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Gustavo GodoyGustavo Godoy

"El momento Minsky está aquí": La profecía de Novogratz que nadie querrá oír

Novogratz advierte: EEUU en riesgo por deuda y tasas, "momento Minsky" acecha, Bitcoin y oro como señales.

"El momento Minsky está aquí": La profecía de Novogratz que nadie querrá oír
Opinión

Mike Novogratz, un peso pesado del mundo de las finanzas y CEO de Galaxy Digital, nos pinta un panorama para la economía de los Estados Unidos que, francamente, pone los pelos de punta.

Novogratz, en una reciente charla con la gente de CNBC, lanzó una advertencia que resuena con fuerza en el ambiente financiero: ojo, que Estados Unidos está empezando a comportarse como una economía emergente. ¡Imagínense la magnitud de esta afirmación! La superpotencia económica mundial, en la mira por señales que usualmente vemos en países con mercados menos desarrollados.

¿Y cuáles son esas señales de alarma que Novogratz está viendo? Pues, para empezar, la combinación tóxica de tasas de interés en alza y un dólar que empieza a perder fuelle. Esta mezcla es atípica para una economía robusta como la estadounidense y suele ser más común en naciones que lidian con problemas de inflación y fuga de capitales.

Pero la cosa no termina ahí. El CEO de Galaxy Digital pone la lupa sobre un elefante blanco que lleva años creciendo en la habitación: la deuda de Estados Unidos, que ya supera la astronómica cifra de 35 billones de dólares. Novogratz señala que el mercado, finalmente, está empezando a mostrar preocupación por esta carga tan pesada. Y no es para menos, porque una deuda de este calibre tiene implicaciones serias para la estabilidad económica a largo plazo.

Para entender la gravedad de la situación, Novogratz evoca la teoría del "momento Minsky". Este concepto, acuñado por el economista Hyman Minsky, describe un punto crítico en el ciclo económico. Durante períodos de bonanza y especulación prolongada, los inversores se endeudan cada vez más, asumiendo riesgos crecientes. Llega un momento en que se dan cuenta de que no pueden hacer frente a sus deudas, lo que provoca una venta masiva de activos y el estallido de una crisis financiera. Novogratz sugiere que Estados Unidos podría estar peligrosamente cerca de vivir su propio "momento Minsky", donde la complacencia fiscal de años llega a su fin de manera abrupta y dolorosa.

Además de los factores puramente económicos, Novogratz también menciona el impacto de los aranceles en la reconfiguración del sistema de seguridad global y la incertidumbre política generada por el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Estos elementos añaden una capa extra de volatilidad e incertidumbre a los mercados.

A pesar de una caída de alrededor del 10% en las bolsas estadounidenses en lo que va de año, Novogratz considera que esta corrección es insuficiente para reflejar la magnitud de los cambios económicos globales que se están gestando. Su visión es clara: estamos en un entorno de creciente aversión al riesgo, donde los inversores buscan refugio ante la tormenta que se avecina.

Y es aquí donde entran en juego dos activos que Novogratz considera claves para entender el panorama: Bitcoin y el oro. Para él, estos dos actúan como "tarjetas de informe" sobre la salud financiera global. Un aumento en la demanda de oro, un activo refugio tradicional en tiempos de incertidumbre, y un comportamiento “resiliente” de Bitcoin, especialmente en un contexto de debilidad del dólar, son señales de que los inversores están buscando alternativas ante los riesgos tradicionales.

Novogratz identifica dos narrativas principales que impulsan el precio de Bitcoin. Por un lado, la narrativa macroeconómica, que se refleja en la correlación con el oro y el flujo de capitales fuera del dólar hacia activos considerados seguros. Por otro lado, la narrativa de la adopción, que si bien aún está en sus primeras etapas a nivel institucional y minorista, muestra un potencial de crecimiento significativo y una creciente independencia de las acciones estadounidenses.

Sin embargo, la advertencia sobre la política monetaria que podría implementar un eventual gobierno de Trump también es un punto crucial en el análisis de Novogratz. Los mercados están indicando que una política considerada demasiado agresiva e insostenible podría exacerbar los problemas existentes y generar aún más volatilidad.

Novogratz subraya la extrema sensibilidad de la enorme deuda estadounidense a cualquier aumento en las tasas de interés. Incluso un incremento modesto de 25 o 50 puntos básicos en los rendimientos de los bonos del Tesoro podría traducirse en un costo anualizado superior al presupuesto de programas gubernamentales enteros. Esto ilustra la fragilidad de la situación actual y el limitado margen de maniobra que tiene Estados Unidos para manejar su deuda.

En otras palabras, la visión de Mike Novogratz es sombría pero realista. La economía estadounidense muestra síntomas preocupantes que la asemejan a mercados emergentes, con una deuda colosal que finalmente está generando inquietud. El "momento Minsky" acecha en el horizonte, impulsado por años de complacencia fiscal y una incertidumbre política creciente. En este escenario, Bitcoin y el oro emergen como indicadores clave de la desconfianza en los activos tradicionales y la búsqueda de refugio. Si Novogratz tiene razón, los próximos meses y años podrían ser turbulentos para la economía global, y la complacencia fiscal podría tener un precio muy alto.

¡Pero ojo! Que en este mundo de las finanzas, las profecías apocalípticas, aunque vengan de gurús como Novogratz, no siempre se cumplen al pie de la letra. Si bien es cierto que las señales que él menciona merecen nuestra atención, no podemos descartar de plano que la película tenga un final menos dramático.

A ver, esa deuda de 35 billones de dólares asusta a cualquiera, ¡y con razón! Pero no es lo mismo deber en moneda ajena que en la tuya propia. Estados Unidos, al tener el dólar como su divisa, goza de una flexibilidad que otros no tienen. Pueden imprimir más billetes, aunque eso conlleve sus propios riesgos inflacionarios, claro está.

Y sí, las tasas de interés están subiendo para frenar la inflación, un mal que carcome el bolsillo de todos. Pero una vez que se logre controlar la bestia inflacionaria, no sería descabellado pensar en una estabilización o incluso una bajada de esas tasas, lo que aliviaría la presión sobre esa abultada deuda. Además, un dólar un poquito más débil no siempre es el villano; puede darle un empujón a las exportaciones made in USA, lo que a su vez podría reactivar la economía.

Ahora, hablemos del famoso "momento Minsky". Esa idea de que la especulación descontrolada nos lleva al abismo. Si bien es innegable que hay sectores con cierta efervescencia, ¿estamos realmente ante una burbuja generalizada como la que nos reventó en la cara en 2008? Los bancos y las instituciones financieras parecen estar más sólidos y regulados que entonces.

Y no olvidemos que la economía estadounidense es un gigante con una capacidad de adaptación sorprendente. Ha superado crisis políticas y vaivenes del comercio global a lo largo de su historia. No sería la primera vez que se reinventa y encuentra nuevas vías de crecimiento.

Finalmente, ese repunte del Bitcoin y el oro, que Novogratz ve como señales de huida hacia la seguridad, también podría interpretarse de otra manera. El Bitcoin está ganando terreno como activo digital con adopción institucional creciente, y el oro siempre será el refugio clásico en tiempos de incertidumbre geopolítica, independientemente de una crisis inminente en Estados Unidos.

La prudencia es clave, sí, y las advertencias de Novogratz son un toque de atención importante. Pero antes de vender el sofá y refugiarnos en una cueva, recordemos que la economía es un sistema complejo y lleno de sorpresas. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.