Donald Trump y el Senado de los Estados Unidos han pactado el mayor plan de rescate de la historia como respuesta a la crisis del coronavirus. El astronómico monto simplemente nos deja boquiabiertos de asombro: 2 billones de dólares. La idea es detener los estragos causados por la pandemia ayudando a empresas y a ciudadanos. No fue fácil llegar a esta decisión, pero finalmente los demócratas y republicanos lograron unirse. Después de 5 días de intensas negociaciones, por fin, oposición y Gobierno dejaron sus rivalidades atrás por un momento y llegaron a un acuerdo. ¡Un paro de actividades como este en una economía tan frágil! Es simplemente una sentencia de muerte, pero un plan tan grande como el aprobado podría tener la fuerza suficiente para resucitar a los muertos. Sin embargo, existen algunos que dicen que lo mejor es hacer nada y que el mercado tiene que corregirse solo. ¿Imprimir dinero es tan malo?

Uno de cada tres estadounidenses está en cuarentena y es necesario que las autoridades hagan algo para detener un colapso total. Ya hay más de 55 mil contagios en el país y más de 800 muertos. Y no es exagerado cuando se dice que una amenaza de salud así no se había visto desde hace mucho tiempo y que las implicaciones económicas nos recuerdan a los desafíos vividos durante la Gran Depresión de los años 1930s. Ciertamente que la situación es sumamente delicada y requiere medidas drásticas. Durante una crisis, no hay mucho tiempo para ideologías. Es cuestión de ser pragmáticos. Se aplica lo que funciona. Y la gran verdad es que, pese a lo que digan muchos, imprimir dinero ayuda un montón. Si estudiamos lo ocurrido durante de la Gran Depresión, nos daremos cuenta que el remedio funcionó. Es más, en el caso de la crisis del 2008 podríamos decir que también funcionó.   

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Imprimir dinero no es tan malo cuando se hace apropiadamente. Ciertamente que es un arma que abusamos con frecuencia. Pero vetarla por completo sería una locura. Eso nos dejaría indefensos durante una crisis. El dinero fiat como tal, en mi humilde opinión, no es el origen de todos los males. Su adopción generalizada no es una conspiración mundial contra el pueblo. Simplemente es algo que funciona. No me refiero a que funciona a la perfección y estamos en un paraíso terrenal. Me refiero a que funciona un poco mejor de lo que teníamos antes. Un sistema económico basado en una moneda de suministro limitado no es tan bueno como el sistema que tenemos ahora. El mundo tiene la experiencia con el oro. Anteriormente era mucho más difícil superar una crisis porque las autoridades tenían las manos atadas. La economía real, o sea la producción de bienes y servicios, crece y una moneda fija simplemente se podría convertir en un freno. 

Eso por supuesto no suena muy bien para los creyentes de un libre mercado absoluto. Los anarquistas y libertarios se oponen a todo idea de un banco central interviniendo en la economía. Los defensores de la Escuela Austriaca de Economía, tan mencionada entre Bitcoiners, se oponen vehemente a las teorías de la economía keynesiana. Sin embargo, implementar un modelo como el propuesto por los economistas austríacos en estos momentos significaría el colapso de la economía y el fin de este mundo como lo conocemos. Los libertarios gritan a todo pulmón que este es el costo que debemos pagar por la libertad. Es un mal necesario para ser finalmente responsables de nuestro destino e imponer la utopía libertaria. Pero, lamentablemente, el mundo no está listo para algo así. Es más, no quiere algo así. Las masas simplemente quieren vivir un poco mejor. Ni siquiera conocen la ideología libertaria, mucho menos quieren sacrificarse por ella. 

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El común de los mortales confía que los Gobiernos nos saquen de esta crisis inyectando liquidez. Nuestro problema en realidad no es la impresión de dinero per se. El problema es el siguiente: Una vez que salimos de una crisis, se nos olvida con demasiada facilidad mantenernos prudentes y nos endeudamos hasta el cuello con mala deuda. Claro que todas las deudas no son malas. De hecho, las deudas son muy buenas cuando son deudas para producir más. Pero, lamentablemente, como sociedad, asumimos muchísima deuda mala, que es la deuda para el consumo. Eso significa que consumimos más hoy, pero luego estamos en problemas cuando tenemos que pagar las deudas mañana. Tenemos más cosas, pero en el fondo somos más pobres. Así son nuestras crisis. Acumulamos demasiada deuda y luego no podemos pagar. En el proceso, la producción y el gasto finalmente sufren. 

Este problemita no es nuevo. De hecho, es muy viejo y también lo teníamos cuando nuestras monedas eran certificados de oro. El pequeño gran detalle era que en periodos de deflación no podíamos hacer nada. La economía se retraía y nadie quería gastar porque el oro subía de valor. Ese freno en el gasto causaba decrecimiento económico, desempleo y depreciación de los bienes. El que tenía oro la pasaba relativamente bien. Pero el oro no se come. Las casas, los productos, los mercados en general y la calidad de vida se iban en picada. La deflación es terrible para la economía. Tiene efectos tan perjudiciales como la inflación. La masa cuando entra en pánico no se coordina muy bien para encontrar soluciones colectivas. Y en raras ocasiones piensa en el bien común. El individualismo es muy bueno en muchos casos. Pero puede ser despiadado en otros. Y el mundo, a su manera, siempre busca el equilibrio. Siempre se toma una postura intermedia, molestando así a muchos radicales. 

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La impresión de dinero baja el valor de la moneda. Este es el costo que tenemos que pagar para poder tener flexibilidad en materia monetaria y poder disfrutar de cierto control sobre la macroeconómica. Sin embargo, este no es mal de morir. Y los mejores inversores lo saben muy bien. ¿Qué clase de loco invierte sus ahorros en dinero fiat? Lo inteligente es tener muy poco dinero fiat (para nuestros gastos diarios) pero invertir casi todo nuestro patrimonio en otra clase de activos. Acciones, bienes raíces, oro, y, por supuesto, Bitcoin. Bitcoin es una moneda alternativa no en el sentido que algún día va a sustituir al dinero fiat en un sistema monetario mundial perfecto.  O por lo menos yo no lo creo así. Bitcoin es una moneda alternativa porque es preferible tener Bitcoin que dinero fiat. Del mismo modo, que es mejor tener acciones de Amazon o de Apple que tener dólares.

El dinero fiat es para gastarlo. Durante las crisis, no necesitamos ideologías. Necesitamos estrategias. Perdón, mis criptoamigos libertarios. Pero que los bancos centrales hagan lo que tengan que hacer. Si el dólar pierde valor, que así sea. Me da igual. Por mi parte, yo no guardo mucho de mis ahorros en dólares o euros. Si los planes de rescate ayudan a la economía durante esta crisis, los doy la bienvenida. Es tiempo de ser pragmáticos. Lo importante es tener una económica creciente y un Bitcoin subiendo como la espuma. No es un asunto de tener la razón ni de ser devotos a un dogma. Es un asunto de prosperidad y calidad de vida.