El avance de la regulación de las stablecoins en el Congreso de EE. UU. es una iniciativa del gobierno de Donald Trump y de los grandes bancos para garantizar y ampliar la hegemonía del dólar en el sistema financiero mundial, al mismo tiempo que consolida el poder de las instituciones financieras tradicionales, afirma Arthur Hayes, cofundador de Bitmex, en una publicación en su blog personal.

Para Hayes, las stablecoins están siendo utilizadas como un “Caballo de Troya”: promovidas bajo la fachada de apoyo a la innovación, fueron convertidas en un instrumento para financiar la creciente deuda gubernamental de EE. UU., resultando en la centralización de las finanzas y en detrimento de la industria de criptomonedas.

Con un déficit federal anual que se aproxima a los 2 trilones de dólares y la necesidad de refinanciar otros 3,1 trilones de dólares en deudas que vencen en 2025, el gobierno de EE. UU. está bajo presión para encontrar fuentes de financiación a costos bajos. Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE. UU., vislumbró en las stablecoins una oportunidad.

La centralización es clave para la estrategia de Trump y Bessent

La tesis de Hayes se basa en los términos establecidos en el GENIUS Act, proyecto de ley de regulación de las stablecoins aprobado en el Senado con el aval de Donald Trump.

Al prohibir que empresas privadas como Meta y Amazon lancen sus propias stablecoins e impedir que emisores no bancarios ofrezcan rendimientos a los poseedores, la regulación elimina la competencia de las Big Techs y de players criptonativos, como líderes del mercado Tether y Circle, y también de alternativas descentralizadas, como por ejemplo Sky (SKY) y Ethena (ENA).

Paralelamente, el proyecto de ley incentiva a los grandes bancos a transformar sus depósitos en stablecoins y, con los fondos custodiados, comprar masivamente los títulos de deuda del gobierno.

Hayes estima que el monto puede llegar a 6,8 trilones de dólares provenientes de depósitos, sumados a otros 3,3 trilones de dólares que podrían ser desbloqueados si el Banco Central de EE. UU. (Fed) dejara de pagar intereses sobre las reservas de los bancos. En total, él proyecta una inyección de hasta 10,1 trilones de dólares en el mercado de títulos del Tesoro de EE. UU.

Mientras hace menos costoso el financiamiento de la deuda, la estrategia también transfiere el control de uno de los mercados más prometedores de las criptomonedas al sistema financiero tradicional.

Según Hayes, los beneficios de las stablecoins para los grandes bancos son tanto financieros como operativos. La tecnología blockchain, subyacente a las stablecoins, permite la optimización de procesos de cumplimiento y operaciones bancarias. La transición de depósitos tradicionales a stablecoins puede resultar en la disminución de costos relacionados con la gestión y el cumplimiento de exigencias regulatorias. Además, la arquitectura de las stablecoins ofrece una nueva fuente de generación de ingresos.

Al convertir depósitos en dólares en stablecoins que, conforme al GENIUS Act, prohíben el pago de intereses a sus poseedores, los bancos pueden asignar esos fondos a la compra de títulos del Tesoro de alta rentabilidad y bajo riesgo, lo que contribuye al aumento de su margen operativo.

Bitcoin puede ser el gran beneficiario de la liquidez de las stablecoins

La inyección masiva de liquidez en el sistema financiero a través de stablecoins tiende a tener un impacto significativo en el mercado de activos de riesgo, según Hayes, favoreciendo la valorización de Bitcoin ().

Irónicamente, esta nueva dinámica sugiere que el único activo verdaderamente descentralizado sea el mayor beneficiario indirecto de un sistema cada vez más centralizado.

Para Hayes, la subida del precio de Bitcoin en estas condiciones presenta un dilema para la comunidad cripto. Aunque pueda traer ganancias desde el punto de vista exclusivamente financiero, el “secuestro” de las criptomonedas por el gobierno y por TradFi mina los principios de autonomía y descentralización vislumbrados por Satoshi Nakamoto.

La contradicción reside en el hecho de que la valorización de Bitcoin dependerá cada vez más de un sistema político y financiero que busca integrar y controlar tecnologías que deberían representar una amenaza a su hegemonía.

En el actual mercado alcista de las criptomonedas, la demanda institucional desbloqueada por el lanzamiento de los ETFs spot de Bitcoin en Estados Unidos y la adopción corporativa se han convertido en los principales catalizadores de la valorización de Bitcoin, a diferencia de ciclos anteriores impulsados por el comercio minorista.

Según informó recientemente Cointelegraph Brasil, el IBIT, ETF de BTC de Blackrock ya acumula el 3,25% del suministro total de Bitcoin.

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