El País de España ha publicado recientemente un reportaje sobre el uso de criptomonedas en el lavado de dinero. Según el periódico, mafias y cibercriminales de todo el mundo utilizan criptodivisas para blanquear su dinero sucio valiendo en cajeros y casinos en línea. Al parecer, han encontrado la herramienta perfecta debido a la ausencia de regulación y al anonimato que ofrece. Estamos hablando del crimen organizado. Traficantes de armas, drogas y personas. Extorsión, fraude, y terrorismo. En el reportaje, se menciona a la Dark Web. Pero las criptomonedas se utilizan para lavar el dinero de todo tipo de crímenes. 

Los defensores de las criptomonedas normalmente se defienden de estas acusaciones atacando a la banca tradicional. Es decir, se utiliza la técnica de: ellos también lo hacen y son peores. Y es cierto. Podemos hablar de las jurisdicciones especiales como Suiza, las islas Caimán y Panamá. Todos sabemos que estos lugares no hacen muchas preguntas y son usados por las grandes ligas para lavar dinero por toneladas. Si el dinero sucio fuera un país, probablemente estaríamos hablando de un país del tamaño de España. El negocio del lavado de dinero es un negocio más grande que Apple

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El dinero en efectivo ha sido el dinero predilecto de los criminales por mucho tiempo. Una de las grandes ventajas del dinero en efectivo es el anonimato. En las calles, es el efectivo el medio de pago por excelencia. Es una tecnología casi imposible de rastrear. Obvio que es posible marcar los billetes, pero los billetes marcados se pueden cambiar por unos no marcados sabiendo hacer las cosas. El efectivo es rey en el mundillo del crimen. Sin embargo, no es muy portable. Después de cierto monto, el transporte y la custodia se convierten en un problema. 

Por otro lado, mucho dinero en efectivo siempre es sospechoso. Por ejemplo, no podemos comprar una casa y pagar con una montaña de efectivo sin levantar sospechas. La policía y el recaudador de impuestos llegarán en cualquier momento con un mar de preguntas. Si vas a comprar un café no hay problemas. Pero al comprar un auto o una casa la cosa se complica. Viajar también presenta convenientes. Te encuentran en un aeropuerto con una gran maleta de dinero y adiós dinero. Las autoridades tienen una guerra declarada en contra del efectivo.

Por esa y otras razones, el efectivo no es suficiente. De algún modo, hay que dar el paso al dinero electrónico. Pero el problema con el dinero electrónico es que inevitablemente hay que pasar por los bancos. Los bancos están muy regulados y están obligados a hacer muchas preguntas. Para los criminales la única opción es mentir. Jugar a las escondidas y a los disfraces. Encuentran los puntos ciegos del sistema y entran por ahí. Luego, diseñan una narrativa “comprobable” y así pueden navegar en el mundo legítimo como todos los demás. Es decir, hay una técnica para lavar dinero. 

Claro que para el resto de nosotros todas las regulaciones en relación al lavado de dinero son una verdadera piedra en el zapato. Exigen todo un papeleo y una serie de verificaciones. Pero en el fondo sabemos que todo es un teatro, porque los criminales que sí están lavando dinero simplemente falsifican todo sin mayores inconvenientes. Además, en estas jurisdicciones especiales anteriormente mencionadas los criminales son recibidos con los brazos abiertos y las autoridades internacionales no pueden hacer gran cosa. El negocio mundial del lavado de dinero es una máquina bien aceitada. 

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Ahora bien, ¿Qué es un crimen? Porque en este mundo lo legal es relativo. Hay cosas legales en un lado e ilegales en otro. Además, hay leyes que no deberían ser leyes en primer lugar. Hay leyes injustas. Hay leyes arbitrarias. Y todo Gobierno utiliza su dinero como un arma del aparato estatal. Es decir, la moneda de curso legal es una extensión del poder de turno. El dinero se usa para sancionar. Una dictadura crea leyes para oprimir a su gente, por ejemplo. ¿Es un crimen violar eses leyes? 

Claro que no queremos que las criptomonedas se vean asociadas a actividades criminales. Pero, por otro lado, ¿Qué sentido tendría crear “una moneda ciudadana o alternativa” que obedezca ciegamente al poder establecido? Por ejemplo, las casas de apuestas. En una jurisdicción, la actividad es ilegal, pero al cruzar una frontera no. ¿Por qué no puedo apostar mi dinero? Las drogas, la pornográfica, y la prostitución. ¿Deberían ser ilegales? 

En muchos países, es legal comprar divisas extranjeras. Hay impuestos para demasiadas cosas. En algunos lugares, los Gobernantes simplemente se roban todo. Los recursos del Estado se usan como mecanismo de control. ¿Debe uno financiar eso?  Los más tontos siempre son los que terminan pagando por los platos rotos. Muchos no pagan impuestos porque se valen de artimañas legales para no hacerlo. Pero no todos contamos con contadores hábiles. ¿Paga sus impuestos Donald Trump? Ah, pero Pedro Pérez, el plumero del vecindario, no paga sus impuestos y se mete en graves problemas. 

El dinero y el poder. Claro que Bitcoin se usa para muchas cosas “ilegales”. Bitcoin está en la Dark Web, en el mercado negro de divisas, en la fuga de capitales, en la economía informal, y en la evasión de impuestos. Pero tal vez parte del problema es que hay demasiadas cosas ilegales que no deberían ser ilegales. ¿Dónde se traza la línea? Definidamente un debate muy complicado. Pero sí hay muchas leyes innecesarias. En este sentido, Bitcoin es, en parte, una resistencia. 

Por otro lado, Bitcoin es una comunidad. Y toda comunidad requiere de cierta coordinación para funcionar. Es decir, necesitamos una regulación. Y, en cierto modo, ya existe. En este aspecto, hemos mejorado un poco. Nos falta mucho, porque todavía estamos muy desordenados. Muchos en el mundo cripto confunden la libertad con el caos. Detestan todas las normas, pero en la práctica promueven la norma del Salvaje Oeste. 

Yo abogo por la libertad, pero una libertad efectiva. Y para lograr esto necesitamos un poco de orden. En mi opinión, el enemigo es el fraude. Como comunidad, debemos estar dispuestos a crear unas reglas de juego básicas. Porque debemos confiar en el otro. En estos momentos, no podemos decir que en el ecosistema cripto se respira precisamente un aire de confianza. De hecho, es un ambiente muy hostil. Todos se llaman estafados entre sí. Todo es una estafa. Las acusaciones son el pan nuestro de cada día. ¿Los exchanges cocinan sus libros? ¿El mercado es manipulado? ¿Existen proyectos fraudulentos?  Sí. Pero no lo sabemos con precisión. Nada es seguro, porque no hay controles. Lo que reina básicamente es la anarquía. 

Ciertamente es un dilema. El asunto no es fácil de resolver. El principal atractivo de las criptomonedas es la libertad que ofrecen. Pero el libertinaje dominante espanta capitales y estimula el fraude.  Sí, hay gente que utiliza cripto para cosas ilegales, pero también muchísima gente usa cripto como una herramienta de libertad. Asumo que la solución es algún compromiso medio.