En Latinoamérica hay el mayor auge de las transacciones de las criptomonedas de la cadena de bloques. Esto es debido a la desestabilización política que azota a América Latina desde todos los ángulos, lo cual ha generado inflación o hiperinflación en otros casos y eso ha conllevado a que ciudadanos usen alternativas para solventar las crisis.

El manejo inadecuado de los recursos por parte de los gobernantes se ha convertido en una enseñanza para millones de personas en el continente americano, pues gracias a esto, hoy en día hablar de trading o de monedas digitales como Bitcoin, Ethereum, Ripple, Dash es algo común en países como México, Brasil, Argentina, Ecuador, Venezuela y Chile por nombrar algunos con el mayor movimiento en transacciones usando monedas digitales.

En Europa y otros países desarrollados del mundo, la confianza en las monedas digitales como medios de pago no es tan amplia. De hecho, debido al uso continuo y permanente de estas criptomonedas América Latina ha avanzado en diversos aspectos frente al resto del mundo. 

Y esto es así porque los gobiernos no han podido frenar el uso de este tipo de tecnología, en cambio grandes empresas como MasterCard o Visa han implementado la tecnología Blockchain adaptadas a sus plataformas, argumentando en reiteradas oportunidades que la solución es la Blockchain, no el Bitcoin u otras monedas criptográficas. 

En este sentido, es necesario apuntar que en América Latina se invirtió más de USD 2.6 millones de dólares en nuevas fintech que apuntan al auge tecnológico que se ha generado con la revolución industrial 4.0 actual. Esto es un dato interesante ya que nunca antes se había visto una inversión de tal envergadura por empresas dedicadas a las nuevas tecnologías, y esto sólo pudo ser posible al auge que trajo consigo el Bitcoin y las criptomonedas en el continente. 

Exchanges que nacieron siendo locales ahora se consideran regionales, tal es el caso de Satoshitango, Ripio ó Buda por nombrar algunos que operan en Latinoamérica y tienen presencia en diversos países. 

De igual manera los avances en la tecnología Blockchain ha sido bastante importante en los últimos años. En Argentina por ejemplo, existe un grupo de abogados que desarrollaron Smart Contracts para servicios Freelance, para ventas inmobiliarias y otro tipo de contratos personalizables según el requerimiento de las personas interesadas. De igual manera cadenas de comida como Walmart emplean la Blockchain de IBM denominada IBM FOOD TRUST utilizada para la trazabilidad de los productos de alimentos y garantizar la calidad. 

El uso más cotidiano de las criptomonedas es el envío de remesas al exterior. Millones de usuarios están convencidos que usar este tipo de método de intercambio resulta más favorable que los tradicionales códigos Swift. Además según datos oficiales del Banco Mundial, al menos el 50% de la población Latinoamericana no tiene accesos a los bancos, es decir no está bancarizada, por lo cual el envío de dinero al exterior representa un verdadero reto. 

El uso de las criptomonedas te da principalmente dos ventajas, la primera la interoperabilidad de las monedas virtuales y su cambio por monedas fiat; y el segundo, el anonimato. 

En países como Venezuela por ejemplo, recibir una remesa por canales tradicionales te convierte en una posible víctima de secuestro o robo, pues la corrupción ha llegado a niveles tan bajos que el simple hecho de recibir la remesa te podría en riesgo ó en el mejor de los casos, te bloquean el dinero y terminas perdiendo todo. Por ello, las criptomonedas han sido una alternativa eficiente para poder recibir o enviar dinero entre países. 

Otra de las ventajas que trajo consigo las criptomonedas, es la educación financiera y legal, ya muchos las usan como una reserva de valor para evitar las fuertes devaluaciones que padecen las fiat, y al mismo tiempo les ha permitido saber qué actividad asociada a la criptografía es legal y cual no. 

Países como Brasil, México, Venezuela y Argentina han avanzado en las legislaciones referentes a las criptomonedas o cripto activos como es conocido en el ámbito financiero estatal.

Los estados se han dado cuenta que los millones de dólares que se movilizan a través de estos medios son millones de dólares que le restan al sistema financiero tradicional, y por ende menos impuestos, lo que se traduce en menos dinero para las arcas estatales, por ello ya se han implementado impuestos a las ganancias derivadas de los comercios con criptomonedas por ejemplo, por citar uno.

En otros casos, el estado ha creado su propia moneda como el caso de Venezuela con el Petro que buscaba la eliminación del mercado paralelo dolarizado que domina el país, tratando una vez más de monopolizar la economía a través de instrumentos ineficientes y que sólo auspician más la hiperinflación que azota el país. 

Brasil por su parte, fue uno de los que más inversiones recibió en tecnología asociadas a las criptomonedas, ya que no sólo estamos hablando del volumen de transacciones que registra en los exchanges, sino de la aceptación de criptomonedas como método de pago cada día mayor de los comercios en la región. Cada día es más común encontrar negocios adheridos a plataformas Blockchains soportando criptomonedas como métodos de pago.

Aún en tiempos de cuarentena, los criptoactivos siguen siendo noticias y aportando soluciones, las propuestas de nuevas monedas municipales o provinciales siguen surgiendo como métodos alternativos de pagos para frenar un desastre económico mayor. 

La rapidez en las transacciones y la manera transparente en la que se efectúan marcaron un hito en la manera de mandar el dinero por parte de los Latinoamericanos no antes visto, esto quizás haya sido el mayor motivo de aceptación y confiabilidad por parte de los usuarios en estas tecnologías que para algunos era una utopía. 

El hacer transacciones peer to peer (P2P) a millones de kilómetros de distancia no había sido posible ante de la aparición del Bitcoin. Anclados a un sistema antagónico a los intereses de personas y empresarios nació esta posibilidad de romper las fronteras y hoy después de apenas una década de la creación del Bitcoin, es un hecho irrefutable que llegó para cambiar el modelo financiero global, aportando más beneficios que los sistemas tradicionales, y al parecer en Latinoamérica se encuentra el mayor diamante en bruto en criptomonedas que curiosamente no lo tienen los países desarrollados. 

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