Las grandes tecnológicas entienden perfectamente la importancia del contenido en la próxima evolución de Internet. Tener consolas y hardware es de poco valor sin contenido de calidad. Microsoft anunció públicamente sus planes de comprar la gigante de los videojuegos, Activision Blizzard, en un trato 100% efectivo superior a los 68 mil millones de dólares americanos. Un trato histórico que nos revela las prioridades de Microsoft en este momento. “Necesitamos respaldo para muchas plataformas del metaverso”, ha dicho Satya Nadella, el flamante CEO de Microsoft. ¿Qué significa esto? 

No hay razones para pensar que las autoridades impedirán la transacción. Después de todo, Microsoft no tiene un monopolio en el sector de los videojuegos. Claro que con esta adquisición ubica a la compañia en el puesto número tres del sector por ingresos, después de Tencent y Sony. Se menciona el metaverso. Pero resulta evidente que la intención de Microsoft, en un primer momento, es la alimentación con contenido de su plataforma por suscripción Game Pass. Pensemos en un Netflix pero para videojuegos. Lo que significa que el usuario podrá disfrutar de videojuegos desde el teléfono y la tablet gracias a la nube. Es decir, podemos prescindir de costosas consolas y de sofisticados equipos especializados. Obviamente, Microsoft está buscando un modelo a lo Netflix. 

Todo parece indicar que Satya Nadella está siguiendo el ejemplo de Bob Iger de Disney con su última adquisición. Bob Iger resucitó a Disney con grandes adquisiciones que le aportaron a la marca mucho contenido nuevo y altamente franquiciable. Me refiero, por supuesto, a las adquisiciones de Pixar, Marvel, LucasFilms, National Geographic y 21th Century Fox. ¿Qué gana Microsoft con esta adquisición? Warcraft, Diablo, Overwatch, Call of Duty, y Candy Crush, entre otros. Se trata de juegos muy conocidos con una gran fanaticada. En otras palabras, Microsoft está obteniendo comunidad. Contenido y suscriptores. Estos nombres se sumarán ahora a la cartera ya bastante amplia de Microsoft. La cosa va en serio. Y no me sorprendería en lo absoluto reacciones por parte de la competencia. No hay que ser un genio para saber que en estos momentos muchos estudios están “en conversiones” y seguramente ya hay ofertas en la mesa. 

Ahora bien, hablemos del metaverso. El metaverso necesita dos cosas: Contenido y comunidad. Luego, comienza la construcción. Y, en la medida que la construcción avanza, se crea nuevo contenido y se expande la comunidad. Obvio que es un proceso. Y todo a su debido tiempo. Meta (Facebook), Roblox y Microsoft están tomando posición. Es clarísimo que las Big Tech tendrán un rol muy importante en la construcción del metaverso. El metaverso, con toda probabilidad, será un universo mixto. Tendremos actores centralizados, actores descentralizados y actores híbridos. 

En las redes sociales, seguramente seguiremos escuchando a los defensores de la descentralización radical quejarse de todo lo que no sea 100% descentralizado. No obstante, los usuarios siguen adoptando soluciones de manera mixta. La gente, en la práctica, tiende a ser más moderada y pragmática de que lo pregona. Las redes sociales desatan el radicalismo. Pero, en muchos casos, es un radicalismo retórico. Tenemos que reconocer que las Big Tech tienen muchísimos recursos para poder lograr los objetivos que se plantean. El metaverso viene. Y las Big Tech jugarán un papel destacado. 

Debemos recordar que cripto también es un nicho. Si únicamente escuchamos lo dicho dentro del nicho, con mucha dificultad, podremos ver todo el panorama. Si nos limitanos a leer únicamente a Twitter, podríamos llegar a pensar que allá afuera hay una revolución formada por millones de militantes altamente comprometidos. Los enemigos están perfectamente señalados: Los Gobiernos, los bancos centrales, la banca internacional y las corporaciones multinacionales. El objetivo es la descentralización total. Lo que en realidad es otro modo de decir “por el pueblo y para el pueblo” con la ayuda de la tecnología. 

Según esta visión, tenemos a un protagonista y a su antagonista. O sea, hay un conflicto. Una guerra del pueblo contra los poderosos. Lo que podría significar que el éxito de uno es la derrota del otro. Eso es lo que se insinúa en el discurso. Pero me temo que la realidad es muy distinta. Bitcoin y Big Tech no congenian mucho a nivel de narrativa. Pero el mercado suele verlos como miembros de una misma familia. De hecho, Big Tech sube. Y Bitcoin sube. Big Tech baja. Y Bitcoin baja. El mercado, nos guste o no, coloca a Bitcoin, Ethereum, NFTs y Big Tech en el mismo saco. Al parecer, todo pertenece a la gran familia de la innovación tecnológica. 

Los Gobiernos, los bancos y las grandes capitales han expresado su interés en Bitcoin. El mismo inversor que invierte en Tech, por lo general, termina invirtiendo en Bitcoin y en cripto. El inversor que está coleccionando NFTs también juega videojuegos de todo tipo. El común de las personas no separa el producto proveniente de un sistema descentralizado de otro proveniente de un sistema centralizado. Todo se mezcla. Porque el usuario, al fin y al cabo, usa lo que le place. 

¿Qué es el metaverso? Un universo repleto de oportunidades. El metaverso, fintech, las NFTs, y Big Tech se correlacionan positivamente con Bitcoin. Volvamos al pasado y recordemos por unos instantes la adopción Bitcoin por parte de PayPal. ¿Cómo reaccionaron los puritanos de la comarca? Bla, bla, bla. Llave privada, la custodia, Satoshi y los siete enanos. Bla, bla, bla. ¿Cómo reaccionó el mercado? ¿Cómo reaccionó el precio? Con un optimismo gigantesco. 

En este espacio, existe una brecha muy grande entre lo que se dice y lo que se hace. Mi recomendación es ir a los hechos y ser muy escépticos de la retórica. En estos momentos, tenemos a un bitcoin arrastrado hacia abajo por la realidad macroeconómica. El mercado expresa su preocupación ante la incertidumbre. En definitiva, la Reserva Federal de los Estados Unidos es el actor más importante en todo esto. Ellos dictan la pauta y los inversores siguen. He ahí el problema. Aún no sabemos a ciencia cierta lo que va a pasar con la política monetaria. Sabemos que habrá recortes. Pero todavía se desconocen todos los detalles. 

Ahora bien, tarde o temprano, el mercado encontrará la claridad que busca. Las aguas retornarán a su cauce. Y los inversores volverán a invertir en la innovación. Bitcoin se ve muy favorecido con el proceso de digitalización. Palabras más, palabras menos, el destino de Bitcoin está estrechamente ligado a la evolución de Internet. Pese a las diversas opiniones, Big Tech y Bitcoin caminan de la mano en esta aventura. 

Este es un artículo de opinión y Cointelegraph no se adhiere necesariamente a lo expresado aquí por el autor

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