El criptoinvierno ha llegado y los creyentes más acérrimos afirman estar acostumbrados a semejantes fluctuaciones. Algunos, incluso, celebran las caídas. Es decir, el pánico es para novatos. Lo más fieles, de hecho, aseguran que el precio no importa. Lo único importante es la libertad que Bitcoin nos da. Eso, por supuesto, en la mayoría de los casos, es puro teatro. Se trata de mostrar nuestra cara más dura en las redes sociales y aparentar ser el chico más fuerte del barrio.

Ahora bien, en invierno hace frío para todos. Claro que algunos están mejor abrigados que otros. Definidamente, hay personas mejor preparadas que otras. No todos somos iguales. Las personas que compraron por debajo del precio actual están en una mejor situación que las que compraron por encima del precio actual. Las personas bien diversificadas y con una buena reserva de fiat están mejor paradas que las personas que lo colocaron todo en cripto. Las personas libres de deudas están mucho mejor que los endeudados. Por otro lado, los inversores cuya prioridad es su bolsillo seguramente tienen una interpretación del criptoinvierno muy diferente a los creyentes acérrimos que están dispuestos a darlo toda una fe.

En este negocio, el exceso de confianza es un error. Es decir, pensar en absolutos puede salir muy caro. El futuro no está escrito. Nada está garantizado. Lo único cierto es lo incierto. Podemos hacer proyecciones. Podemos hacer apuestas, basándonos en probabilidades. Pero no podemos contar los pollitos antes de nacer. En lo personal, este es mi tercer criptoinvierno. Sería muy iluso de mi parte pensar que la historia siempre se repite. Bitcoin es un activo emergente con una historia bastante breve. No hay que ser un genio para saber que los viejos patrones (registrados en un lapso tan corto) se repetirán siempre de ahora en adelante. Lamento decirles que el mundo no es tan sencillo. Si fuera tan sencillo, este mercado sería mucho más estable y predecible. La volatilidad misma es señal de duda e incertidumbre.

El último criptoinvierno duró desde enero del 2018 hasta diciembre del 2020. Se logró un máximo histórico en diciembre del 2017 y se encontró un fondo 12 meses después. Durante ese periodo, $19.783 (máximo) fue la resistencia y $3.300 (mínimo) fue el soporte. Sin embargo, se manejó un promedio entre $8K-9K. Romper la barrera de los $10K definitivamente costó una eternidad.

En el último trimestre del 2017, los mercados recibieron un gran empujón debido al paquete de reducción de impuestos de Trump. Pero ya para el primer trimestre del 2018 se comenzó a hablar de una sobrevaloración general en los mercados. El año 2018 no fue un año muy bueno para el S&P 500. Las tarifas de Trump causaron mucha incertidumbre entre los inversores. La Reserva Federal (Fed) de los Estados Unidos subió las tasas de interés cuatro veces ese año. Y los reguladores comenzaron a demandar un mayor escrutinio para el sector Big Tech y cripto. Esto generó un clima de escepticismo en torno a Bitcoin y las criptomonedas que eventualmente se revirtió durante el periodo de la pandemia debido a los estímulos de la Fed.

Este criptoinvierno comenzó en noviembre del 2021 cuando los datos sobrecalentados de empleo e inflación en los Estados Unidos forzaron a la Fed a cambiar su política monetaria antes de lo previsto. Esta crisis es mucho más compleja que cualquier otra crisis experimentada desde la creación de Bitcoin. En muchos sentidos, estamos entrando en un nuevo paradigma. En primer lugar, los niveles de inflación no han estado así en casi 40 años. En segundo lugar, tenemos una guerra en Europa. Tenemos shocks del suministro en prácticamente todos los rubros (energía, alimentos, etc.) debido a las sanciones y debido a las fallas en las cadenas de distribución y producción. Por último, las vulnerabilidades de la globalización y las fuertes tensiones geopolíticas están obligando a los países a reestructurar sus economías para depender menos de China y Rusia. Lo que se quiere es pasar de una economía de puertos a una economía más “hecho en casa”.

Ahora bien, lo que todo esto significa es que la cosa no está muy fácil de predecir. Para un activo tan volátil y nuevo como Bitcoin, las cosas aún no están muy claras. El comportamiento de Bitcoin en sus últimos criptoinviernos no es garantía de mucho en este caso. Porque estamos en tiempos excepcionales. Sin embargo, considerando las condiciones actuales, no sería muy insensato pensar que este criptoinvierno podría ser más largo, doloroso y frío que los anteriores. Después de todo, estamos en un territorio mucho más hostil. En comparación, el 2018 es un paseo al parque. En consecuencia, no sería mala idea estar preparados para lo que nos podría venir.

Un criptoinvierno se sobrevive con mucha prudencia. Esto significa que no debe tomarse a la ligera. Este meollo no se resuelve haciendo chistes en Twitter. No se resuelve repitiendo las mismas consignas de siempre. Tampoco se resuelta con pura fe fanática hacia un futuro “inevitable”. “Compra la caída” a lo loco y ya. La confianza excesiva es el principal enemigo del inversor. Es señal de inmadurez. Si tu bolsillo te duele, lo mejor es asumir esto con seriedad e inteligencia. Nada de locuras.

El arma más valiosa en un ciclo bajista son tus reservas en fiat. Quien tiene dinero estable en una crisis puede aprovechar mucho más las oportunidades. Si compras todo en las primeras caídas, puedes quedarte sin fichas muy temprano en la partida. O sea, corres el riesgo de comprar en sobreprecio. Lo mejor es diseñar un portafolio diversificado y balanceado, sopesando muy bien los riesgos y las oportunidades. Los activos de mejor desempeño en estos momentos están en el sector defensivo, energético, alimentos y mercancías. Y los más estables y seguros son los bonos (corporativos y soberanos).

Un portafolio que esté generando ingresos hoy puede darte los fondos necesarios para comprar Bitcoin a bajos precios. Y, al mismo tiempo, te aporta la estabilidad y liquidez necesaria para poder esperar con gusto el próximo ciclo alcista. En otras palabras, el invierno es tolerable con reservas. ¿Moraleja? No te comas las reservas antes de tiempo. El fanatismo no paga tus gastos. La prudencia, sí. 

Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.

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