Un reciente estudio de Coinshares explica técnicamente las razones por las cuales los mineros de Bitcoin siguen ejecutando su actividad a pesar de la reducción del precio de BTC en más de la mitad antes del próximo halving del mes de mayo.

El estudio demuestra por qué Bitcoin es robusto como sistema monetario y que independientemente de la variación de precios acostumbradas en la principal referencia del mercado de criptomonedas, los tiempos de generación de bloques se mantienen intactos para garantizar el equilibrio necesario en la tasa de emisión de Bitcoin preestablecida por Nakamoto en su libro blanco.

Coinshares indica que a pesar de la disminución a más de la mitad en el precio de Bitcoin del máximo de 2020 en USD 10,500 registrado el pasado mes de febrero, el efecto final sobre los mineros es exactamente el mismo y que sólo observaremos luego del mes de mayo una simple disminución del hashrate que en nada afectará la integridad de la red.

Para argumentar el punto anterior, Coinshares fundamenta su análisis en cuatro pilares fundamentales sobre el cual fue construido Bitcoin como sistema monetario. Estos fundamentos nacen a raíz luego de que algunos detractores de la criptomoneda comenzarán a inundar los medios indicando un 'espiral de muerte' de los mineros por la doble reducción de los ingresos en Bitcoin luego del próximo halving programado para el mes de mayo 2020.

El primer argumento reside en que el ajuste de dificultad minera mantiene la frecuencia de bloqueo de Bitcoin constante sin importar la cantidad de hashrate total de la red.

Lo anterior indica que sin importar a donde el precio de Bitcoin se mueva, hacia el alza o la baja, el sistema automáticamente ajusta el costo de minería de forma neta para acercarlo al precio y colocar siempre rentabilidad en la actividad de forma neta, garantizando así la supervivencia de la red por desconexión de los llamados productores de bloques menos rentables.

El soporte reside fundamentalmente en cómo los mineros cubren sus costos operativos y su alta dependencia de los Bitcoins generados por tarifas de transacción o nuevas unidades generadas que están anclados al tipo de cambio de la moneda local donde operan. 

A diferencia de la producción ordinaria de productos básicos como el hierro, los costos de producción en la red Bitcoin son dinámicos y variables, de tal forma que sin importar cuán poco o cuánto hashrate produzca la red minera combinada, el protocolo fue diseñado para ajustar automáticamente la dificultad de modo que se encuentren nuevos bloques cada 10 minutos en promedio.

El segundo pilar de Coinshares para su análisis está basado en la teoría demostrada de que luego que la tasa de hash cae, la dificultad también lo hace.

Como consecuencia de la bajada de precios el hashrate disminuirá por el cierre de mineros menos rentables, por lo que la dificulta deberá disminuir para que la frecuencia de generar bloques cada 10 minutos se respete dentro del protocolo.

Motivado a lo anterior, habrá un mayor porcentaje de extracción de bloques por los mineros conectados a la red compensando la pérdida de precios reducidos por Bitcoin vendidos.

De acuerdo a este punto, el principal efecto general es que el costo de escribir (y reescribir) la cadena disminuye. El motivo es que los ingresos denominado en Bitcoin fluyen de productores ineficientes por alto costo a productores eficientes a bajo costo.

Coinshares indica ademá un tercer punto que ya tiene un antecedente histórico, y es el hecho de que la red fue diseñada para manejar estas situaciones similares a la de hoy. Para argumentar este pilar, el informe destaca que ”esta es la enésima vez que el precio de Bitcoin ha experimentado un retroceso dramático sucede casi todos los años en algún punto u otro –– y esta es la tercera mitad de la recompensa en bloque”.

Y para ser más contundente con su argumento señal que la red minera por opciones de diseño nunca  ha fallado en producir bloques, a pesar de lo dramático que resultó la dificultad minera a finales del 2018 por ejemplo, donde la red ni siquiera se detuvo o se acercó a este panorama.

Los "espirales de muerte minera" existen solo en teoría, no en la práctica

Por último vale destacar el punto fundamental bajo el cual Coinshares ha partido para desglosar su trabajo especial con fines educativos. 

Debido al intento de falsas expectativas y retóricas equivocadas que intentan generar los detractores del sistema libertario de criptomonedas y en especial de Bitcoin como red financiera descentralizada, se viene escuchando a innumerables expertos desinformados que venden la retórica de la ”espiral de muerte minera”.

El argumento generalmente es que si los precios de Bitcoin caen, la minería dejará de ser rentable y el hashrate caerá deteniendo la red y llevando los precios a cero como en su origen.

Sin embargo en la vida real, los mercados no se mueven así y si lo hicieran, una caída permanente del precio del 99% (o cualquiera similar) probablemente sería una señal de que algo más está fundamentalmente mal con el sistema mismo.

Por ahora Bitcoin ha demostrado en la práctica en los últimos diez años que no ha habido con dos halving y caídas estrepitosas de su precio un escenario probable de que el precio de Bitcoin llegue a cero.

Además recuerden que por cuestiones de dinámica de mercado, existen variables operativas que imposibilitan o hacen más difícil que un simple apagado de interruptor. Hay acuerdos de adquisición que exigen que continúen su actividad mientras puedan pagar sus facturas contratadas por ejemplo.

Aún cuando los precios de Bitcoin caen significativamente o la reducción de la recompensa minera se reduce a la mitad, las realidades físicas y operativas de la red minera son tales que las reducciones en el hashrate toman tiempo.

En conclusión, Coinshares indica que en la práctica, las reducciones de hashrate siempre se ven atrapadas suavemente por el ajuste dinámico de la dificultad y las frecuencias de bloqueo nunca se acercan a los ”niveles de crisis“.

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