El gigante australiano del “compra ahora, paga después” (BNPL, por sus siglas en inglés), Afterpay -que ahora forma parte de Square, de Jack Dorsey-, ha dicho que es probable que comience a ofrecer servicios de criptomonedas una vez que el marco normativo esté claro.

A raíz de la presentación de Afterpay a la investigación del Senado sobre "Australia como centro tecnológico y financiero", que postulaba que los comerciantes podrían reducir los costes de pago utilizando criptomonedas, sus representantes hablaron en la investigación el 8 de septiembre.

El vicepresidente de políticas públicas y comunicaciones de Afterpay, Damian Kassabgi, dijo que "esta idea de poder intercambiar divisas de persona a persona o a un comerciante sin pasar por los raíles tradicionales podría crear muchas eficiencias".

El senador liberal Andrew Bragg, partidario de las criptomonedas, preguntó si Afterpay tenía planes de ofrecer servicios de criptomonedas en el futuro. Lee Hatton, vicepresidente ejecutivo de Afterpay, respondió que, una vez que la vía reglamentaria estuviera despejada, la empresa estaría dispuesta a satisfacer la demanda de criptomonedas de sus clientes:

“Una vez que seamos capaces de entender el marco normativo en este espacio, podremos ver lo que quieren nuestros clientes. Y nos parece que van a querer participar de esta manera.”

"Veremos que una parte de nuestros clientes empezará a aprovechar [Bitcoin], y buscaremos una forma de apoyarlos para que lo hagan", añadió.

El panorama normativo de las criptomonedas en Australia sigue sin estar claro, ya que el gobierno aún no ha establecido un marco regulatorio detallado. En mayo, Bragg instó al Gobierno a "adelantarse a los acontecimientos" introduciendo normas para proteger a los consumidores y fomentar la innovación.

El debate pasó a las stablecoins, y Kassabgi destacó la importancia de utilizar una stablecoin respaldada por el dólar australiano (AUD) para los pagos entre consumidores y comerciantes.

"No es difícil imaginar un mundo en el que una stablecoin emitida de forma privada y vinculada al dólar australiano pase de consumidor a consumidor o de consumidor a comerciante con muy poca fricción, en el que no se utilicen los raíles de pago tradicionales, en el que las tasas de intercambio sean casi inexistentes y en el que no haya ningún banco comercial como intermediario", dijo.

"Esta perspectiva de futuro tiene muchas ventajas. Sin embargo, hay que trabajar para crear un entorno normativo seguro y eficiente", añadió.

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