El dólar es la moneda más usada y demandada en el mundo. Para el latinoamericano promedio, el dólar se ha visto como una moneda estable y segura que ofrece un refugio a los vaivenes de la moneda local. El dólar es la moneda que necesitamos para comprar o invertir en Estados Unidos y en otras muchas partes. Y, además, el dólar es la moneda usada por los grandes prestamistas e inversores.
Estados Unidos es un centro político, cultural, militar, económico y financiero sumamente importante. Y es un país con instituciones relativamente fuertes y un sistema judicial confiable. Es el país con el control de los mares. Es el país con empresas globales como Google, Meta, Microsoft y Coca-Cola. El dólar es un reflejo de todo eso. Para las personas en el extranjero, el dólar es un refugio.
Claro que algunos gobiernos en competencia o enemistad con Estados Unidos ven la hegemonía del dólar como una desventaja competitiva. Porque le confiere mucho poder al “enemigo”. La mayoría quiere vender cosas a Estados Unidos, quiere que los Estados Unidos inviertan en sus países. Quiere su conocimiento y tecnología. Quiere su dinero, sus préstamos y su mercado. Pero, no quiere sus controles, imposiciones o demandas. En pocas palabras, quiere los beneficios de la relación, pero sin condiciones. Lo que es muy poco iluso.
Ahora bien, dentro de Estados Unidos, dentro de algunas corrientes políticas, en particular, en corrientes libertarias y conservadoras, el dólar se asocia con el estatismo, el progresismo y la indisciplina. Estos grupos defienden alternativas como el oro o Bitcoin porque son alternativas no estatales y escasas. Se inspiran en las ideas de algunos economistas conservadores y en la experiencia del patrón oro.
Entonces, tenemos diferentes visiones del dólar. Todo depende de quién lo evalúe y de su contexto. Pero, ¿qué dice la evidencia? La evidencia nos sugiere que la gran mayoría se alinea con el dólar como fuente de estabilidad y seguridad. Porque el dólar sigue, pese a los críticos, teniendo mucha demanda. No hay que ser un genio para saber que si hay demanda es porque estas personas encuentran utilidad. La gente sigue confiando en el dólar.
Incluso en el mercado cripto, que se apoya bastante en una narrativa muy influenciada por las ideas de los libertarios y los conservadores, el auge de las stablecoins nos sugiere que no todo es tan malo con el dólar. Las stablecoins son criptomonedas que mantienen una paridad con el dólar u otra moneda fiduciaria. Sirven para facilitar las transacciones, el intercambio y el ahorro en el ecosistema cripto. Según un informe de la firma de análisis Messari, el volumen de las stablecoins superó el de los pagos con PayPal en el tercer trimestre de 2023. Esto indica que hay una gran demanda de dólares digitales en el mundo cripto.
El dólar no es perfecto. Pero la gente se inclina a verlo como la opción menos imperfecta en un mar de imperfección. Hay minorías dentro de los Estados Unidos que no lo ven así. Porque, de pronto, están muy cerca del fuego para tener una perspectiva más amplia. Pero los extranjeros sí podemos ver mejor sus atributos. Y reconocer lo difícil que es lograr la estabilidad y seguridad del dólar en casa.
El dólar estuvo fuerte en el 2023, porque las demás divisas cayeron mucho y porque la Fed, el banco central de los Estados Unidos, aumentó las tasas. El atractivo de comprar dólares aumenta. Y, pese a la inflación, el dólar ofrece seguridad. Porque si las deudas están en dólares, tener dólares da tranquilidad de que podrás cumplir con tus compromisos.
Es probable que el dólar siga liderando en 2024, pero es posible que las alternativas ganen terreno. Factores como un cambio a una política monetaria más flexible, o, por otro lado, si se genera una recesión, esto también podría tener un efecto. Las alternativas más fuertes son el euro, el yuan y Bitcoin. El euro es la moneda de la Unión Europea, un bloque económico y político que rivaliza con Estados Unidos. El yuan es la moneda de China, la segunda economía más grande del mundo y el principal competidor de Estados Unidos. Bitcoin es la criptomoneda más popular y valiosa, que se basa en una tecnología descentralizada.
Cada una de estas alternativas tiene sus ventajas y desventajas. El euro tiene el respaldo de una economía diversificada y desarrollada, pero también sufre de problemas políticos y fiscales entre sus miembros. El yuan tiene el apoyo de un gobierno autoritario y ambicioso, pero también enfrenta restricciones y sanciones por parte de otros países. Bitcoin tiene la innovación y la independencia de una red global y abierta, pero también padece de volatilidad y falta de regulación.
Ninguna de estas alternativas parece tener la capacidad de desplazar al dólar totalmente en el corto plazo. Pero podrían erosionar su dominio en el largo plazo. Dependerá de cómo evolucionen los acontecimientos económicos, políticos y sociales en el mundo. Y de cómo se adapten los actores y agentes involucrados.
Lo que está claro es que el dólar no es eterno. Como toda moneda, tiene un ciclo de vida. Y como toda moneda, está sujeto a las fuerzas del mercado y de la historia. El dólar ha sido la moneda hegemónica desde la segunda guerra mundial. Pero antes de él hubo otras monedas que ocuparon ese lugar. Como la libra esterlina, el franco francés o el florín holandés. Y antes de ellas, hubo otras formas de dinero. Como el oro, la plata o el cobre.
El dinero es una convención social. Es un acuerdo entre las personas para facilitar el intercambio de bienes y servicios. El dinero no tiene valor intrínseco. Su valor depende de la confianza que le otorgamos. Y esa confianza puede cambiar con el tiempo. Por eso, el dinero también cambia con el tiempo. Y el dólar no es la excepción.
La pregunta que debemos hacernos no es si el dólar seguirá liderando en 2024 o caerá ante las alternativas. La pregunta que debemos hacernos es qué tipo de dinero queremos y necesitamos para el futuro. Un futuro que será cada vez más digital, global y complejo. Un futuro que requerirá de un dinero que sea eficiente, inclusivo y transparente. Un futuro que nos desafíe a pensar más allá del dólar tradicional.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.