El avance de las comunicaciones nos ha llevado más lejos de lo que podríamos llegar en nuestros sueños de ciencia ficción. Cuando observamos películas futuristas y teorías de robots, nunca se nos ocurre reflexionar colectivamente en el potencial que tienen muchos dispositivos electrónicos que utilizamos, por ejemplo, los celulares.

Con la llegada del internet se dio la revolución del “punto com” miles de empresas apostaron a la creación de un sitio web y pusieron nombres tecnológicos a su marca para subir el valor de sus acciones; se dio inicio a la descarga masiva de archivos de audio, fue posible encontrar nuevos videojuegos que eran diferentes a lo que típicamente se utilizaba, como buscaminas o el solitario, y nuestra conexión a la red se interrumpía abruptamente si alguien levantaba el teléfono. Todo ese panorama ahora lo recordamos lejano y hasta nos puede provocar cierta nostalgia, pero la realidad es que sucedió hace poco tiempo, ya que varias generaciones hemos sido testigos de esos avances tecnológicos y sociales.

Surgió entonces una nueva necesidad de hiperconectividad, literalmente comenzamos a conectar el mundo a través de cables y con grandes líneas submarinas que conectan infraestructuras de información y hardware. Nos maravilló tener acceso a lo inimaginable, como los museos más importantes del mundo a través de un sistema de 360 grados, navegábamos en páginas mal diseñadas y visitar dominios tan extraños como fantasmas.com, daba la sensación de haber descubierto un tesoro al encontrar una página interesante y entonces, descubrimos un nuevo planeta llamado internet.

El surgimiento de internet, ha sido uno de los acontecimientos más importantes en la historia, con esta tecnología fue posible encontrar un mecanismo de difusión de información; no obstante, al mismo tiempo comenzó a surgir el interés de las empresas de mantener su control. El diseño de los sitios web, los contenidos y usos se profesionalizó y se volvió una guía para direccionar las búsquedas o intereses de los usuarios al punto de llevarlos a una situación donde se captará la atención con el objetivo de incidir en la percepción global o simplemente atraer ventas. ¿Quién no recuerda la historia de cómo estos gigantes digitales (ahora multimillonarios) nacieron en un garage convirtiéndose en el referente para los nuevos emprendedores? Su crecimiento fue paulatino y también fue una lucha donde muchos buscadores y servicios quedaron en el camino, por ejemplo, Napster, Grooveshark, Megaupload entre otros más que, al final, perdieron la batalla comercial. 

De esta forma, ahora tenemos conocimiento la falta de libertad en internet, puesto que existen una nueva forma de centralización. Los grandes servicios concentran la información apalancados por millones de dólares, es simple: si no estás en sus plataformas no existes. La gran mayoría de estos gigantes ofrecen sus servicios de manera gratuita y esto no es casualidad, pues bien, sabemos que nosotros somos el negocio a través de la captación de datos que van desde algo tan básico como nuestro nombre, hasta nuestras fotos y parámetros biométricos. Los negocios o cualquier página que quiera ser vista debe de pagar para salir en los primeros 5 resultados, la batalla se hace cada vez más dura y más costosa para todos y deja muchas utilidades para algunos. Es verdad que este proceso es necesario para el crecimiento y en algún momento hasta podríamos llamarlo natural, pero la esencia de la comunicación y la vinculación se perdió entre usuarios y ahora prácticamente todo se reduce a comentarios o un like.

Blockchain en la evolución del internet

Todo el panorama macro parece controlado por los jugadores de siempre, pero en este aparente caos de empresas, apps, software y servicios de filtros chistosos ha surgido un desarrollo interesante que puede hacer que las comunicaciones se puedan potencializar: la Metanet. 

La Metanet es un protocolo descentralizado que fue creado para hacer transacciones y permite que los datos en la Blockchain formen una estructura gráfica que puede ser leída, ejecutada o interpretada por wallets y navegadores, dentro y fuera de la cadena. Esto se combina con un sistema de permisos, que utiliza el protocolo subyacente estable de la cadena de bloques para garantizar que los usuarios y los creadores de contenido tengan el control completo y sean dueños de sus datos. Esto requiere una estructura masiva y escalable, que de rendimiento a los grandes volúmenes de datos, multimedia, aplicaciones y contenido, es decir, es pensar en una gran casa para mudar poco a poco el Internet e ir expandiéndose. 

La Metanet actúa como un protocolo general que puede ayudar a otros protocolos específicos de casos de uso a usarse juntos e interactuar entre sí. Por ejemplo, si queremos desarrollar nuestro propio buscador de imágenes con ciertas características enfocadas a un color o diseño en particular, desarrollaríamos desde los protocolos base y tendríamos una herramienta intermedia en un lenguaje nativo, no tendríamos que pedir verificaciones más que de los usuarios que tengan las imágenes y ellos sabrían quiénes somos. Además, proporciona una estructura altamente flexible, pedidos y control de versiones nativas que estos subprotocolos pueden aprovechar para crear una experiencia en línea mejorada asegurada por la Blockchain. El protocolo en sí especifica cómo transportar datos y crear aplicaciones y sistemas de archivos estructurados en cadena, por lo que las billeteras pueden administrar las claves de los usuarios de manera eficiente y segura. Esto unifica las capacidades duales para transmitir transacciones financieras y actuar como portador de datos simultáneamente. Por lo tanto, permite construir transacciones nativas que actúan no solo como pago sino también como entrega de contenidos.

Uno de los principales desarrolladores de este protocolo es el Dr. Craig Wright, el cual tiene una polémica figura mediática y una serie de apariciones que buscan generar tracción a sus desarrollos y negocios al buscar ser validado socialmente, como cuando se declaró oficialmente como el creador de Bitcoin y fue a dar una conferencia en Colombia donde el gobierno le otorgó un documento que lo certifica como Satoshi Nakamoto, esto lo puso en el foco de la opinión pública y dejó de lado su investigación dando lugar a los memes y críticas. De la misma manera la llegada al mercado de Bitcoin Satoshi Vision BSV tuvo bastante polémica, drama, detractores y ataques, pero dejando de lado las controversias, la realidad es que ha llegado a una capitalización de mercado importante colocándose en el ranking #5 en Coinmarketcap, con un total de $5.545.822.495 US (https://coinmarketcap.com/es/). 

Con todo lo anterior dicho sobre su figura pública ha quedado de lado el desarrollo que ha creado su empresa Nchain, la cual tiene funcionando el protocolo de la Metanet basado en la cadena de bloques de BSV, para esto su desarrollo tiene que ir agrandando gradualmente los bloques sin perder trazabilidad y dar suficiente abasto a la demanda para solucionar los problemas de escalabilidad. Al parecer, el valor agregado de este protocolo tipo open source es que ha hecho que la Metanet no solo sea un concepto y se comiencen a hacer desarrollos reales y aplicables. Por ejemplo BitQ&A (https://bitqa.app/), que basado en el protocolo de la cadena de bloques de BSV y en la funcionalidad de la Metanet ha creado un sistema en el que los usuarios dan recompensas en Bitcoin por responder preguntas, si bien son bastante específicas y la gran mayoría van enfocadas a procesos de programación es un caso real de funcionalidad que ya superó la teoría. Otro caso es el de Codug un Api de pago enfocado a desarrolladores en que reciben recompensas en criptoactivos cada que alguien utiliza su dirección como agregador de pagos.

Por último uno de los casos más prometedores de uso de la Metanet y su protocolo es el de Hive, el cual busca unir el contenido que está perdido en la web y traerlo a la Metanet con las validaciones necesarias para que solo exista el contenidos de importancia y validado por los usuarios y creadores multimedia, también permite segmentar toda la información en niveles de importancia para quien realiza la búsqueda, digamos que la información que se muestra regularmente siempre es la que tiene más publicidad pagada, o de la que sabes mucho específicamente, por ejemplo si quieres ver una frase de una película la recuerdas y la escribes en youtube con la esperanza de que aparezca, en Hive puedes buscar toda la información de un tema en particular sin tener que dejarlo a la suerte o a la publicidad, así catalogas la información en el nivel de importancia que necesitas.

Joe Dalais jefe de investigación de la Metanet de BSV, ve como una necesidad la identidad digital única que pueda dar un perfil para transaccionar al usuario, enfocándose en una economía de renta, suscripciones y recompras periódicas más que en servicios de adquisición única. Si todo el tiempo tienes que crear un perfil anónimo para generar una compra, sería mejor generar un perfil digital que proteja tu perfil personal y te mantenga anónimo, pero sea un alter ego que represente tu ser digital, esto baja el riesgo de fraudes, más no los elimina del todo.

Lo interesante es que al plantearse esta problemática de uso en la Metanet y buscar dar seguridad al entorno de usuarios vemos como se está forjando una nueva sociedad digital con la oportunidad que no se nos dio en los inicios del internet, decidir que vemos y quien nos ve, hasta en qué grado nos pueden ver y que tanto queremos estar expuestos a la vista pública, el factor comunitario y de desarrollo de una serie de valores digitales con un marco de convivencia colaborativo y adaptativo nos da la posibilidad de poner las reglas y tener una  referencia de lo que buscamos, una analogía sería pasar la Carta Magna a Wikipedia para que todos podamos modificarla y llegar a acuerdos. Esto suena bastante atractivo; no obstante, es necesario analizar si en la práctica no es necesario ir más lejos para que los grandes capitales no lleguen a comprar redes sociales, pagarle a influencers para que prueben productos o que deban realizar el envío de mensajes personalizados a los usuarios.

Nuevos competidores

Si bien Nchain ha desarrollado el protocolo y tiene varios proyectos funcionales, en su Metanet no son los únicos que han apostado por esta tecnología, la empresa SpaceChain https://spacechain.com/ está desarrollando una serie de pequeños satélites que orbitan en la atmósfera y no necesariamente necesitan estar en el espacio para cumplir con su función. El objetivo de Spacechain es crear una red de satélites a bajo costo que orbiten a una altura menor de 35,000 km sobre la tierra, tengan el tamaño de un paquete de servilletas y cuenten con un código abierto para los desarrolladores. La empresa tiene alianzas con la International Space Station y han logrado que 3 de sus satélites ya estén en órbita. 

Es bastante emocionante ver cómo esta carrera por llegar a la Metanet con la seguridad del blockchain crea espacios de desarrollo, comunicación y transacciones sin depender de un tercero, ya sea un ente financiero o un medio masivo de comunicación. Lo anterior, nos lleva a esta nueva reflexión: Si es anónimo y seguro, ¿será riesgoso? La realidad es que todas las utopías digitales se pueden ser marcadas por el mal uso de las herramientas y la tecnología para propósitos personales, así que abre el debate ético y moral sobre cómo mantenerse fuera de los delitos, esto hace que necesitemos más protocolos de seguridad desde KYC hasta biométricos, y también nos plantea que tal vez necesitemos un ente regulador para cada parte, ya que nada nos asegura que este tipo de herramientas no puedan convertirse en una nueva versión de la deep web, lo cual, evidentemente no es el objetivo ya que de lo contrario, estaríamos replicando aquello que estamos evitando. Es temprano aún para saber qué rumbo tomara el uso global pero estudiosos del protocolo de la Metanet ya se plantean este escenario y la necesidad de tener una trazabilidad de información por usuarios. 

En esencia la tecnología blockchain y el protocolo de la Metanet dejan entrever una oportunidad de volver a caminar al mismo nivel en una nueva aventura que requiere cierto conocimiento para llegar a ella pero que nos espera con las puertas abiertas y nos ofrece crear nuevos servicios para este ecosistema. Como individuos, una idea generalizada es poder convivir sin miedo entre nosotros, de manera segura y desarrollar nuevos lugares de experiencias. En ese sentido, parecería que el campo de juego es blockchain y el balón es la Metanet.

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