Los inversores en criptos están preocupados por una posible represión regulatoria en el Reino Unido tras la multa impuesta a la filial británica del exchange de criptomonedas Coinbase.
La preocupación de los inversores surgió el 25 de julio después de que la filial británica de Coinbase fuera multada con 4.5 millones de dólares por incumplir un acuerdo voluntario de usuario con la Autoridad de Conducta Financiera (FCA, por sus siglas en inglés) que le impediría incorporar clientes considerados de "alto riesgo" por el regulador.
En una señal particularmente preocupante, la multa marca el primer caso en que la FCA ha tomado medidas coercitivas basadas en la Ley de Regulación del Dinero Electrónico de 2011.
Si bien algunos inversores les preocupa que esto pueda significar un mayor escrutinio para otros exchanges de criptomonedas en la región, los expertos legales no lo ven como una amenaza para el ecosistema en general.
La multa de la FCA fue una acción coercitiva "única", según una experta legal
El caso de la FCA contra la flial británica de Coinbase, CB Payments (CBPL), sugiere una acción coercitiva "única", no una postura más dura contra el espacio cripto, según Charlotte Tregunna, socia del bufete de abogados especializado en delitos empresariales Peters & Peters.
La multa no sugiere necesariamente una mayor aplicación de la ley para las plataformas de criptomonedas, dijo Tregunna a Cointelegraph:
"El hecho de que la FCA no haya utilizado sus poderes coercitivos hasta ahora sugiere que los estaba utilizando como último recurso. CPBL tuvo todo el tiempo del mundo para arreglar sus sistemas y controles, y sin embargo no lo hizo en tres años. Es una infracción obvia y la FCA no puede ignorarla si se les dio tiempo suficiente para resolverla".
Añadió que recibir multas por incumplir requisitos voluntarios se considera poco frecuente:
"Si la FCA interviene, normalmente las empresas hacen todo lo que pueden para resolver la situación, sobre todo cuando se trata de un requisito voluntario, por ejemplo, si la empresa ha aceptado voluntariamente mejorar sus sistemas. No suele ser necesario llegar a esta fase de imposición".
Según el regulador británico, la investigación de la FCA se centró en los servicios de transmisión de dinero electrónico de la firma y no en sus transacciones de criptoactivos.
La FCA apunta a un enfoque amigable hacia las criptos, pero las plataformas de criptomonedas no pueden seguir el ritmo del cumplimiento
A pesar de la reciente multa, la FCA tiene como objetivo convertirse en un regulador criptoamigable que no reprima la innovación, según Tregunna:
"En última instancia, la FCA quiere que se la considere favorable a las criptomonedas y al dinero electrónico, dentro de lo razonable. Ofrecerá oportunidades a esos proveedores y emisores para que mejoren sus normas y sus marcos de cumplimiento, pero si esas oportunidades se desaprovechan, la FCA no tiene más opción que aplicarlas".
Sin embargo, señaló que parte del problema es la incapacidad de las plataformas de criptomonedas para mantener el cumplimiento corporativo, algo cada vez más difícil en un sector en crecimiento.
Tregunna explicó que:
"Esto es quizá sintomático del hecho de que la gobernanza corporativa y la cultura de cumplimiento dentro de los emisores de dinero electrónico y los proveedores de servicios de criptoactivos no ha podido seguir el ritmo del inexorable aumento del uso de esos servicios en los últimos años".
Añadió que los nuevos protocolos deben contar con estas estructuras de gobernanza antes de su lanzamiento o se arriesgan a jugar a "ponerse al día", como se ha visto con la filial británica de Coinbase.
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