Bien sabemos que Bitcoin es un activo sumamente temperamental. Y es un mercado esencialmente emotivo. Puede pasar de la euforia al pánico en cuestión de días. Un día Bitcoin sube de precio y lo que vemos en las redes sociales es un optimismo frenético y ciego. Otro día, Bitcoin baja de precio y los alaridos de miedo se escuchan por todas partes. “Te lo dije”, dicen muchos con satisfacción resentida. Con el tiempo, uno se acostumbra a esta montaña rusa de emociones. Sin embargo, en el fondo, se trata de un delirio colectivo. Es decir, es la locura. En un mercado tan volátil como este, lo mejor es no caer en esa trampa. Aquí hay que tener la cabeza fría siempre. 

El pesimismo surge de las bajas. Y el optimismo surge de las alzas. Pero esta es una dinámica que el inversor inteligente debe entender muy bien. El gran negocio es comprar barato y vender caro. O sea, lo ideal sería “comprarle a los pesimistas y venderle a los optimistas”. Porque los mercados esencialmente “nacen en el pesimismo, crecen en el escepticismo, maduran en el optimismo y mueren en la euforia”. En teoría, la temporada alcista es el momento ideal para la venta. Sin embargo, el nuevo inversor se deja seducir por la codicia con mucha facilidad. Y suele comprar precisamente en la temporada alcista. 

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La mayoría piensa que, si un activo ha subido bastante de precio, eso quiere decir que seguirá subiendo de precio por mucho más tiempo. Es decir, se compra siguiendo la tendencia. Eso no está mal del todo, porque la estrategia, de hecho, puede funcionar por un tiempo. Pero esta estrategia funciona solo hasta que deja de funcionar. O sea, la tendencia, tarde o temprano, se revierte. Y nos sale el tiro por la culata. ¿Por qué tanta gente se estrella invirtiendo en Bitcoin? Bueno, por comprar demasiado tarde y vender demasiado temprano. Básicamente, es un problema de paciencia. Compran por FOMO y venden por FUD. Se guían por lo que dicen los demás. Le preguntan al amigo “que sabe mucho”. He ahí el problema. 

Esta actitud inmadura de invertir por emoción (o recomendación) es, en gran medida, la responsable de la volatilidad. La historia se repite una y otra vez. Los inversores compran a precios bastantes elevados en pleno rally alcista con altísimas expectativas para, luego, vender desesperados a precios bastantes más bajos. Hace poco, por ejemplo, Bitcoin rompió un máximo histórico y luego sufrió una fuerte corrección de más del 15%. En las redes sociales, se respiraba un aire del fin del mundo. O sea, el apocalipsis. Muchos de los que compraron por encima de los $60K terminaron vendiendo por debajo de los $50K. El mercado se invadió de pesimismo y muchos vendieron empeorando las cosas. 

El pesimismo actual, en mi no tan humilde opinión, es principalmente psicológico. A nivel fundamental o técnico, no hay muchas razones que lo justifiquen. Es decir, en teoría, hay muchas razones para que sigan las alzas. En primer lugar, todavía hay mucha liquidez circulando. Y, por los vientos que soplan, la Reserva Federal no piensa cambiar de política monetaria por un buen tiempo. Lo que significa que este boom seguirá. En segundo lugar, el interés institucional todavía se mantiene. 

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Ahora bien, eso no significa que el mercado no pueda tomar una pausa en su camino a la luna. Muchos antiguos inversores están vendiendo parcialmente sus tenencias para darse pequeños lujos. Utilizando mi pequeño círculo de criptoamistades como muestra, mi pequeña encuesta anecdótica me revela que la mayoría ha vendido un poco por alguna razón. Un viaje, un carro, una moto, una casa. No sé. Cada uno tiene una razón. No se está vendiendo todo. Pero sí una pequeña parte. Por otro lado, mucha gente nueva está comprando con grandes expectativas.  ¿Qué significa esto? Bueno, que los periodos de corrección y consolidación son naturales. El mercado necesita un respiro. Los últimos meses han sido de locura. El precio ha subido prácticamente sin parar. Pero somos humanos. Muchos quieren vender un poco para disfrutar de su inversión. Eso no implica que el periodo alcista haya terminado. O, por lo menos, no necesariamente. 

Lo que rápido sube, rápido baja. Se necesita tiempo para que los soportes se fortalezcan. Ahora bien, lo que me parece asombroso es que la última racha de pesimismo se detuvo cerca de los $50K. A veces se nos olvida cómo estaba el precio de Bitcoin en abril del año pasado. Hemos avanzado muchísimo en muy poco tiempo. Que ahora la gente sienta miedo estando por encima de los $50K me parece una noticia increíble. En enero del 2018, por ejemplo, la codicia estaba por las nubes. Y la prensa anticipaba nuevas alzas por mucho más tiempo. Sin embargo, todos sabemos cómo terminó eso. El pesimismo por encima de los $50K me parece un muy buen augurio. 

¿Acaso se acerca el fin del rally alcista? Bueno, eso, en realidad, es muy difícil de saberlo. Los topes solo se conocen en retrospectiva. Es posible que estemos cerca del final, pero, francamente, es poco probable. Caídas del 15% no son raras en Bitcoin. O sea, no significan mucho. Claro que todo, en estos momentos, está bastante sobrevalorado. Y parece increíble que este boom financiero puede mantenerse hasta fin de año. Pero la Reserva Federal insiste en mantener su política monetaria flexible actual por más tiempo.

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Por supuesto que hay mucho escéptico en torno a esto. Muchos creen que la Reserva se equivoca y, más temprano que tarde, tendrán que recortar. Es decir, se tendrá que comer sus palabras. Sin embargo, eso aún está por verse. Claro que hay mucha inflación en muchos sectores. Pero el coronavirus ha sido devastador para el sector servicios. Y debemos recordar que el sector servicios es el gran empleador en los Estados Unidos. Y ese es precisamente la prioridad de la Reserva en estos momentos: El empleo. Por ende, las inyecciones de liquidez, hasta nuevo aviso, continuarán. 

Dos cosas para tomar en cuenta: Primero, este es un mercado emotivo. Hoy se torna pesimista, mañana no. Quien se suba en este carrusel terminará en loco. Yo ni abro Twitter. El inversor debe ser paciente, pragmático y sereno. Compra y espera. Los vaivenes temporales no importan mucho.  Así que don´t worry, be happy. Segundo, es casi imposible decretar el fin definitivo de las alzas. Lo mejor es vender un poco para recuperar (algo o todo) de la inversión inicial y, luego, seguir haciendo hodling hasta el fin de los tiempos. O sea, esperar sin mucho estrés. Predicar el futuro es imposible. Pero sabemos que los mercados fluctúan. La marea sube. La marea baja. Pero lo importante es seguir nadando.