Un aumento del 190% en las estafas de criptomonedas hizo perder 6.1 millones de dólares australianos (USD 4.3 millones) a los consumidores australianos en 2018, según un informe publicado por la Comisión de Competencia y Consumo del país el 29 de abril.
El aumento sustancial de los 2.1 millones de dólares australianos (USD 1.48 millones) perdidos en 2017 se produjo a pesar de la caída de los precios de las criptomonedas en toda la industria, y las autoridades australianas recibieron 674 informes en los que se utilizaban criptos para pagar a los estafadores.
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La mayoría de las víctimas fueron objetos de estafas de inversión en las que se les anima a comprar divisas digitales o se les pide que realicen pagos en criptomonedas para acceder al mercado de divisas, al mercado de materias primas y a otras oportunidades de inversión. De esta manera se perdieron un total de AU$2.6 millones (USD 1.8 millones), y a menudo, los consumidores solo se dieron cuenta de que algo estaba mal cuando no podían retirar sus fondos o contactar al estafador responsable.
Según la Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC), casi la mitad de quienes perdieron dinero a causa de las criptoestafas eran hombres de 25 a 34 años. El verdadero número de víctimas también podría ser mucho mayor, ya que algunos pueden haber estado demasiado avergonzados para presentarse, señala el informe.
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A una víctima, que creía que se le había encomendado una tarea de prueba por un trabajo bien remunerado, se le presionó para que convirtiera dinero en cajeros automáticos de bitcoin (BTC) y lo enviara a los inversores: "Se congelaron sus cuentas bancarias cuando se llevó a cabo una investigación de fraude". La víctima anónima dijo:
“Estoy cooperando con el banco y espero desbloquear mis cuentas y limpiar mi nombre. Ahora tengo claro que esto solo era un plan de lavado de dinero y me lo creí.”
La ACCC está instando a los consumidores a que desconfíen de métodos de pago inusuales como las criptos, las tarjetas de regalo de iTunes y los servicios de envío de remesas, especialmente si la solicitud de pago parece provenir de una agencia gubernamental.
En marzo, un gestor australiano de fondos de criptomonedas fue llevado a juicio por sus clientes por la pérdida de 20 millones de dólares australianos (USD 14 millones). Se alega que Stefanos Papanastasiou había pedido a sus clientes que transfirieran dinero a su esposa y hermana, y no pudo devolverles el dinero cuando solicitaron un retiro.
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