En poco más de 40,000 días —o más de cien años— hemos pasado del primer vuelo terrestre al primer vuelo en otro planeta. En ese corto espacio de tiempo, la cantidad de combustible quemado y, por desgracia, incluso las vidas perdidas, han sido inmensas. A cambio, el vuelo ha transformado por completo todo, desde el comercio hasta la guerra, y ha propiciado el nacimiento de industrias completamente nuevas. A medida que la aviación ha progresado, la eficiencia del combustible ha mejorado y las tasas de mortalidad también se han reducido inmensamente.
En el ámbito digital, la tecnología blockchain podría ser igualmente transformadora, con aplicaciones en todo, desde el comercio, el intercambio, la cooperación, la identidad y la gestión del uso de recursos. Por el momento, estos avances se producen a costa de un elevado consumo de electricidad. Esta es una preocupación que debe y va a ser abordada.
El problema es que la narrativa actual utiliza este alto uso de electricidad para calificar los proyectos blockchain, y especialmente a Bitcoin (BTC), como insostenibles. Esto no solo es perjudicial para los proyectos blockchain —especialmente desde una perspectiva de inversión y adopción— sino que también es falso.
La sostenibilidad se juzga en base a las tres amplias métricas ASG: ambiental, social y de gobernanza. El debate actual —caracterizado por la falta de matices de un lado y por el innecesario señalamiento de dedos del otro— se ha centrado únicamente en el aspecto medioambiental de la sostenibilidad. Los aspectos sociales y de gobernanza han sido ampliamente ignorados, lo que conduce a una percepción inexacta de la sostenibilidad tanto para Bitcoin como para los proyectos de blockchain en general.
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Social
El aspecto social debe verse en el contexto más amplio del cambio de toda la economía hacia las plataformas. Todo, desde el transporte en auto hasta la compra de libros o el pedido de comida a domicilio, se realiza ahora en plataformas. En este mundo en el que el ganador se lo lleva todo, el poder de mercado de las plataformas exitosas les permite dictar eventualmente condiciones injustas a sus trabajadores.
Los proyectos blockchain tokenizados tienen el potencial de solucionar este problema al hacer posible la propiedad de una plataforma basada en la contribución de un trabajador. El resultado es que los trabajadores se benefician del crecimiento de la plataforma en lugar de ser oprimidos por ella.
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Gobernanza
La tecnología Blockchain permite la ejecución transparente y automatizada de reglas/procedimientos a escala global. Esta capacidad se basa en una combinación de inmutabilidad, transparencia, resistencia a la censura, ejecución de software descentralizado e incentivo económico exclusivo de la blockchain.
Esto hace que la blockchain sea un rico campo de pruebas para la gobernanza en la era digital, un campo de pruebas que, como hemos visto en el espacio de las finanzas descentralizadas, está haciendo interesantes progresos casi a diario. Es solo cuestión de tiempo que las lecciones aprendidas se extiendan para ayudarnos a gestionar mejor los bienes comunes globales.
Conclusión
Los astronautas del Apolo 11 llevaron a la superficie de la Luna un trozo de tela y madera del Wright Flyer original. La tela y la madera no tenían ningún propósito funcional más allá de la vinculación simbólica de estos dos acontecimientos históricos.
Han pasado unos 4,600 días desde que se publicó el whitepaper de Bitcoin. Con la vertiginosa velocidad de la innovación en el espacio de la blockchain, las actuales blockchains —y su consumo de energía— también serán iconos del pasado.
Por lo tanto, sería más productivo adoptar una visión más holística y orientarse hacia un resultado final sostenible, en lugar de juzgar excesivamente un trabajo en curso, y perder posibles beneficios sociales y de gobernanza, abriendo la blockchain a la estafa y al lucro en el proceso.
Los puntos de vista, pensamientos y opiniones expresados aquí son solo del autor y no necesariamente reflejan o representan los puntos de vista y opiniones de Cointelegraph.
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