Según muchos, la mejor estrategia de todas es el “hodling”. Es decir, lo mejor es comprar y esperar. En el mundo de las inversiones, comprar un buen activo y mantenerlo por años ha demostrado ser una práctica sumamente rentable. El trading cortoplacista, pese a sus promesas, no es tan rentable como uno podría pensar. En muchos casos, es más lo que se pierde que lo que se gana. Si bien es cierto que toda estrategia es buena en manos expertas, no toda estrategia cuenta con el mismo nivel de riesgo. El “hodling” ofrece más seguridad. Pero hodling no es “bag holding”. El “bag holding” es comprar un activo basura que pierde valor con el tiempo. En este caso, esperar es perder. ¿Cómo sabemos la diferencia? 

¿Por qué compramos Bitcoin? Muchos “iluminados” sugieren que compran Bitcoin para cambiar al mundo. Esta es una narrativa que presenta a Bitcoin como el mesías de la revolución libertaria. En este contexto tan particular, un bitcoiner es un militante que busca reformar el sistema monetario y bancario mundial. En otras palabras, no es un asunto de dinero. Se trata de un asunto ideológico. Estas son las personas que siempre están hablando de la importancia de ser el “dueño de tu dinero”. O sea, no compartir la llave privada. Estas son las personas que siempre están hablando pestes del dólar y los bancos centrales. Y son las personas que con frecuencia colocan las libertades individuales por encima de cualquier otra cosa. 

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Podría decirse que estos bitcoiners son los bitcoiners militantes. Son sumamente activos en Twitter. Y se presentan como los guardianes de la fe. Eso significa que tienen una larga lista de reglas que todos supuestamente deberíamos seguir. Por ejemplo, no es recomendable tener criptoactivos en PayPal o en Binance. Prácticamente, lo único permisible es tener todo nuestro patrimonio debajo del colchón. Todo esto en defensa de teorías monetarias conservadoras y prácticas libertarias. 

Ahora bien, no todo bitcoiner es un militante de esta línea ideológica. Algunos somos simples inversores en busca de crecer financieramente. Me atraería decir que somos la mayoría silenciosa. Aquí priva más el pragmatismo que el dogma. Este grupo sí valora un buen consejo financiero. Porque aquí nadie quiere perder dinero en nombre de la “revolución”. Lo que se quiere es construir un portafolio de inversiones inteligente para crecer en prosperidad. 

¿Qué es Bitcoin? Un código. Un código en una red de computadoras. Y este código representa una tasa de intercambio. O sea, Bitcoin es un medio de intercambio. Lo que implica que carece de valor intrínseco. O sea, no se come. No se viste. No se usa. Su valor es netamente monetario. Su utilidad yace en su carácter intercambiable. En otras palabras, el precio importa. No es lo mismo un Bitcoin en USD 1 que un Bitcoin en USD 64,000. Con un Bitcoin en USD 1 podríamos comprar un par de manzanas. Pero con un Bitcoin en USD 64,000 podríamos comprar toneladas de manzanas. Obvio que no es lo mismo. 

Por definición, un medio de intercambio no se sustenta por sí solo. En otras palabras, no es un fin en sí mismo. Es un medio. En este caso, la frase “un bitcoin es un bitcoin” no tiene sentido. Porque un bitcoin no es un valor en sí mismo. Bitcoin es una tasa de intercambio. Lo que implica que un bitcoin a un precio elevado es más valioso que un bitcoin a precios más bajos. O sea, el precio importa. 

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Invertir es comprar barato hoy para vender caro mañana. Bien sabemos que Bitcoin es un activo nuevo y de poco liquidez. Esto significa que es sumamente volátil. Sin embargo, en el largo plazo, ha demostrado ser excepcionalmente rentable. En muchos sentidos, la estrategia del “hodling” es una forma de administrar el riesgo de la volatilidad. Porque evita los vaivenes del corto plazo, pero permite disfrutar las bondades de un excelente rendimiento a largo plazo. No obstante, esa estrategia únicamente funciona con activos de buenos fundamentales. Si hacemos hodling con un activo basura, lo que realmente hacemos es perder dinero con nuestra espera. 

¿Cómo sabemos cuándo un activo es basura? Debemos recordar que Bitcoin en sus inicios era puro potencial. Es posible que alguna altcoin, hoy subestimada, logre convertirse en la mejor inversión de nuestras vidas. Es posible, pero improbable. Con esto quiero decir que las historias de éxito son excepcionales. Todos sabemos que la mayoría de los proyectos que nos venden grandes promesas, no llegarán a nada. Algunos sí lograrán el éxito. Pero muchos otros no. Cierto que el hodling es una excelente estrategia. Pero el peligro de hacer bag holding es muy alto. ¿Cómo solucionamos este dilema? 

Bueno, la solución no es excesivamente compleja. La solución es diseñar un portafolio diversificado y balanceado, que considere los niveles de riesgo de cada activo en cuestión. El pedazo más grande de la torta lo utilizamos para los activos más consolidados y estables. Y los pedazos más pequeños para los activos más riesgosos. Me refiero a estos activos desconocidos que consideramos como subestimados por el mercado. Debido al dinero en juego, con estos activos, sí podemos darnos el lujo de hacer “bag holding” en el caso de que nos equivoquemos y terminen siendo basura. Todo es un asunto de balancear los riesgos y oportunidades. 

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Compra y espera. Pero con humildad. Seguramente, no vamos a ganarlas todas. Sin embargo, con la estrategia correcta, ganaremos en su mayoría. No podemos ser tan obtusos como para pensar que invertir en el universo altcoin es mala idea por el riesgo que implica. Ese riesgo, obviamente, está presente. Pero es administrable. Una de las maneras de administrar ese riesgo es asignarle un monto muy modesto y manejable a esa inversión. Digamos, por ejemplo, un 1% de nuestro portafolio. Si perdemos ese 1%, no es el fin del mundo. Pero si, por su casualidad, tenemos suerte y la inversión resulta ser ganadora, este 1% podría transformarse en 10% o más. Eso es lo que comúnmente se conoce como riesgo asimétrico.

La verdad es que nunca sabemos cuándo estamos haciendo “hodling” y cuándo estamos haciendo “bag holding”. Únicamente el tiempo te lo demostrará. Todo mercado tiene ciclos alcistas y bajistas. Y una temporada bajista puede durar muchísimo tiempo. En algunos casos, comprar durante una caída es una gran oportunidad. Pero, en otros, es simplemente una mala inversión. Invertir no siempre es una certeza. Podemos hacer la tarea. No obstante, hacer la tarea no es suficiente en muchos de los casos. Lo que sí podemos hacer es invertir con prudencia y estrategia. Haz la tarea. Compra. Espera. Y aspira a lo mejor.