La deuda es un pacto entre dos partes, que implica una promesa de pago. Pero la deuda no es solo un número, sino una historia. Una historia que también tiene un valor simbólico, que refleja la confianza o la desconfianza, el riesgo o la seguridad, el sacrificio o el beneficio, la libertad o la opresión. La deuda es una historia que nos afecta a todos.
Para muchos, la deuda es un pecado. Un símbolo de irresponsabilidad, de vivir por encima de las posibilidades, de no saber administrar los recursos. La deuda pública, entonces, es una aberración. Una muestra de estatismo, de despilfaro, de indisciplina. Una carga para las generaciones futuras, que tendrán que pagar los platos rotos.
Pero esta visión moralista de la deuda puede cegar a sus críticos. Puede hacer que ignoren o minimicen su necesidad o beneficio de la deuda. Puede hacer que olviden que la deuda también puede ser una inversión, una oportunidad, y una herramienta para el desarrollo.
¿Qué pasaría si el Congreso (EEUU) no llega a un acuerdo y el gobierno se queda sin fondos para pagar sus deudas? Las consecuencias serían catastróficas.
¿Qué es la deuda pública?
La deuda pública es el dinero que el gobierno debe a sus acreedores, ya sean nacionales o extranjeros. El gobierno se endeuda para financiar sus gastos, que pueden ser de dos tipos: corrientes o de inversión. Los gastos corrientes son los que se destinan al funcionamiento del Estado, como el pago de salarios, pensiones, intereses de la deuda, etc. Los gastos de inversión son los que se destinan a mejorar la infraestructura, la educación, la salud, etc.
¿Por qué es tan relevante la deuda pública?
La deuda pública es relevante porque tiene implicaciones económicas, políticas y sociales. Desde el punto de vista económico, la deuda pública puede tener efectos positivos o negativos, dependiendo de cómo se utilice y de cómo se financie. Por un lado, la deuda pública puede ser una fuente de inversión, que impulse el crecimiento económico y el bienestar social. Por otro lado, la deuda pública puede ser una fuente de inestabilidad, que limite el desarrollo económico y social.
Desde el punto de vista político, la deuda pública puede ser un instrumento de poder o de dependencia, dependiendo de quién sea el acreedor y de qué condiciones imponga. Por un lado, la deuda pública puede ser un instrumento de poder, que permita al gobierno influir en otros países o en organismos internacionales. Por otro lado, la deuda pública puede ser un instrumento de dependencia, que someta al gobierno a la voluntad de sus acreedores.
¿Cómo influye la deuda pública en la confianza de los inversores?
La confianza de los inversores es la expectativa que tienen estos sobre el rendimiento y el riesgo de los activos financieros que poseen o que quieren adquirir. La confianza de los inversores depende de muchos factores, pero uno de los más importantes es la deuda pública. La deuda pública influye en la confianza de los inversores de dos maneras: directa e indirectamente.
La influencia directa se produce cuando los inversores compran o venden bonos del gobierno, que son títulos de deuda que el gobierno emite para financiarse. Los bonos del gobierno tienen un precio, un interés y un vencimiento. El precio es el valor que tiene el bono en el mercado, el interés es el pago que el gobierno hace al inversor por prestarle el dinero, y el vencimiento es el plazo en el que el gobierno debe devolver el dinero. La confianza de los inversores en los bonos del gobierno depende de la probabilidad de que el gobierno cumpla con sus obligaciones. Si los inversores confían en que el gobierno pagará los intereses y el principal, el precio de los bonos sube y el interés baja. Si los inversores desconfían de que el gobierno pagará los intereses y el principal, el precio de los bonos baja y el interés sube.
La influencia indirecta se produce cuando los inversores compran o venden otros activos financieros, como acciones, divisas, commodities, criptomonedas, etc. Estos activos financieros tienen una relación con la deuda pública, ya que esta afecta a la economía, la política y la sociedad del país emisor. La confianza de los inversores en estos activos financieros depende de la expectativa que tienen sobre el comportamiento de la deuda pública. Si los inversores esperan que la deuda pública sea sostenible, que impulse el crecimiento económico y que mantenga la estabilidad política y social, el valor de estos activos financieros sube. Si los inversores esperan que la deuda pública sea insostenible, que frene el desarrollo económico y que genere inestabilidad política y social, el valor de estos activos financieros baja.
¿Qué pasa con Bitcoin?
Bitcoin es una criptomoneda, es decir, un activo digital que funciona mediante una red descentralizada de computadoras que validan las transacciones y crean nuevos bitcoins. Bitcoin tiene algunas características que lo hacen diferente de otras monedas, como la escasez, la seguridad, la transparencia, la privacidad, la portabilidad, la divisibilidad, la fungibilidad, etc. Estas características le dan a Bitcoin un potencial financiero enorme.
Bitcoin tiene una relación compleja con la deuda pública, ya que esta puede afectar tanto positiva como negativamente a su valor. Por un lado, la deuda pública puede beneficiar a Bitcoin, ya que puede generar una pérdida de confianza en las monedas fiduciarias, que son las monedas emitidas por los gobiernos. Si los inversores temen que la deuda pública provoque inflación, devaluación, impago o confiscación, pueden buscar refugio en Bitcoin, que es una moneda independiente, limitada, segura y privada. Por otro lado, la deuda pública puede perjudicar a Bitcoin, ya que puede generar una crisis financiera, política o social, que afecte al funcionamiento y a la adopción de Bitcoin. Si los inversores sufren una caída de la renta, una restricción del crédito, una intervención del gobierno o una violencia social, pueden vender sus bitcoins para obtener liquidez, seguridad o protección.
Conclusión
La deuda pública es una realidad que nos afecta a todos, y que debemos analizar con criterio y responsabilidad. La deuda pública no es solo un número, sino una historia. Una historia que se escribe y se lee en el contexto de un mundo cambiante, donde el dinero mueve los hilos de la economía, la política y la sociedad. Una historia que también influye en la confianza de los inversores, y por ende, en el valor de los activos financieros, como Bitcoin.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.