El empleo mejora a paso de tortuga. Milton Friedman dijo, “La inflación siempre es un fenómeno monetario”. Este dogma (errado) tan aceptado por los libertarios y conservadores confunde “emisión” con “inflación”, porque no toma en cuenta el concepto de “velocidad del dinero”. Es decir, la liquidez es prácticamente inexistente, si no se gasta en transacciones. Lo que ha creado una crisis en forma de K. O sea, recesión económica y boom financiero simultáneamente. Los activos financieros han aumentado, pero no acorde con el Producto Interno Bruto. ¿Por qué? Bueno, porque el dinero no está circulando lo suficiente. Señales mixtas. Un boom financiero sin crecimiento económico.

El gran dilema de hoy: ¿Es la inflación transitoria o permanente? En la actualidad, todos somos anarquistas. Es decir, está muy de moda ser antisistema. El deporte más popular en las redes sociales ahora es hacer llamados del fin del mundo. Y nadie confía en las autoridades. Por ende, las corrientes tanto de izquierda como de derecha, no pueden evitar la tentación de criticar al “Establishment” por mal manejo de la política monetaria. Entonces, claro que es el fin del mundo. “Esta inflación es permanente y es causada por la agenda progresista”. Ahora bien, la economía se está recuperando, la demanda está en aumento, y el empleo está creciendo. La crisis deflacionaria se superó en tiempos históricos, y los mercados bursátiles aún están por las nubes.

Se habla de inflación “transitoria” cuando el aumento de los precios se presenta debido a problemas temporales en las cadenas de producción y distribución de los rubros en cuestión. Por ejemplo, el mercado de los vehículos usados experimentó un incremento importante en sus precios en abril, causando un gran salto en el Índice de Precios del Consumidor. La causa es la escasez de autos nuevos. Los fabricantes de autos están siendo afectados, a su vez, por la escasez de microconductores. En este caso, no estamos ante un fenómeno monetario. Hay inflación sí. Pero debido a un problema en las cadenas de producción y distribución. Una vez que estos problemas se solucionen, con la nueva oferta, los precios de los vehículos usados seguramente bajarán.

La tasa de desempleo no está aumentando lo suficientemente rápido, pero, al mismo tiempo, hay reportes de escasez de mano de obra por todos los lados. Un elemento es el grado de especialización de la fuerza laboral. Puede haber, por ejemplo, escasez de personal médico, pero desempleo en general. Por otro lado, con los salarios por el suelo, a veces, es más rentable depender de una ayuda del Gobierno que trabajar. Entonces, puede haber problemas de desempleo y, al mismo tiempo, escasez de trabajadores.

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En los mercados bursátiles, el sector tecnología experimentó una gran bonanza llegando al punto de sobrevaloración. Las acciones cíclicas, por otro lado, se están beneficiando apenas ahora después del confinamiento. En otras palabras, estamos ante una rotación de los mercados que no siempre se comprende viendo a los promedios. Señales mixtas. Un día baja el S&P 500, por ejemplo, porque los inversores están sacando dinero de las big tech para colocarlo en el sector cíclico. El promedio baja, pero eso no implica que sea el fin de la temporada alcista. Lo mismo está ocurriendo en el mercado cripto. Bitcoin parece estar estancado y toda la acción se siente en el espacio altcoin. No es que Bitcoin esté perdiendo ante la competencia. Se trata de rotaciones temporales en un ambiente de señales mixtas.

Importante: No caer en pánico. Nada de teorías de conspiración, especulaciones, ni suposiciones infundadas debido a las locuras que leemos en las redes por parte de los profetas del desastre. ¡Calma, pueblo! Invierte bien y espera. Compra barato. Vende caro. Nunca te quedes sin una reserva en fiat. Haz el trabajo. No escuches predicciones. Construye tu portafolio sobre una estrategia.