Bitcoin es un activo digital (un código) que se crea y se transfiere mediante una red de computadoras descentralizada usando una tecnología llamada blockchain. No depende de ningún gobierno ni banco central, y su precio fluctúa según la oferta y la demanda. Es decir, vale lo que la gente esté dispuesta a pagar por él.
Por eso, si quieres invertir en Bitcoin, tienes que tener en cuenta que es un activo muy especulativo. No genera ningún beneficio por sí mismo, como los dividendos de las acciones o los intereses de los bonos. Solo ganarás dinero si lo vendes más caro de lo que lo compraste. Y eso no es fácil de predecir.
Para invertir en Bitcoin de forma sensata, tienes que tener un pronóstico en mente. ¿Crees que Bitcoin seguirá subiendo en el futuro? ¿O piensas que es una burbuja que puede explotar en cualquier momento? Según tu respuesta, podrás decidir si comprar, vender o mantener tus BTC.
Nadie puede predecir el futuro con exactitud. Ni los expertos, ni los gurús, ni los algoritmos. Lo único que podemos hacer es estimar las probabilidades de que algo ocurra o no. Y eso depende de muchos factores.
Por eso, si quieres invertir de forma inteligente, tienes que ser flexible. No puedes pensar en blanco o negro, en alcista o bajista, en optimista o pesimista. Tienes que pensar en escenarios posibles, en riesgos y oportunidades, en ventajas y desventajas.
Para invertir de forma inteligente, tienes que tener un pronóstico en mente. Pero no uno fijo e inmutable, sino uno dinámico y adaptable. Un pronóstico que puedas revisar y actualizar según la información que vayas recibiendo. Un pronóstico que te permita tomar decisiones acordes a tus objetivos y a tu perfil de riesgo.
Para invertir de forma inteligente, tienes que tener un plan de acción. Pero no uno rígido e inflexible, sino uno ágil y versátil. Un plan de acción que puedas ejecutar y modificar según las circunstancias que vayas enfrentando. Un plan de acción que te permita aprovechar las oportunidades y protegerte de las amenazas.
En definitiva, para invertir de forma inteligente, tienes que ser un inversor inteligente. Y eso significa ser un inversor que sabe que no sabe todo, pero que está dispuesto a aprender y a mejorar. Un inversor que sabe que no puede controlar todo, pero que está preparado para adaptarse y a reaccionar. Un inversor que sabe que no puede ganar siempre, pero que está dispuesto a asumir riesgos y a aceptar pérdidas.
Ahora bien, muchos creen en este momento que Bitcoin pronto superará su máximo histórico de casi 69 mil dólares. ¿A qué se debe este fenómeno? Pues hay varias razones, pero las principales son dos: la aprobación del primer ETF de Bitcoin en Estados Unidos y el interés creciente de los inversores institucionales.
El ETF de Bitcoin es un fondo que cotiza en bolsa y que replica el comportamiento del precio de Bitcoin. Esto permite que más personas puedan acceder al mercado de las criptomonedas sin tener que comprarlas directamente, lo que aumenta la demanda y el valor de Bitcoin. Además, el ETF le da más legitimidad y confianza al sector, ya que implica una mayor regulación y supervisión por parte de las autoridades financieras.
Por otro lado, los inversores institucionales son aquellos que manejan grandes cantidades de dinero, como bancos, fondos de inversión, empresas o gobiernos. Estos actores han mostrado un interés creciente por Bitcoin, ya que lo ven como una forma de diversificar sus carteras, y aprovechar el potencial de crecimiento de esta nueva tecnología. Algunos ejemplos de inversores institucionales que han apostado por Bitcoin son BlackRock, Ark Invest, MicroStrategy, Square o el Salvador.
Estas dos razones han generado unas expectativas muy altas sobre el futuro de Bitcoin, lo que se refleja en su precio actual. En otras palabras, el mercado (tanto cripto como Wall Street) piensa que el 2024 será un buen año, y por eso está dispuesto a pagar más hoy. Claro que esto no significa que el precio solo vaya a subir, ya que Bitcoin es muy volátil y puede sufrir caídas repentinas por diversos factores. Sin embargo, el mercado fija los precios basándose en expectativas. Y el inversor que compra hoy tiene el futuro entre ceja y ceja.
¿Hacia dónde se dirige el precio? Hay tres respuestas a este pregunta. La primera: el precio va para arriba buscando superar el máximo histórico. La segunda: el precio se enfrenta a una corrección. La tercera: el precio fluctúa con el cambio de expectativas y las noticias. Todo depende de lo que creen los inversores y de cómo se comporta el precio a la hora de enfrentarse a los soportes y las resistencias.
¿Te gustan los números redondos y las fechas exactas? ¿Te encanta que te digan que tal cosa va a pasar tal día a tal hora? ¿Te ilusionas con las promesas de futuro que te hacen algunos expertos? Pues entonces eres un lector superficial o ingenio, y este texto no es para ti. Porque aquí vamos a hablar de la realidad de los pronósticos, que son todo lo contrario: imprecisos, ambiguos y condicionales.
Un pronóstico responsable no es una bola de cristal que te dice lo que va a pasar, sino una estimación basada en datos, análisis y supuestos. Un pronóstico responsable también te dice los obstáculos y los riesgos que pueden alterar el resultado esperado, y las posibles alternativas que se pueden dar. Un pronóstico responsable, en definitiva, te da un rango de posibilidades, no una certeza absoluta.
Por eso, ante el contexto actual, lo más sensato es ser un optimista cauteloso. Es decir, tener esperanza en que las cosas salgan bien, pero sin dejar de ser realista y prudente. Podemos hacer nuestra apuesta, pero con estrategia y gestión de riesgo.
Tras analizar las razones para el optimismo, conviene adoptar una actitud prudente. El optimismo actual se sustenta en una serie de supuestos que pueden derrumbarse como un castillo de naipes en cualquier momento. Por ejemplo, si la SEC rechaza todos los ETF, si hay una recesión o si la Fed sube los intereses en lugar de bajarlos. ¿Qué ocurriría si los compradores se desaniman y venden cuando el ETF de Bitcoin siga el patrón de comprar con el rumor y vender con la noticia? Eso es posible. Por eso no conviene ser un optimista ciego o iluso. Es preferible ser realista y estar preparado para cualquier escenario. Recordamos: Bitcoin es impredecible y nadie tiene la bola de cristal.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.