Al parecer, los corazones solitarios de Silicon Valley están siendo víctimas de una oleada de criptoestafas de “Pig slaughtering" a través de aplicaciones de citas.

Una investigadora de la empresa de ciberseguridad Sift descubrió que una de cada 20 personas que se le acercaron a través de aplicaciones de citas en San Francisco estaba realizando la estafa.

El “Pig slaughtering” (matanza de cerdos o carnicería) es un tipo de estafa en la que un individuo/grupo invierte semanas o meses de trabajo para construir una relación falsa con la víctima, engordándola metafóricamente. El objetivo final es conseguir que la víctima invierta en criptomonedas a través de una versión duplicada de un sitio web legítimo o transfiriendo fondos a una dirección de monedero dudosa.

Los estafadores suelen trasladar las conversaciones de las aplicaciones de citas o las redes sociales a servicios de mensajería encriptados como WhatsApp y dedican innumerables horas de conversación diaria para que sus falsos personajes parezcan realistas, sin llegar a conocerse en persona en la mayoría de los casos.

Un informe publicado el jueves por el San Francisco Examiner detalla los relatos de dos personas relativamente expertas en tecnología, a las que se refiere como Cy y R para mantener el anonimato, que perdieron un total de USD 2.5 millones. Ambos ahora son miembros de un grupo de apoyo en línea organizado por la Organización Global contra la Estafa que ve "al menos dos o tres nuevos miembros" cada semana.

La Oficina Federal de Investigación (FBI) informa que estos casos forman parte de "una tendencia al alza" en el área local.

El FBI envió una advertencia general sobre las estafas de criptomonedas y el Pig slaughtering en abril, señalando que su Centro de Denuncias de Delitos en Internet recibió más de 4,300 quejas en 2021, lo que resultó en más de USD 429 millones en pérdidas. Afirmó que la estafa se originó por primera vez en China a finales de 2019, pero que desde entonces se ha vuelto más frecuente en Estados Unidos.

El caso de R, en particular, es notable, ya que es una gerente de TI del área de la bahía que perdió alrededor de USD 1.3 millones por la estafa después de ser contactada por primera vez a través de LinkedIn.

A pesar de ser muy versada en tecnología informática, R declaró que el perfil profesional del estafador logró ganarse su confianza al figurar como exalumno de la misma universidad tecnológica superior de la que ella se graduó en China.

Después de que la conversación se trasladara a WhatsApp, el estafador trabajó durante un mes antes de convencer finalmente a R de que invirtiera en criptomonedas a través de un sitio web dudoso que le robó sus fondos:

“Nunca pensé que pudiera pasarme a mí porque uso la tecnología. He escrito software."

Cy, analista inmobiliario, perdió USD 1.2 millones en dos meses y acabó en atención psiquiátrica tras sufrir pensamientos suicidas.

"Perdí algo más que dinero. Perdí la confianza en mí mismo", dijo Cy. "He arruinado la vida de mi familia".

La Organización Global Antiestafas cree que los trabajadores de Silicon Valley son cada vez más víctimas de estas estafas debido al exceso de confianza en sus propias capacidades tecnológicas, la soledad debida a la pandemia y el interés por ganar exposición a las criptomonedas.

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