En América Latina existe una gran oportunidad para que empresas públicas exploren estrategias de tesorería con Bitcoin”, según explicó Pedro Gutiérrez, Head of Partnerships de LACNet, en conversación con Cointelegraph en Español.

Según explicó Gutiérrez, la combinación de la inflación, la devaluación monetaria y los avances regulatorios en todo el mundo están creando el escenario para que Bitcoin evolucione a una solución para la gestión de tesorerías corporativas, con un potencial transformador para la región.

Tesorerías de Bitcoin: una señal de madurez

Gutiérrez explicó que la adopción de Bitcoin en las tesorerías de empresas públicas a nivel global, responde a una combinación entre visión estratégica y necesidad de diversificación, frente a la pérdida de poder adquisitivo de las monedas fiduciarias y la incertidumbre de los mercados.

Esta tendencia global, señaló Gutiérrez, “es una señal clara de la madurez que está alcanzando el ecosistema financiero global”, acelerada por múltiples factores:

Este fenómeno se acelera en este momento por la confluencia de tres factores: un entorno macroeconómico desafiante donde la liquidez en moneda dura se vuelve cada vez más costosa, la consolidación de marcos regulatorios que ofrecen mayor certeza jurídica y la validación que generan tanto grandes corporaciones como incluso Estados, con el caso de El Salvador como emblema.

Como resultado de estos factores se “reduce la percepción de riesgo y abre la puerta para que Bitcoin comience a consolidarse como un activo especulativo y como una herramienta estratégica de gestión de tesorería y preservación de valor a nivel institucional”, agregó Gutiérrez.

Más allá de Bitcoin: Ethereum y Solana como alternativas

Bitcoin se ha posicionado como protagonista y precursor tras las tesorerías corporativas con criptomonedas, con el impulso de compañías como Strategy (antes MicroStrategy) y decenas más que se han sumado en el último año. No obstante, el analista señaló que hay espacio para que otras criptomonedas se incorporen a las estrategias de tesorería. Aunque, con un nivel de madurez distinto, agregó.

En este sentido, Gutiérrez afirmó que aunque Bitcoin seguirá siendo el “activo núcleo” por su estatus de reserva y liquidez global, criptoactivos como Ethereum y Solana se presentan como alternativas y comienzan a “mostrar credenciales que las vuelven viables en ciertos contextos de tesorería corporativa”.

“Ethereum es hoy la alternativa más sólida” sostuvo, citando la existencia de los fondos cotizados en bolsa (ETF) en Estados Unidos y el atractivo del staking para generar rendimientos. De igual manera destacó que Solana “empieza a ganar terreno”, y la posible aprobación de los ETF por parte de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) en EEUU, ayudaría a consolidar su acceso institucional.

Oportunidad para las empresa en América Latina

Con una tendencia cada vez más amplia, adoptada por empresas públicas globales, con casos principales en Estados Unidos, Europa y Asia, el Head of Partnerships de LACNet afirmó que la oportunidad para las empresas de la región es “definitivamente real”. No obstante, agregó que esto ocurrirá a diferentes velocidades dependiendo del país.

“La región enfrenta contextos de inflación alta, devaluación monetaria y restricciones de acceso a divisas fuertes, lo que hace que Bitcoin cobre atractivo como activo de preservación de valor”, explicó.

Además, añadió que ya existen precedentes regulatorios que sientan una base legal, como el oficio 100-237890 de la Superintendencia de Sociedades de Colombia que desde 2020 permite capitalizar empresas con aportes en criptomonedas. También mencionó la existencia de ETF de Bitcoin y Ether en Brasil, así como los avances en el plano regulatorio en países como Argentina y México.

De esta forma, aunque falta mayor certeza regulatoria y lineamientos contables en varios países, Gutiérrez enfatizó que “Latinoamérica no sólo puede replicar estas estrategias, sino incluso adaptarlas a sus realidades locales, con un potencial transformador en la gestión financiera empresarial”.

Como resultado, Gutiérrez proyectó que en lo que resta de 2025 y durante 2026 se verán más empresas latinoamericanas explorando la idea de tener parte de su tesorería en Bitcoin y otras criptomonedas. “No será algo masivo de inmediato, pero sí empezaremos a ver empresas pioneras que abran camino y sirvan de ejemplo para otras en la región”, afirmó.

Protección y diversificación como beneficios clave

En la perspectiva de Gutiérrez, existen “ventajas sustanciales” en la adopción de tesorerías institucionales de bitcoin y otros criptoactivos en América Latina.

En primer lugar, destacó la “protección frente a la inflación y devaluación”, ya que “muchos países latinoamericanos enfrentan monedas que pierden valor rápidamente, así que activos como BTC ayudan a preservar poder adquisitivo”.

También mencionó la “diversificación del riesgo financiero”, que reduce la dependencia de moneda local o de instituciones financieras tradicionales y puede “ayudar en situaciones de crisis macroeconómica o restricciones cambiarias”.

Otro beneficio, añadió Gutiérrez, es la posibilidad de contar con una mejora de liquidez y acceso global. “Con criptoactivos líquidos y mercados de intercambio regulados, es posible mover capital más fácilmente entre fronteras, aprovechar oportunidades internacionales”, explicó.

Finalmente, el Head of Partnerships de LACNet también valoró beneficios como la transparencia y eficiencia operativa gracias a la tecnología blockchain, el acceso a potenciales ingresos adicionales con activos que permiten staking y la posibilidad de innovar productos financieros, abriendo la puerta a mejorar la reputación institucional y “atraer inversionistas que valoran empresas con estrategia forward‐thinking digital”.

Desafíos regulatorios y operativos en la región

A pesar de las oportunidades, Gutierrez advirtió que el despliegue de una estrategia de tesorería cripto en Latinoamérica implica desafíos a evaluar por parte de las empresas.

A nivel general mencionó la volatilidad de los criptoactivos, la falta de armonización en el tratamiento contable y fiscal, y la necesidad de una infraestructura de custodia institucional segura con protocolos de gobernanza robustos.

Por su parte, específicamente en América Latina, destacó que los retos se acentúan con la incertidumbre regulatoria en varios países de la región, las restricciones cambiarias, el acceso limitado a las divisas y las brechas de conocimiento en los equipos financieros.

Superar estos retos “demanda voluntad empresarial y también colaboración público-privada para generar marcos regulatorios claros y capacitación técnica”, explicó Gutiérrez, permitiendo así a la región “aprovechar esta oportunidad sin poner en riesgo la estabilidad corporativa”, concluyó.

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