Todo cambia en esta vida. Nada dura para siempre. Todo fluye. Y no hay nada más natural que los ciclos. A veces estamos bien. A veces estamos mal. Lo importante es seguir caminando. Los seres humanos caemos en el error de pensar que las crisis son eternas. Del mismo modo que es un error también pensar que nunca llegarán. Debemos aprender a tomar lo bueno y lo malo como hechos elementales de la vida. Sin embargo, cuando el momento llega, casi siempre, somos víctimas de nuestras propias emociones. Cuando todo está de las mil maravillas nos volvemos codiciosos. Y cuando el mundo se está cayendo en pedazos, sentimos miedo. Las emociones nublen nuestra mente y nos hacen cometer muchas equivocaciones. Esto es verdad en la vida y es verdad en el mundo de las inversiones. Un inversor inteligente actúa con sensatez y domina sus emociones. El populacho se mueve en un sentido y él, por el general, escoge el sentido contrario.

Los grandes inversores ven oportunidad cuando todos quieren huir. Cuando todos son víctimas del miedo, es el momento justo para ser codicioso. Las masas son sumamente irracionales. Y cuando entran en pánico tienden a exagerar todo y subvalorar los activos. Todos se vuelven pesimistas y todo parece gris. Las dudas, el miedo y la incertidumbre generan ventas. Y las ventas hacen caer el precio de las cosas. Los mercados se van en picada. Y se forma un ciclo vicioso, porque las caídas generan más pánico que eventualmente generan más caídas. Es un colapso y todos sienten que es el fin del mundo. Sin embargo, no es el fin del mundo. Al principio, el mercado simplemente se sincera porque seguramente estaba algo sobrevalorado. Es decir, las crisis generalmente surgen después de una burbuja. Pero luego de que el mercado se sincera el pánico provoca una subvaloración de los mercados. Todo se vende por debajo de su valor fundamental.

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Si tomamos en cuenta los activos, los pasivos y los ingresos de una compañía, podríamos hacer una estimación de su precio. Entonces, si sus acciones están por encima de nuestra valoración, podríamos decir que está sobrevalorada. Si lo opuesto sucede, estamos ante una oportunidad. El precio de mercado siempre fluctúa mucho en el corto plazo. Pero en el largo plazo tiende a ajustarse a los fundamentales. En el caso de un activo meramente especulativo como Bitcoin, es un poco más difícil hacer un avalúo. Sin embargo, nos podemos guiar por el flujo. Es decir, el número de Bitcoins minados y el costo promedio por unidad. También podemos usar como referencia los promedios del precio en el tiempo. Si estamos por encima o si estamos por debajo de esos promedios. Eso nos podría dar una idea. Pero lo más difícil sería estimar la demanda. Podemos hacer proyecciones basándonos en estadísticas, demografía, liquidez disponible y patrones de conducta.

Los jóvenes son particularmente importantes al momento de valorar la futura demanda de Bitcoin. Los jóvenes quieren invertir en Bitcoin, pero no tienen mucho dinero. En la medida que pasen los años y su poder para invertir aumente, Bitcoin se beneficiará. Tenemos datos disponibles que nos podría ayudar a proyectar la cantidad de dinero que podría estar entrando al mercado Bitcoin en los próximos años. Pero no es fácil. Podemos especular sobre la próxima década, pero ya hablar de los próximos meses es casi imposible. Claro que en estos momentos podemos decir que un Bitcoin por debajo de 6 mil dólares es un regalo. Y un Bitcoin por debajo de 8 mil no está nada mal. De hecho, por debajo de 10 mil es una excelente compra. Eso por supuesto si tenemos una visión a largo plazo. Siempre es mejor comprar a bajos precios.

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En el caso de la economía en general, un método que podemos utilizar para hacer una valoración es algo que con los años se ha venido llamando el índice Buffett, en honor al legendario inversor Warren Buffett. De hecho, es un método muy sencillo. Se trata de comparar a los principales índices bursátiles como el S&P 500 con el producto interno bruto de los Estados Unidos. Después de cierto punto, podemos decir que estamos ante una burbuja financiera. Este indicador nos decía claramente que antes de las caídas causadas por los efectos de coronavirus estábamos en una burbuja. Si leemos el más reciente informe anual de Berkshire Hathaway, nos daremos cuenta que la compañía se sienta en una enorme pila de efectivo. Eso es porque Buffett vende cuando los activos están sobrevalorados y toma el efectivo. Si no hay nada barato, él simplemente no compra nada.

En estos momentos, los grandes inversores están comprando. Ahora están al acecho. No escuchamos nada porque ellos actúan en silencio. Después es que vendrán los grandes anuncios. Es cierto que seguramente lo peor no ha pasado y vendrán más caídas. Bueno, esto simplemente significa que los grandes inversores están comprando ahora y después comprarán aún más. ¿Cuáles son los sectores más atractivos en estos momentos? El sector energético. El sector turismo y el sector aerolíneas. El Señor Icahn, el mago de las finanzas, seguramente terminará de comprar la petrolera Occidental, por ejemplo. Estoy casi seguro que en unos meses escucharemos algo sobre eso. Tal vez es muy temprano para decirlo. Pero estamos entrando en el periodo de las grandes adquisiciones. Lamentablemente, también escucharemos de las grandes quiebras. El mercado de los bonos está especialmente elevado y la cosa se podría empezar a complicar por ahí.

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Curiosamente, Ray Dalio, el genio de los fondos de inversión, esta vez, ha reconocido que esta crisis lo ha sorprendido y no tuvo tiempo de acumular efectivo como lo hizo en el 2008. Esto me parece sumamente extraño y mi instinto me dice que solo está fingiendo modestia.  Seguro que tiene una carta bajo la manga. Los portafolios de Ray Dalio son famosos por desempeñarse muy bien en las buenas y en las malas. Llevo años escuchándolo hablar de lo inminencia de la próxima crisis. Y ahora viene con que lo sorprendió. Me da la impresión que es simplemente una estrategia. Su portafolio siempre tiene muchos bonos del Gobierno. Seguro tiene un plan que en unos años descubriremos. Lo que sí es seguro que ahora está ocupado. No está llorando como la mayoría. Llegó el momento de hacer cambios. Los grandes inversionistas capitalizan en las burbujas para invertir en las crisis.

El problema de las crisis y los colapsos del precio es identificar el piso. En la mayoría de los casos, dudamos en comprar porque pensamos que lo peor aún no ha pasado y los precios pueden caer aún más. En esa indecisión, perdemos muchas oportunidades. Eso por supuesto tiene una solución. Podemos comprar un poco y luego esperar. La clave es nunca quedar corto de efectivo. Comprar en un piso. Y si ese piso colapsa, comprar un poco más en el nuevo piso. Siempre con una reserva. Algo similar debemos hacer en una burbuja. Debemos vender pequeñas cantidades en el camino hacia arriba. Los mejores portafolios son mixtos. Pero podemos ir ajustando los porcentajes en la medida que van cambiando las circunstancias. El truco es no volverse loco. Esta crisis es una oportunidad. Debemos asumirla con cordura y astucia.